Mucho corsé y cuellos altos imposibles: una propuesta irreverente de la Alta Costura ideada por Jean Paul Gaultier

Nicolás di Felice salía a saludar y abrazar al propio Gaultier quien desde una primera línea presidencial disfrutaba orgulloso de los diseños que ya son parte de la historia de su marca homónima con 48 años de trayectoria.

Antes de llegar a ese emotivo momento final al cierre del desfile, vamos a poner la atención que merece esta colección de Alta Costura que pone el broche de oro a la tercera jornada parisina de moda. 

El desfile, previsto para las 18.30 h de la tarde, se retrasó algunos largos minutos. Algo común en este tipo de eventos donde los invitados necesitan llegar, acomodarse en sus puestos asignados y recuperar el aliento después de, posiblemente, alguna frenética carrera entre el tráfico de la ciudad. Sin embargo, toda espera fue merecida. 

Mucho corsé, mucho color negro y mucha silueta (casi) imposible. Así fueron los diseños que portaron las modelos a paso errático y coreografiado por una pasarela blanca y geométrica que permitía a todos los allí presentes deleitarse con el savoir-faire francés.

Del fundido en negro al apagar las luces, a una blancura que se transformaba en el lienzo perfecto sobre el que cada una de las prendas confeccionadas destacarían con gusto. 

Las primeras modelos sobre la pasarela lucían el rostro parcialmente cubierto con escotes que ascendían hasta convertirse en un cuello alto teatral que hacía las veces de mascarilla o velo. Diseños en color negro profundo que sobrecogían a la audiencia por el posible mensaje oculto de los mismos: mordazas de silencio y libertad impuestas a muchas mujeres de ciertos países en conflicto. 

Y es que si algo defiende la casa Jean Paul Gaultier desde su creación en 1976 es la libertad, la sexualidad y el empoderamiento femenino. Algo expresado con claridad en el resto de la colección. 

Según ha ido avanzando el desfile, las modelos han ido descubriendo sus cuerpos gracias a las siluetas encorsetadas, tejidos transparentes o de malla en colores claros que oscilaban del empolvado rosa maquillaje al marfil y el vainilla, y las faldas cortas de muchos de los vestidos.

A destacar de los accesorios propuestos por parte del director creativo invitado para la temporada de invierno de la Alta Costura, sus esculturales cuñas confeccionadas en malla y los pendientes maximalistas ear cuff. 

Lo que ha conseguido Nicolás di Felice aceptando esta invitación por parte de Gaultier es revisitar los archivos y la esencia de la casa con un gusto moderno que demuestra esa máxima que reza que "menos es más". Demostrando así que en la simpleza también reside una gran complejidad.