Accesorio de fascinación y tradición, este "instrumento compuesto por un conjunto de varillas articuladas por un extremo y pegadas por el otro a una tela o un papel que se despliega con ellas en semicírculo", tal y como lo define la Real Academia Española, es, sin duda, uno de los grandes iconos de la moda española.
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Su origen no es reciente. Los primeros modelos se remontan a la Antigüedad, eran utilizado tanto por hombres como mujeres. El abanico, tal y como lo conocemos hoy, encuentra sin embargo su origen en la Corea del siglo X, dirigida por la dinastía Goryeo. La dinastía Minglos popularizó en China y llegaron a Japón durante el período Tokugawa.
En 1587, en Respuesta de Liñán a Lope, de P. Liñán de Riaza, se documentó por primera vez la acepción "instrumento que sirve para dar aire a alguien mediante movimientos de muñeca, y, en particular, el formado por una serie de varillas unidas por un clavillo en su extremo inferior y por una banda de tela o papel en el superior, que se abre formando un semicírculo", tal y como lo recoge también la RAE.
Más allá de su aspecto utilitario, el abanico se convirtió en un poderoso transmisor de mensajes. Repleto de símbolos, cuenta con un lenguaje propio. "La popularidad del abanico español entre los siglos XVIII y XIX abrió la puerta a un nuevo y desconocido universo de gestos y movimientos que las mujeres utilizaban para expresar sus más sinceros sentimientos", explican los expertos de los Abanicos Aparisi. Repasamos los más habituales.
Su lenguaje
- Te quiero: colocar el abanico a la altura del corazón
- No estoy disponible: abrir y cerrar con rapidez el abanico
- No le presto atención: colocar el abanico en la oreja izquierda
- No se quede: deslizarlo a la altura de los ojos
- No confío: apoyar el abanico sobre los labios
- Nos vigilan: taparse el rostro con el abanico
- Estoy impaciente: dar varios golpes con el abanico sobre un objeto
- Deseo un beso: colocar el abanico sobre los labios
- Indicar la hora de una cita: enseñar un número determinado de varillas
- Sí: cerrar despacio / colocarlo cerrado sobre la mejilla derecha
- No: cerrar rápido el abanico / colocarlo cerrado sobre la mejilla izquierda
- Olvídeme: colocar las dos manos sobre el abanico
- Estoy comprometida: abanicarse rápidamente
- Estoy casada: abanicarse lentamente
- No me olvido de usted: colocarlo detrás de la cabeza
- Sígame: colocarlo delante del rostro con la mano derecha
- Le pido perdón: abrirlo a la altura de los ojos
- No me atrae: taparse el rostro con el abanico abierto
- Puede esperarme: abrir el abanico y enseñarlo
- Me casaré con usted: cerrar el abanico sobre la mano izquierda
- Me cae mal/le odio: tirar el abanico al suelo
3 modelos para el verano
Si te encantan los modelos clásicos, no te pierdas el abanico deluxe de madera de Bubinga y encerado por ambas caras, de BOX San Sebastián. Lleva grabado el logo de la marca con láser. La funda que lo protege está hecha con piel de vacuno 100% vegetal con el logo de Box grabado a fuego. Un abanico que tiene una bonita historia y es que la mismísima Anjelica Huston tiene uno.
Olivier Bernoux firma el modelo Fan "Gold Opaline", un abanico de inspiración natural con madera lacada, hoja de seda y lúrex, completada por una cadena metálica ideal para llevar el abanico cuando no se utiliza.
Abanicos Aparisi nos propone este modelo de madera, con un estampado de cachemira de lo más llamativo (6,05 €).