Casi siempre que aparece el nombre de Sister Rosetta Tharpe en alguna conversación sobre música es para hacer referencia a su influencia en artistas masculinos posteriores como Elvis Presley o Chuck Berry. Esta es la lacra que persigue a muchas artistas mujeres del pasado, cuya importancia parece basarse únicamente en su relación con artistas hombres.
En su propia época, muchos contemporáneos reconocían el talento de Tharpe, aunque para ello recurrían a la comparación con sus colegas masculinos. “Toca como un hombre” decían para alabar su estilo a la guitarra (o para criticarla, según de quién viniera el comentario). Sin embargo, la aportación de Rosetta Tharpe a la música tiene valor por sí misma.
Primero fue el góspel
Rosetta Tharpe nació en Arkansas en 1915. Sus padres trabajaban en una plantación de algodón, pero cuando Tharpe tenía 6 años, se mudaron a Chicago, y la niña pudo unirse a la Iglesia de Dios en Cristo, donde se empapó de música góspel.
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A los 6 años, comenzó a tocar la guitarra y a girar con su madre, quien por aquel entonces se dedicaba a predicar en varios pueblos de la geografía norteamericana. Este primer contacto de Rosetta con la guitarra le permitió experimentar con sonidos electrónicos, que combinados con el estilo de canción góspel constituirían su sello más distintivo años más tarde.
Sus primeros éxitos
A los 19 años, se casó con Thomas Tharpe, de quien tomó su apellido (aunque el matrimonio duró poco). Tras divorciarse de él, se trasladó junto a su madre a Nueva York, donde tocó con músicos punteros de la época como Duke Ellington. Durante varios años giró además con los Dixie Hummingbirds, un combo de góspel de la época.
Con 23 años, Sister Rosetta firmó con Decca Records, con quienes grabó sus primeros discos, en los que ya se adivinaba el talento de la joven. Sin embargo, su primer éxito no llegó hasta 1938, cuando lanzó Rock Me. En 1945, su nombre apareció por primera vez en la lista de la revista Billboard, con la canción Strange Things Happening Every Day. Era la primera vez que un tema de góspel entraba en Billboard.
La extraña mezcla del punteo guitarrero con las melodías del góspel dieron a Rosetta Tharpe fama entre los críticos y los fans de la música en general. Nunca nadie se había atrevido a meterse con el góspel, ni mucho menos a sacarlo del ambiente religioso y a mezclarlo con otros estilos de música seculares, pero a Rosetta no le pareció tan mala idea. Al principio, a muchos les resultó escandaloso, pero, como suele ocurrir, con el tiempo se celebró el atrevimiento de Rosetta.
Si no hubiera sido por ella, el rock and roll probablemente no hubiera existido. Y es que a Rosetta se le considera una de las primeras influencias de Elvis, Chuck Berry o Little Richard, quienes quedaron prendados del modo de tocar la guitarra de Tharpe —caracterizado sobre todo por el uso de la técnica conocida como handpicking—, tan poco habitual en aquellos años.
Éxito en Europa
Sin embargo, la audacia de Rosetta y su capacidad para innovar se convirtieron tiempo más tarde en su perdición. En 1950, Sister Rosetta quiso inventar algo nuevo haciendo converger elementos del blues y del góspel, pero ello no fue bien recibido por los puristas del góspel. Tampoco por su propia discográfica, quien a finales de los cincuenta despidió a Rosetta.
No obstante, gracias a que su reputación seguía intacta en Europa, donde conservó una importante fanbase, Tharpe pudo continuar actuando. En 1957, recibió una invitación para tocar con el trombonista Chris Barber en su gira por Reino Unido. Una invitación que Rosetta no tardó en aceptar.
Aunque Tharpe pudo seguir actuando en Europa, en Estados Unidos estaba defenestrada, y no sólo por las críticas que llegaban de parte de los puristas del góspel, sino también por las acusaciones de bisexualidad.
Los rumores habían empezado en los 40, cuando Rosetta conoció a otra cantante de góspel, Marie Knight, con quien formó un dúo artístico. Este no tardó mucho tiempo en disolverse, pero las sospechas de que las dos habían mantenido un romance nunca acabaron.
Mientras tanto, la fama y la influencia de Sister Rosetta Tharpe crecía en Europa, sobre todo a partir de 1964. Ese año tuvo lugar el famoso concierto en la estación de tren de Manchester, que formó parte de la gira Blues y Gospel Tour, en la que además de Rosetta tocaron otros grandes del blues como Muddy Waters, Sonny Terry o Brownie McGhee. Entre el público estaban Keith Richards, Eric Clapton y Jeff Beck, y fue a través de ellos que el estilo de Rosetta llegó a las jóvenes bandas británicas.
Pese a todo, Rosetta estaba cada vez más deprimida. Su madre, con quien siempre le había unido una relación muy especial, había fallecido hacía poco, y sus problemas asociados con la diabetes se habían ido intensificando poco a poco. A principios de los 70, mientras estaba de gira con Muddy Waters por Europa, tuvieron que amputarle una pierna como consecuencia precisamente de una complicación de su enfermedad.
Finalmente, Sister Rosetta Tharpe falleció en Filadelfia en 1973, a la edad de 59 años, pero su legado aún pervive en la actualidad. En 2019, el cantautor británico Frank Turner incluyó un homenaje a Rosetta en su álbum No Man´s Land. En él, Turner advertía: Don´t let her be forgotten / Rosetta deserves more / Remember her teaching a nation / On a train platform in England / In 1964.