La compañía Vodafone dibuja en su horizonte un futuro muy alejado del apocalíptico, al que nos tienen acostumbradas las películas: un futuro de dispositivos conectados que nos hagan la vida más sencilla.
“Sí, con robots, pero que sirvan para hacer cosas que sean repetitivas y costosas, desde el punto de vista físico, y que no requieran de la intervención de una decisión ética”, asegura Julia Velasco, directora de red de Vodafone España y Core&Services para Europa desde el pasado año.
Hablamos con la directora de red sobre sostenibilidad, y sobre su propósito final como compañía, que no es otro que sus “operaciones no tengan un coste para el planeta”. Y sobre esto, en Vodafone “tienen un montón de iniciativas”, asegura.
Y continúa: “Aprovechamos el tamaño de Vodafone a nivel mundial. La estrategia de la compañía se asienta en tres pilares fundamentales. La parte de facilitar la sociedad digital, una parte muy importante que es la inclusión para todos y la parte de planeta”.
“Tenemos una red verde, que se nutre únicamente de energía renovable. Queremos alcanzar las cero emisiones de carbono netas para 2040. Y ahora, en particular en España, uno de nuestros mayores proyectos tiene que ver con el reciclaje, es decir, reutilizar. Lo que hacemos es recuperar dispositivos en deshuso, los reciclamos y los acondicionamos para donaciones y fines sociales, en intercambios con otros mercados. El año pasado reciclamos más de 1.500 toneladas de dispositivos, sólo en España”.
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"Ahora contamos con la ventaja de que en España estamos muy concienciados con activar por un lado, las energías renovables, y por otro lado, ser capaces de reciclar y de recuperar", confirma.
"Otra cosa que estamos haciendo ahora tiene que ver con las tarjetas SIM de los móviles, que son de plástico. Hemos pasado a fabricarlas todas en plástico reciclado, es decir, que sea todo tan sostenible como podamos. Es verdad que los sectores tecnológicos tienen componentes siempre costosos de producir. Entonces, por eso es mucho el trabajo en la renovación y en el reciclado”, afirma Velasco.
El apoyo a la digitalización es uno de los principales objetivos de Vodafone.
“Nuestro propósito general es conectar a personas, a familias, a empresas, y a la sociedad en general, buscando siempre mejorar su futuro, apoyando en la digitalización de los distintos sectores de la sociedad, para conseguir, en la medida de lo posible, contribuir a que esta sociedad digital sea la mejor y de la manera más sostenible posible”, asegura la directora de red.
“Nuestros objetivos durante este año y el que viene consisten en apoyar la digitalización, sobre todo, en la parte de negocios donde tenemos mucho foco, incluidas las pequeñas y medianas empresas, y a nivel de autónomos, dando soporte en el proceso de digitalización”.
“Y luego, hay otra parte de objetivo que a mí personalmente me gusta mucho, que es cómo facilitar esa educación en lo digital. Aqui está involucrada la Fundación de Vodafone, con su proyecto estrella, 'Digicraft', que es cómo hacemos que los niños entiendan el poder de la digitalización y cómo pueden ellos llevarlo a cabo, desde la educación primaria. Trabajamos con casi 700 centros educativos de toda España”, concluye.
¿La pandemia ahora y la guerra ha afectado a las estrategias iniciales? A partir del próximo año está previsto que el grupo suba sus tarifas con la evolución del IPC...
Llevamos casi tres años en pandemia, y creo que en el origen cuando empezó si que es probable haya dado un vuelco un poco la estrategia, pero la realidad es que para nosotros en la parte de las telecomunicaciones lo que ha hecho ha sido despertar un montón de potencial. Ha afectado, para bien. Poner en valor el servicio que prestamos, acelerar determinada inversión porque se produjo un aceleramiento muy grande de inversión y además activar una innovación para que todo el mundo adopte las tecnologías digitales.
