Victoria
Cimadevilla
“Siempre he estado, de alguna manera, vinculada a la moda”, relata Victoria Cimadevilla (Oviedo, 1978) a magasIN. Está sentada en un escalón en el patio trasero del showroom que la representa, Valyty, y confiesa que tiene la sensación de que acaba de sentarse por primera vez después de un año y medio. Se inclina hacia adelante, extiende los brazos, y al volver hacia atrás recoge todo el pelo entre las manos.
Sigue trabajando como azafata de Iberia y es la diseñadora del momento, copando la alta costura de baño. Su proyecto personal ha crecido espectacularmente en cuestión de meses y sus piezas han pasado de ser imaginaciones en su mente “a una gran altura” a poblar la alfombra roja: “Letizia Dolera en los Goya 2023, Candela Peña en el Festival de Málaga, Nieves Álvarez para Flash moda hace pocas semanas… y muchas otras como Nuria Casanova, Mar Flores o Fiona Ferrrer” son algunas de las mujeres que enumera y que la están convirtiendo en icono fashion.
“Mi madre ha sido siempre una gran compradora de costura”, comienza Cimadevilla, describiendo cómo su progenitora “paseó durante los años ochenta por la capital asturiana con diseños exclusivos de Balenciaga y Pertegaz. Siempre he tenido amigos modelos, estilistas y fotógrafos con los que solía colaborar. Hace unos años, lancé también una revista digital, porque no sabía cómo canalizar todo lo que iba aprendiendo y observando”.
Uno de sus artículos en aquella publicación digital trató “sobre lo que se estaba haciendo en moda de baño internacionalmente y en nuestro país”, y la puso detrás de la pista de su propuesta actual: bañadores de alta gama que son en realidad water-dresses, en muchos casos desmontables, que se componen de piezas de neopreno o lycra que se unen y separan para transformarse inesperadamente, según el momento. “Todo sirve finalmente. Yo lo descubrí haciendo aquel artículo a Johanna Ortiz, Zimmerman o Marni, pero pensé que aún había muchas cosas que se podían hacer”, explica.
EFECTO WOW
Es una viajera consumada. Ha visitado 52 países. Cita a Steve Jobs y se define como “ambiciosa, pero en el mejor de los sentidos de ese término”. Sigue volando como azafata, pero ha reducido su jornada. “Fue durante la pandemia, cuando para todos hubo un parón, que aproveché el tiempo para pensar en crear algo nuevo que pudiera hacer por mi cuenta, además de mi profesión. Pensé en el bañador porque me parecía un mundo más fácil, aunque luego me di cuenta que no, pero era un sector en el que se echaba de menos algo especial y espectacular. Quería hacer algo diferente, con un efecto wow, que no pasara desapercibido: había margen para innovar, en España se hacía un baño más básico”.
Al lanzar su proyecto en una época complicada describe cómo comenzó su producción de forma artesanal a partir de prototipos y “utilizando los envíos de Glovo, no sabía otra manera. De una forma muy progresiva, otras personas y puntos de venta fueron apareciendo”. Luego aparecieron las tiendas de alta gama de los hoteles de cinco estrellas.
“Soy una enamorada de la belleza, como Oscar Wilde”, sigue relatando. “Había viajado tanto y sentido la inspiración de los colores, la naturaleza, los paisajes y las flores y plantas que había visto en diferentes partes del mundo. También del arte, el cine, la música y algunas épocas como la Belle Epoque o los años 20 o los 50. Y aquí encontré el modo de expresar todo aquello”.
¿Qué quiere transmitir? ”Mis códigos son sencillos: Me gusta la sofisticación, el glamour y el trabajo bien hecho. Quiero vestir a una mujer que es feliz, que quiere ser feliz, que se siente segura y lo demuestra llevando un bañador o un body espectacular. Mi última colección es una oda a esa mujer, después de lo mal que lo hemos pasado durante la pandemia y un poco como hizo Dior en la posguerra me apetecía volver a soñar y vestir a la mujer hiperfemenina con colores luminosos que exaltarán la belleza y sublimarán el cuerpo”.
FLORES Y PLANTAS
Respecto al diseño, explica cómo “la flor me gusta desde siempre como emblema. Al principio no sabía qué motivos elegir, pero enseguida apareció la gran camelia. También me atrapa la inspiración natural, y por eso aparecieron las hojas verdes de gran tamaño y los volantes, que son muy españoles. Me atrae también la feminidad”, explica, mientras señala los nuevos caftanes que ha añadido a su reciente colección.
Ahora, en 2023, tras ser elegida como mejor colección en la pasarela de Moda Cálida, en nuestro país no sólo sus prendas —exclusivas y de edición limitada, cuyo PVP ronda los 350 €— están disponibles online y también tienen un espacio destacado directamente en las tiendas del Mandarin Ritz y Four Seasons de Madrid, sino que se encuentran en So de Sotogrande. Además, se pueden encontrar en otros puntos de Francia, Qatar, Egipto y, muy pronto, en otros lugares.
Cimadevilla termina esta entrevista compartiendo cómo le ha sorprendido gratamente que cada vez más celebridades estén empezando a adoptar sus diseños más a menudo. El éxito siempre sorprende. También el apoyo que ha recibido por parte de Iberia, su compañía: no tiene pensado dejar de volar por el momento. Reconoce que en algunos momentos tiene poco tiempo para sí misma, pero se siente satisfecha. “A mí me gusta mucho volar, tanto como diseñar. Cuando estás en el camino, todo te llena. El tiempo dirá cómo sigue la historia”, afirma y sonríe ampliamente. Quiere hacer historia en el swimwear de lujo… y va camino de conseguirlo.
Agradecimientos a Iberia y a Valyty
Fotos realizadas en exclusiva para magasIN de EL ESPAÑOL