Durante la jornada de ayer, 30 de octubre de 2024, España vivió uno de los días más tristes de los últimos años, y en concreto la Comunidad Valenciana y algunas zonas de Albacete y Andalucía. Desde hace unas 50 horas, todo el país está pegado a los televisores, pendiente de las radios y, en los casos más cercanos a la catástrofe, esperando una llamada telefónica que pueda aliviar el shock y la incertidumbre.
Sí, hablamos de la DANA que sembró el pánico en la noche del martes 29 y que se ha llevado por delante la vida de decenas de personas. Este temporal ya es el peor registrado en Valencia desde los años 1982 y 1987, pues en ocho horas se recogió prácticamente lo que puede llover en un año entero, según la AEMET.
Los daños materiales son incalculables, los transportes imposibles porque las carreteras están anegadas y hay muchas pérdidas humanas. Entre ellos, dos guardias civiles, que estaban en el cuartel cuando ocurrieron los hechos. El equipo de Magas ha hablado con Lucía Llano García (52 años), la presidenta nacional de los Guardias Civiles retirados. Ella no lo ha dudado, y tampoco nadie de su equipo: esta misma mañana, 31 de octubre, se incorporan a las autoridades y a sus compañeros en servicio para aliviar el dolor de los afectados.
"Manos a la obra"
Cuando Lucía fue consciente de la magnitud de los hechos en la noche del martes 29, lo primero que hizo fue mandar un email, tanto al General de la zona de Valencia, como al Coronel Jefe de la Comandancia. Quería ponerse a su disposición. "Cualquier ayuda que podamos ofrecer es válida: atención de llamadas telefónicas, reparto de comida y agua, de ropa, apoyo a las víctimas, quita de escombros, achicar agua, limpiar, organizar viviendas...", ha enumerado Lucía horas antes de comenzar con la ayuda sobre el terreno.
Este grupo de guardias civiles retirados está formado por psicólogos, educadores sociales y personas entrenadas en emergencias, por lo que han trabajado en situaciones extremas como inundaciones, incendios, o incluso han rescatado a 40 personas de Ucrania. "Tenemos experiencia y podemos seguir aportando. Queremos estar del lado de quienes están sufriendo", dice Lucía, decidida.
Por ello, esta misma mañana se han incorporado al terreno 20 agentes retirados, entre los que se encuentra la propia Lucía: "Vamos a Paiporta a ayudar como profesionales que somos, aunque estemos retirados, porque no dejamos de ser guardias civiles veteranos y además con muchas ganas de poder seguir aportando y ser útiles en estos momentos donde la solidaridad es lo más importante".
Una vida al servicio
Además de este rescate, provocado por la DANA de Valencia, Llano también ha participado en otras muchas emergencias, por lo que su experiencia es una sabia compañera. ¿Cómo se ven las catástrofes desde el punto de vista de los 'héroes'? Esta profesional ha vivido anécdotas que la han marcado como profesional, así como situaciones extremas en las que ha estado presente, incluso ha planteado propuestas a las autoridades para mejorar los protocolos.
¿Hay algún rescate que haya dejado huella en ti? ¿Cuál es la situación más compleja a la que te has enfrentado?
Uno de los momentos más difíciles que he pasado fue durante el rescate en un incendio en el interior de Tarragona, en el que fallecieron voluntarios forestales y un par de bomberos. Nos hicieron adentrarnos en una zona en la que realmente no debíamos estar. Íbamos mi compañero, el alcalde del pueblo, un cámara de TV3 y yo.
Yo me quemé las botas por la planta del pie al andar sobre ese suelo que estaba ardiendo. Estábamos rodeados de fuego y, si no salíamos de la carretera, nos podría ocurrir lo que a los otros compañeros en cualquier momento.
Y cuando efectúas un rescate con éxito, ¿qué vínculo estableces con la persona a la que has ayudado?
Normalmente, cuando tú ayudas a las personas, lo que buscas es llevarlas a un lugar seguro. Y una vez que llegas allí, normalmente hay Cruz Roja, psicólogos, personal del Ayuntamiento... Entonces hay veces que es difícil establecer un vínculo, porque estás centrada en hacer bien tu trabajo, que muchas veces puede salvar la vida a una persona.
Date cuenta de que tenemos compañeros guardias civiles que están rescatando ahora mismo a muchísima gente de tejados o los están subiendo a lanchas. En ese momento, el único vínculo que hay es salvarles la vida. Pero también pasa muchas veces que nosotros no nos acordamos de ellos, pero ellos de nosotros sí; y cuando están a salvo, nos dan las gracias. Nos ven como superhéroes. Yo lo definiría como un vínculo momentáneo de confianza mutua.
¿Y qué hay de los protocolos? ¿Crees que se aplican bien?
Para empezar, tenemos que educar a la sociedad a enfrentarse a este tipo de situaciones. La gente tiene que saber cómo actuar y ayer debían de haberse establecido unos protocolos mejores. Tenemos que mejorarlos.
Es importante que haya más medios. Hay que disponer de un mayor número de personas, hacen falta más profesionales e invertir en muchas cosas: limpieza de los montes y ríos, en el alcantarillado, y en todos aquellos focos de peligro. El ser humano tiene que empezar a comprender que no puede ir en contra de la naturaleza porque vamos a perder siempre.
Lamentamos profundamente la pérdida de vidas humanas y el sufrimiento de todas estas familias; especialmente de los compañeros de la Guardia Civil que han fallecido. Han muerto en su trabajo, haciendo lo que más amaban. Han dado su vida por ayudar a los demás. Lo hacemos por ellos, como un homenaje a ellos y a todas las personas que han perdido sus vidas. Esperemos que no vuelva a ocurrir.