Yo creo que en ese sentido ha habido un impacto muy positivo en la aceleración de la estrategia. Es cierto que los efectos colaterales de la pandemia y por supuesto, ahora la situación con Ucrania y la guerra, y toda la parte de la crisis energética que ya se había originado incluso antes. Y de problemas de suministro, pues eso, obviamente está suponiendo un reto. No afecta sólo a las empresas de telecomunicaciones sino en general, a España y al mundo.
¿Entonces nosotros que estamos haciendo al respecto? Estamos tratando por un lado ser más eficientes, en buscar modelos y procesos que nos permitan reducir los consumos energéticos, en optimizar determinados procesos internos y en ayudar a nuestros clientes. Todo eso es usar nuestros servicios de otra manera.
Hemos hecho una comunicación acerca de que modificaremos el contrato existente porque la inflacción al final, está afectando a la energía, a los costes de todos nuestros proveedores y a las cadenas de suministro , etc., y lo que queremos es que cualquier ajuste que pudiéramos necesitar hacer en la parte de precios, sea predecible y sea transparente. No queremos esconder nada o desinformar de alguna manera.
La idea de negocio de las telecomunicaciones y en particular la innovación tecnológica que nosotros queremos para España, y que requiere de unos niveles de inversión muy altos y necesitamos que el negocio sea sostenible. En España, los precios de la telefonía móvil han estado sometidos a una tendencia de reducción constante desde hace más de diez años. Y necesitamos que el negocio tenga el valor suficiente para poder seguir invirtiendo.
Eso es lo que buscamos. Siempre, y esto es muy importante hay una parte que hace Vodafone, en esa estrategia en la que hablamos de la inclusión, obviamente todas las iniciativas que tenemos como las tarifas sociales que tenemos para personas que tengamos también un poquito más complicada, no se ve afectado por eso. Somos muy conscientes de que la aparición de esa inflación afecta a toda la sociedad. Estamos tratando de hacerlo tan predecible y transparente como sea posible.
Durante la pandemia, su trabajo fue decisivo y contribuyó a que los usuarios no tuvieran ningún problema que podría haber ocurrido porque eran momentos en los que todos estábamos conectados en teletrabajo. ¿Sintió inquietud?
Pues mira sí, más que inquietud sentí la presión de asegurar que éramos capaces de mantener la red y la conectividad que la red proporciona estable. Contamos en España con un nivel de avance o de desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones increíble en comparación con el resto de países. Y creo que eso fue una parte muy importante de que en España durante todo el proceso de la pandemia no se sufriera congestión, no sufrimos problemas de disponibilidad y fuimos capaces de reforzar allí donde hacía falta.
Hubo un trabajo muy importante a nivel de todo el sector, en el que alcanzamos acuerdos y fuimos capaces de colaborar entre todos los participantes en el sector operados y suministradores, el regulador, incluso las empresas de contenido, hubo un trabajo conjunto y alineado, que yo creo que fue muy efectivo y muy generoso. Todos buscábamos minimizar el efecto nefasto del cambio que suponía el confinamiento. La inquietud fue máxima porque los equipos estaban trabajando desde un espacio diferente. Entonces yo no trabajaba en la oficina.
Ahora todo el mundo en tele trabajo, era difícil coordinar a todo el mundo a la vez que se garantizaba la estabilidad. Había que ajustar muchos procesos. Como nosotros tenemos la perspectiva de Vodafone a nivel de toda Europa, si recuerdas, los confinamientos empezaron antes en algunos países que en España y tuvimos la suerte de poder, ver con antelación en otros países algunos de los retos a los que nos íbamos a enfrentar con unos cuantos días de antelación y esto nos permitió prepararnos en cierta medida.
¿Han vuelto a la oficina o están en teletrabajo?
Hemos vuelto en un modelo híbrido con el que vamos a trabajar a partir de ahora, en el que los empleados acudimos dos días a la oficina y tenemos tres días de teletrabajo. Los dos días los elige cada empleado libremente. Y luego para la parte de teletrabajo, hemos adecuado los equipos con el equipamiento necesario para que una persona pueda teletrabajar. Sillas ergonómicas para trabajar en casa, teclados, elevadores, portátiles, etc.
