Hacerse una carrera en las medias no es algo que entusiasme a nadie, pero menos aún cuando con ellas hemos hecho una inversión pensando que se quedarían a largo plazo en nuestro armario. Son complementos que acostumbran a no ser muy duraderos, ya que cada vez que los usamos se exponen a tirones y movimientos que en muchas ocasiones terminan atravesando las hilaturas de las medias.
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Con este desenlace no nos queda más remedio que dar por terminada nuestra relación con ellas, aunque hay varios trucos y recomendaciones que pueden ser muy útiles para evitar llegar hasta ese punto. ¿Cómo podemos hacer que las medias resistan por varias temporadas?
Usarlas con mimo
Para evitar la frustración de unas medias arruinadas, lo primero que hay que hacer es asegurarse de tener unas uñas bien cuidadas a la hora de subirlas. Si estas no están correctamente limadas, es posible que al subirlas acaben enganchándose en sus fibras.
Llegados a este punto, no hace falta —pero tampoco está de más— recordar lo importante que es subirlas con delicadeza. Las medias son accesorios muy frágiles y en momentos de prisa las manejamos bruscamente o no atendemos a si hay objetos afilados alrededor. A no ser que queramos recrear el estilo de las carísimas medias rotas que Gucci sacó al mercado hace un par de años, es mejor que las tratemos con mimo.
La elección es clave
Elegir la talla adecuada de las medias es crucial, ya que si estas son demasiado ajustadas podrían acabar estirándose en exceso y romperse. Si, por el contrario, son demasiado holgadas, también pueden resbalar y acabar generando fricción. Como probablemente ninguno de los resultados sea el que desees, lo mejor es fijarse en la tabla de medidas del packaging y preguntar en la tienda para conocer el ajuste adecuado.
De la misma forma en que hay tantos colores de medias como tonos de piel existen, el grosor también difiere en los distintos modelos a la venta. Cuanto más gruesas sean estas, más difíciles serán de romper, pero también se verá menos pierna. Puedes elegir medias gruesas si lo que pretendes es reducir el volumen de tu contorno o unificar el color. La opacidad se mide en deniers: una media fina tiene deniers bajos, hasta 20, y una gruesa más de 60.
También hay otros detalles que puedes tener en cuenta a la hora de seleccionar el complemento que más se adapta a ti. Hay medias con brillo o mate, igual que también existen medias sin puntera. Aunque, eso sí, estas tienen una probabilidad mayor de acabar desgastándose por el roce.
El cuidado en casa
Si usas lavadora, trata de colocarlas siempre en una bolsa de lavandería para evitar que se enreden con otras prendas, con un detergente suave y siempre con agua fría. De no seguir estos pasos, podrías encontrártelas arruinadas al ponerlas a secar. El agua caliente daña las fibras elásticas de las medias y puede estirarlas hasta dejarlas inutilizables.
En cuanto al secado, es importante no retorcer ni escurrir las medias después de lavarlas. Es mejor, en todo caso, presionar suavemente para eliminar el exceso de agua y dejarlas secar al aire libre.
Cuando ya se han roto...
Si llegas tarde a estas recomendaciones y no has podido evitar que tus medias favoritas se rompan, no te preocupes, porque aún te queda algún as que otro bajo la manga. El pegamento especial para tejidos puede ser tu mejor solución en estos casos. Este producto viene genial para arreglar unas medias rotas fabricadas en materiales sintéticos.
Otra opción es aplicar esmalte de uñas sobre ellas. Suele venir muy bien para prevenir que estas terminen de romperse después de notar cómo estas van desgastándose progresivamente. Basta con usar un esmalte que sea transparente y ponerlo sobre el contorno estropeado por unos minutos.
La última opción que queda por añadir a la lista es la costura: con aguja, dedal y, sobre todo, algo de paciencia, podrás decir adiós a las roturas provocadas por el roce con el calzado y volver a utilizarlas con la misma comodidad del primer día.