Se habla poco, o prácticamente nada, de feminismo negro en España. Y apenas se sabe que las reivindicaciones por el sufragio femenino, el derecho al voto de las mujeres, se sirvieron del movimiento por los derechos civiles contra la segregación y la discriminación racial en EEUU. Ese sueño de materializar la igualdad cae en el olvido con cada 8M. Es curioso que, a las puertas del Día Internacional de la Mujer, y en medio de la discusión por la falta de unidad en el feminismo español, apenas florezcan titulares y discusiones que ponen en el centro los testimonios y las luchas de las mujeres afrodescendientes por la equidad.
"Las veces que no he participado en el 8M es porque las luchas que acoge no incluyen ni a la mujer negra ni a la mujer migrante", sostiene Zinthia Álvarez, periodista y activista antirracista, afrodescendiente radicada en España, promotora del proyecto educativo Mujeres negras que cambiaron el mundo y especializada en mediación intercultural. Además, no existe un censo de la población afrodescendiente en España, sino estimaciones desactualizadas que la sitúan entre 1 y 2 millones de personas. "Y como no nos cuentan, no contamos".
Entonces, ¿quiénes son las mujeres a las que se dirige el feminismo español?
Si las mujeres, en general, "no aparecen en los libros de texto, piensa cuántas personas no blancas... Y en lo difícil que es imaginarte en determinados lugares cuando jamás te imaginan", reflexiona Lucía Mbomio, periodista y escritora, investigadora, activista antirracista, guionista y directora de documentales que ha impartido talleres en la Universidad de Princeton sobre la representación de las personas negras en los medios de comunicación: "La narrativa es la del presente continuo, la llegada continua. La gente llega pero nunca está. Nunca es de aquí. No hay un relato de lo cotidiano".
¿Nadie se pregunta los por qués?
Esta falta de reconocimiento y visibilización: ¿Es una deuda que viene de atrás? ¿Se siguen reproduciendo estas lógicas?