Vodafone es conocida por su desarrollo, sobre todo por el internet de las cosas. ¿La pandemia aceleró estos desarrollos?
La pandemia aceleró ‘el internet de las cosas’ porque cuanto más automatizado, más conectado tenía cada empresa cliente nuestra sus dispositivos, y más fácil era esta gestión un poco remota de determinados elementos. Estamos muy orgullosos de estar ahí a la cabeza, tenemos un segmento dedicado al internet de las cosas tanto a nivel local como a nivel europeo.
Por ejemplo, a nivel de agricultura, sector primario y demás. Hemos trabajado mucho en los sensores que permiten optimizar el rendimiento de la cosecha, los riegos, la calidad del aire, etc.
En la parte de automoción Vodafone tambien tiene muchísimo foco, no solo en España a nivel europeo, tenemos como clientes a grandes flotas automovilísticas. Disponemos de soluciones de coche conectados, localizaciones de vehículos, temas de seguridad en carretera. Más que el coche autónomo, que es casi el uso estrella, en cuanto a futurista, nosotros incidimos más en coche conectado, prevención de accidentes en carretera, incluso detección de vehículos robados, etc.
Ahora, en España estamos despegando mucho, con administraciones públicas en lo que llamamos Smart City. Ciudades inteligentes este verano, por ejemplo, en Ibiza hemos trabajado en una solución para controlar el aforo en las playas, también para la calidad de los servicios, etc., mejoras en la circulación del tráfico y el aparcamiento.
Es decir, que las ciudades están buscando cómo hacer a sus ciudadanos la vida un poquito más fácil. Y qué tipo de aplicaciones o de soluciones les pueden ayudar. Y nosotros estamos, a parte de proporcionar el servicio muy cerca de los ayuntamientos y de las diputaciones, incluso de la parte conceptual que es muy importante.
¿Y cuál es su visión de futuro de la tecnología? Tendremos todos robots o androides que trabajen dentro y fuera de casa?
Pues está un poco en nuestras manos. Depende mucho de lo que queramos adoptar como sociedad. Yo creo que en nuestro rol de empresas tecnológicas, debemos de tratar de abrir todas las oportunidades posibles. Y luego, la sociedad nos dirá.
Creo que cuando hablamos de datos, de información privada, y de cómo la tecnología necesita conocer determinada información para ser útil, pues hay que tener mucho cuidado con la parte de privacidad y de seguridad. Por eso hablo de que nosotros podemos habilitar, pero hay que tener el diseño de para qué se usa la tecnología.
Creo que lo que vamos a ver en el futuro cercano, es ese espacio de sensorización y de dispositivos conectados que nos hagan la vida más sencilla. Que puedas saber que si vas a acceder a una ciudad, vas a encontrar aparcamiento, optimizar el tráfico, de toda la parte medioambiental, de predicciones más precisas.
Cuando hablamos de robots, nos van a servir para cosas que sean más repetitivas y costosas desde el punto de vista físico pero que no requieran de la intervención de la decisión ética.
Y hay otra cosa que yo sí que creo que está más cerca que es la idea de realidad aumentada. La realidad virtual por la que desaperece lo que ves alrededor y te metes en un mundo paralelo que creo que es útil en determinados casos e interesante para determinadas experiencias, pero creo que en el día a día, cuando los dispositivos lo permitan, utilizar la realidad aumentada en turismo en comercio, en tu vida urbana, me parece muy atractivo.
Hablemos de la dificultad que tenemos las mujeres para ocupar cargos de responsabilidad en las empresas. ¿Qué tenemos que hacer para romper esos techos de cristal?
Creo que hay varias cosas. Una habla de no imponernos límites a nosotras mismas. De no aceptar que algo es imposible como premisa.Y no tener miedo a tomar decisiones. En nuestra sociedad hay un miedo al fracaso, a la opinión externa que a veces nos frena un poco. Creo que las mujeres somos más inseguras. Necesitamos tener muchísima más confianza en que aunque no cumplamos el 100% de lo que tú crees que es necesario, no necesitas estar en el 100% para llevar a cabo un trabajo, porque creo que una parte fundamental del desarrollo de un profesional es el aprendizaje.
