Raquel Martínez Arnáiz es una mujer en un mundo de hombres y no es una frase hecha, sino una realidad que va cambiando, pero que aún es patente. Con más de 15 años de experiencia en el sector de la aviación, se inició en el sector como controladora aérea y desde 2022 ejerce como directora de Skyway una de las dos compañías que actualmente operan en la parte liberalizada del control aéreo.
Magas se desplaza a las oficinas centrales de la compañía en Madrid para conocer personalmente a Raquel y charlar con ella. Habla con pasión de su trabajo y también es consciente de que sus logros pueden servir de referente a muchas jóvenes que quieran dedicarse a este sector masculinizado.
Su gesto dulce y calmado esconde una fuerte determinación, una pasión sinfín por lo que hace y un orgullo por ser parte de un cambio que va en camino. En resumen: ella es una ejecutiva de altos vuelos. "Siempre he tenido claras mis capacidades", esta frase suya lo dice todo.
Raquel, ¿puede contarnos en qué consiste exactamente el trabajo que hacéis en Skyway?
Damos servicio en las torres de control de seis aeropuertos, los más relevantes en términos de volumen de tráfico, que son Alicante, Ibiza, Valencia y a nivel regional el aeropuerto de Murcia y de Lleida.
Aparte del servicio de control de aeródromo, que es como el core de nuestro negocio, damos servicio de información de vuelo en el aeropuerto de Córdoba y en La Seu d'Urgell, que es el aeropuerto compartido con Andorra. También damos servicio de dirección de plataforma en el aeropuerto de Madrid Barajas, que es gestionar todo el tráfico de la zona de párking.
Aparte, en el año 2018 también abrimos nuestra escuela de controladores, que es una parte importante y surge para formar gente que luego pudiera ir a nuestras torres de control. Ha tenido muchísimo éxito y actualmente es una línea de negocio muy importante en términos de facturación para nosotros.
Usted misma fue controladora, ¿qué porcentaje de mujeres hay en este sector actualmente?
Estamos más o menos en un 30 o un 35%. Es una profesión donde la diferencia entre hombres y mujeres no es tan acusada como en otros sectores aeronáuticos. Sí es verdad que este es un sector que es eminentemente e históricamente masculino, como aún se puede ver entre los pilotos y los ingenieros.
En el control aéreo se nota menos, pero desde luego no hay paridad 100%. Aún así, en nuestro caso concreto en Skyway, en el comité de dirección sí que estamos equiparados a nivel de de los controladores y eso lo vemos tanto en la escuela como en las torres de control. Se trabaja en ello, creo somos una empresa ejemplo de promoción de mujeres.
Ha estudiado Físicas y tiene un máster en Astrofísica, ¿qué referentes ha tenido? ¿De dónde le viene esa pasión?
Siempre he querido ser astrofísica, desde que tengo uso de razón. Creo que fue cuando estudié en el colegio del sistema solar, pero aparte mi padre es físico y se ha dedicado a la docencia la mayor parte de su vida.
Así que en él sí he tenido un poco ese referente de la física en mi vida. Siempre quise dedicarme a la investigación y lo hice en mis primeros años, pero luego no resultó tal y como esperaba; lo tenía muy idealizado.
Entonces decidí optar por otras alternativas y decidí dar el salto a este mundo del control aéreo porque conocía a gente que estaba relacionada con el mundo y creo que tenía capacidades.
Me gustaría saber dos cosas: ¿cómo se manda en un mundo tan masculinizado siendo mujer? y ¿qué cambios ha notado durante su trayectoria profesional con respecto a la mujer en el sector?
En mi caso concreto creo que todo ha sido bastante natural, partiendo de la base de que siempre he tenido hombres como superiores directos.
Yo empecé como controladora en 2011 tras hacer un curso de formación, enseguida se reconocieron mis habilidades o mis capacidades de gestión y me nombraron supervisora.
Luego con solo tres años de experiencia en torre de control me propusieron para ser la directora de Seguridad Operacional. No fue un nombramiento directo, hubo un proceso de selección en el que el resto de candidatos eran hombres y al final me eligieron a mí.
No tenía experiencia y se me dio la oportunidad, así que creo que quizá esa decisión sí resultó sorprendente. Considero que quizá fui un modelo para algunas personas que vieron cómo se apostaba por talento joven, por talento femenino, por talento que no necesariamente tiene toda la experiencia como controlador, pero que tiene otras habilidades.
Luego yo creo firmemente que uno siempre tiene que demostrar su valía y probablemente más siendo mujer. Al final, esto es así, siempre te ponen más en duda.
Los estudios son claros, faltan referentes femeninos para las niñas que quieran dedicarse a carreras de ciencias.
Faltan, estoy totalmente de acuerdo. Yo tengo una hija de siete años y para mí es muy importante dar esos referentes, porque es fundamental.
Dar visibilidad a este tipo de roles en la sociedad es imprescindible. Además, a mí hay datos que me resultan muy sorprendentes.
Cuando yo entré en la carrera de Físicas, éramos cinco chicas, luego se equiparó un poco, pero ahora el número de mujeres en ingenierías ha disminuido. Me resulta incomprensible y creo que obedece a que hay falta de referentes, porque obviamente las capacidades son las mismas y los intereses a priori deberían ser similares.
¿Cómo se siente al saber que es un referente?
Me da mucho orgullo ser un referente para las niñas. Siempre que tengo oportunidad de estar con ellas, les hablo de mi profesión, porque es importante que vayan viendo esa posibilidad para su futuro. Además, es que creo firmemente en ello. Mi madre me ha educado así tanto a mí como a mi hermana, que también tiene una buena carrera profesional.
¿Está de acuerdo con las cuotas de paridad como vía a una igualdad entre hombres y mujeres?
Es un tema controvertido, para mí la solución definitiva no es la cuota, la solución definitiva es que realmente haya igualdad de oportunidades. Pero hasta que haya, las cuotas pueden ser una solución temporal, hasta que realmente la sociedad se adapte y se valore el talento por igual. Es el famoso techo de cristal.
Una mujer que ha llegado hasta donde usted ha llegado en un mundo de hombres, ¿ha de ser necesariamente feminista?
El feminismo entendido como la búsqueda de la igualdad, sí. El feminismo no es favorecer a la mujer. Hay que buscar el avance y potenciar el talento independientemente del género.
Yo cuando tomo decisiones sobre a quién se le encarga un proyecto o a quién se promociona, recurro a la persona que está más capacitada, independientemente de que vista pantalones o vista falda.