La familia de pódcast de EL ESPAÑOL sigue creciendo. 'Arréglate que nos vamos' es el espacio de encuentro donde cada semana Cruz Sánchez de Lara y Charo Izquierdo mantendrán una charla íntima, inspiradora, divertida y salpicada de risas y emociones, con una mujer de rompe y rasga. Como esos magníficos ratos entre amigas que tanto nos gustan y necesitamos.
El espacio se estrena con Cristina del Valle, cantante y activista de derechos humanos. Bajo el título Cristina del Valle: esa amiga nada peligrosa, EL ESPAÑOL lanza la primera entrega del pódcast 'Arréglate que nos vamos'.
Si la pócima de la eterna juventud la encuentran los buenos, podríamos asegurar que Cristina del Valle, la solista de Amistades Peligrosas es de las buenas. Porque su cuerpo, su espíritu, su cara, pero sobre todo, su voz sigue siendo tan joven como cuando ponía auditorios en pie proclamándose pringaos. Que lo sigue haciendo, por cierto.
Y en efecto, sabemos que las bondades de esta especie de valiente flautista de Hamelín a la que siguen miles de personas buscando impacto positivo en los más desfavorecidos. Una voz dispuesta a dársela a los más y especialmente a las más desvalidas, cruzando mares, océanos, surcando diferentes culturas, civilizaciones y países, con la misión de unirlas, de mejorar el mundo y en multitud de ocasiones de llenar teatros.
En el caso de Cristina del Valle, la voz es el espejo del alma. Pero lo es también de su genio y figura, esos que le llevaron a la fundación de la plataforma de Mujeres Artistas que recorrió el mundo con su tribu de abogados, periodistas, actrices, escritoras...
Se las pudo ver en Palestina, en el Sahara, en México, en Ciudad Juárez, durante la primavera árabe en Egipto, en Irak, Siria, Guatemala, República Dominicana..., donde también estuvo Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta de EL ESPAÑOL, a la que nuestra protagonista se siente unida, y para siempre.
Llega Cristina feliz, nuevamente inmersa en una gira de Amistades Peligrosas, respondiendo a nuestros piropos con el elogio de su soltería y su maternidad perruna... aunque también de un burro que mantiene en custodia compartida... Que no falte el amor, ni el sentido del humor.
Bailona, no come ni carne ni pescado, no ha fumado nunca, ni ha probado alcohol ni drogas, guapa a rabiar, esa pequeña que se crece en los escenarios presume de genética compartida con su adorada madre, que custodia sus innumerables premios, y sus tres hermanas. Y presume también de vivir de su amada profesión, que fue también una manera de sobrevivir a una dura infancia también compartida.
Ha subido a los palacios de premios y ha bajado a infiernos como el iraquí, donde vio morir a niños en brazos de sus madres.
Ha vivido la plenitud en compañía de sus miles de seguidores coreando "Africanos en Madrid" o "Basta ya de tanta tontería" y la soledad en medio del horror y la guerra de un mundo sin solución.
Y pasa de llorar en un rincón a vestir su disfraz de invencible, de la profundidad a la frivolidad, de la humildad a la divinidad.
Busca sacar a la gente de sus infiernos porque lo aprendió de su madre que acogía a mujeres víctimas de violencia..., ella que había estado a punto de morir asesinada por su marido, torturador estratega.
Busca ser ella misma también esa casa de acogida para quienes sufren, sanando el dolor de los demás que pasa por haber sanado el propio, siempre desde el amor.
Sensible, divertida, artista, se deja conocer en esta entrevista emocional de carnes abiertas en la que incluso se atreve a cantar a capella "somos una y cada una todas las demás".