Creo que no hay que tener miedo, creo que hay que escuchar los consejos de otras mujeres que puedan estar ya en la misma carrera o en un momento similar. Compartir es muy importante y tener una red razonable de aliados, hombres y mujeres, y cuidarla.
Creo que las mujeres aportamos un punto de vista probablemente más práctico en muchos aspectos y creo que las empresas, ya sean grandes o pequeñas, están abiertas a buscar perfilesdiferentes que se complementen. Y eso hace que las habilidades inherentes a las mujeres sean muy interesantes. Somos la mitad de la sociedad y por tanto, tenemos que estar ahí, tenemos que estar representadas.
Y en su caso, ¿ha tenido obstáculos para llegar a su posición de hoy?
Te diría que los obstáculos que yo he tenido son más míos, me los he autoinflingido.
Estudié matemáticas. No esperaba para nada acabar en el sector de las telecomunicaciones. Es verdad que cuando yo estudié matemáticas era una rama científica muy teórica, más que ahora pero con un horizonte enorme. Entré en telecomunicaciones, me encantó lo que me encontré. Y lo cierto es que he aprovechado las distintas oportunidades que aparecieron y creo que he conseguido llegar a donde estoy porque, aunque siempre con dudas, he decidido que probarlo merecía más la pena que quedarme segura donde estaba.
He trabajado en Reino Unido durante seis años, he tenido la suerte de que mi familia y yo nos hemos podido mover como familia, sobre todo en la experiencia internacional, que creo que es un lujo. Mi marido en particular me ha apoyado en todo momento.
Creo que las dificultades que he encontrado, han sido en esos momentos de duda donde tú crees que no eres lo suficientemente buena para optar a un puesto o para llevar a cabo un proyecto. Yo he tenido la enorme suerte de que casi siempre había alguien que me decía: ¡tu puedes! Como curiosidad te diré que en mis dos promociones, cuando pasé a ser jefe de equipo o directora de unidad, en las dos estaba embarazada.
Los equipos a los que pertenecido en Vodafone para para nada veían obstáculos en las cosas que habitualmente a una mujer le pueden suponer un obstáculo.
He contado con una gran compañía y una gran familia que me han apoyado siempre y he conseguido esa idea de la conciliación que siempre nos cuesta.
Las mujeres siempre acabamos en esa frustración de no llego a todo porque quiero estar en todo lo de casa y en todo lo del trabajo. A veces hay que sacrificar una cosa con la otra y hacerlo conscientemente y sacrificarlo hasta un cierto punto, en el que tu como persona lo puedas gestionar.
Para mí mi trabajo es muy importante y mi familia es muy importante y mi objetivo personal es hacer que las dos cosas funcionen.
Tienes que encontrar los mecanismos que te permitan hacer las dos cosas.
¿Qué hay que hacer para fomentar las carreras STEM entre las niñas?
Hay que asegurarse primero, de que no sólo las niñas, si no todos los niños que entiendan todos los aspectos en los que la tecnología es importante, porque creo que para fomentar el interés por lo que son las carreras, un poco más técnicas, más científicas. Hay muchas veces que los niños o las niñas.
Yo tengo una hija de 14, ya habíamos tenido muchas, muchas conversaciones al respecto hasta. Hasta para las carreras más técnicas me viene bien saber de cosas que no sean técnicas, y para cualquier actividad que tú haces en tu día o en casi cualquier futuro profesional que te plantees, tener un background técnico, tener un conocimiento de tecnología, de ciencia es fundamental.
Desde Vodafone hemos hecho proyectos de hasta 20 cursos de codificación de software para niñas. Y creo que hay predicar con el ejemplo, que lo vean y lo entiendan. Una carrera técnica no es una carrera en la que acabes encerrado en un laboratorio o pegado a un ordenador.
El horizontel profesional para los jóvenes que se forman en carreras técnicas es enorme. También creo que hay que desmitificar que son muy difíciles.