Del 3 al 6 de julio de 2023, se celebra en París el evento de moda más esperado del año: la Semana de la Alta Costura. Una temporada más, las casas más prestigiosas despliegan colecciones que celebran el poder de la artesanía.
[Elsa Schiaparelli, homenajeada en París con una exposición que recrea la historia de la artista]
La historia de este evento no es reciente: el diseñador de moda británico Charles Frederick Worth (Bourne, 1825) fue uno de los primeros en presentar una colección anual, con diseños firmados como auténticas obras de arte. Como él, varios diseñadores sintieron la necesidad de presentar de forma más reglamentada sus creaciones.
La Chambre Syndicale de la Haute Couture instauró entonces, a mediados del siglo XX, un calendario de presentaciones fijas, que tenían que cumplir con una serie de criterios estrictos. De hecho, "Haute Couture" es un término legalmente protegido desde 1945. Los candidatos deben poder presentar 25 diseños, creados a mano y en un taller con un equipo mínimo de 20 personas, entre otros.
Algunas casas cuentan con una participación permanente, otras son correspondientes extranjeras y las últimas son invitadas por la Federación. Este lunes, las primeras casas desfilaron, presentando su propuesta otoño/invierno 2023/2024. Descúbrelas.
La casa Schiaparelli, fundada por la vanguardista diseñadora de moda italiana Elsa Schiaparelli en 1927, inauguró esta semana con un desfile a su imagen, atrevido e impactante. Tras sorprender con su "Inferno Couture", polémico por el protagonismo de las cabezas de animales gigantes que adornaban sus diseños, su director creativo Daniel Roseberry consiguió de nuevo generar la sorpresa con "Y los artistas...". Según explica la casa, "en esta colección, cada pieza se ha inspirado de algún modo en un artista, ya sea de la época de Elsa, de mediados de siglo o de la nuestra".
El resultado es un desfile de siluetas extravagantes y volúmenes impresionantes, que beben de diferentes inspiraciones: "pintamos a mano el cuerpo de una mujer con pinceladas inspiradas en Lucian Freud, y luego transferimos esa imagen a una media de seda elástica, donde cada pincelada se plasmó en brillantes paillettes", subraya la casa.
"Las piezas de mosaico de espejos del escultor Jack Whitten dieron lugar a una chaqueta y una falda de punto elástico con espejos rotos. Una pitillera de cuero que recorta la falda de un vestido de baile es un homenaje a Sarah Lucas, y las cuentas y polvos de color azul intenso que cubren multitud de superficies son un guiño a Yves Klein, pero también a las ilustraciones infantiles de Miró" añade.
No es el único artista al que se rinde homenaje: "en otros lugares de la colección hay homenajes a Dalí -esos amaneceres surrealistas que dan lugar a una multitud de degradé de colores vibrantes-, Matisse (no su obra, sino las palmeras del hotel Regina, ahora en shearling negro de pelo largo como un fantástico abrigo de imitación), e incluso una Venus de mármol blanco se ha abierto camino en un abrigo de melton blanco invernal. Incluso las paredes del estudio londinense de Lucian Freud inspiraron el espectacular caos de pinceladas pictóricas de un puffer blanco laminado de gran tamaño".
Con respecto a los complementos, Schiaparelli explica: "las esculturas monumentales de Giacometti se reinterpretan aquí como finas gotas de oro recubiertas de piedra, dando forma a un nuevo capítulo de la bisutería.
Las queridas molduras de Claude Lalanne inspiraron enormes broches y brazaletes, para los que utilicé mis propias plantas de interior: cortaba una hoja y la fundía en metal, imponiendo en su interior algunos de los rostros de nuestros artesanos del estudio. También hay montañas de bijoux de madera, la primera vez para nosotros. Manos de madera de burl, langostas blancas de escayola y la Paloma de la Inauguración, nuestro símbolo y promesa de esperanza, bañada en pan de oro dorado de 24 quilates.
Y nuestro nuevo bolso Schiap también se replantea. Los zapatos de punta y los zapatos de ojo de cerradura se reducen a su esencialismo más barely-there, con la cinta métrica característica de la maison recorriendo la bolsa de la pierna".
Julie de Libran prosiguió con una propuesta que tal y como lo recuerda, respeta altos estándares de diseño, mano de obra y producción responsable y sostenible. Cada vestido está numerado y se vende en una serie limitada, lo que elimina la sobreproducción innecesaria.
Iris Van Herpen presentó a su vez "Arquitectónica", una colección voluptuosa, inspirada en el futuro de las ciudades flotantes y el concepto de diseño biónico. El viaje creativo de Van Herpen comenzó con las ideas visionarias de Jacques Rougerie, un arquitecto y oceanógrafo, conocido como el "Arquitecto del Mar", que refleja una visión en la que los humanos habitan entornos terrestres y marinos.
"Los looks de la colección están influenciados por la primera ciudad flotante del mundo, 'Oceanix', que actualmente se está construyendo en Corea del Sur. Como primera gran manifestación de esta nueva forma de urbanismo basado en el agua, aprovecha las fuentes de energía renovables, brinda espacios de vida saludables y también sirve como catalizador para la biodiversidad marina y la regeneración ecológica.
Al incorporar la biomimética, estas ciudades flotantes crean ecosistemas autosuficientes que prosperan por encima y por debajo de las aguas costeras. Esta nueva generación de arquitectos muestra un cambio radical en la planificación urbana y un modelo para las ciudades resilientes del futuro.
La energía dinámica del diseño es evidente en los patrones explosivos de luces y sombras que vibran alrededor del cuerpo, las formas fractales, los vacíos geodésicos y las perspectivas distorsionadas que redefinen los límites tradicionales de la moda", según explica la casa.
El resultado son diseños homenaje a la arquitectura, con recortes seductores incorporados en siluetas esculturales que revelan la piel, con un trasfondo humano potente.
Georges Hobeika, fiel a su ADN elegante, romántico y femenino, apostó por siluetas ceñidas, con vestidos cargados de pedrería, jugando con la paleta de los rosas, tejidos satinados, aperturas en la zona del escote, e incluso un vestido inspirado en escamas de animales marinos.
La emblemática casa Dior volvió a rendir homenaje a los artesanos con una propuesta minimalista, de líneas sencillas, que nos invita a redescubrir el poder de la moda en su máxima simplicidad. El desfile, también protagonizado por las obras de Chanakya International y Marta Roberti, fue marcado por siluetas blancas, especialmente vestidos, de líneas claras y marcadas, y por supuesto por el "New Look", inventado por Monsieur Christian Dior, que jamás desapareció de las colecciones de la casa.
El estilo de María Grazia Chiuri, directora creativa de la casa, quedó plasmado en vestidos de corte imperio, con juegos de transparencias y escotes en V. Las capas y el encaje vistieron vestidos rectos, de forma sutil, con un muy discreto protagonismo de los accesorios.
La naturaleza fue también la gran inspiración de Rahul Mishra quien propuso diseños con motivos animales, como el tigre, y vegetales, con flores XXL como principales protagonistas, en marcados tonos metalizados. El plateado reinó, en conjunto con una amplia paleta de rosados y morados.
Charles de Vilmorin sorprendió con una colección vanguardista con líneas muy marcadas: diseños blancos, de líneas imponentes, una propuesta más colorida, con estampados y otros negros, más estructurados y profundos, que firmaron la parte más sofisticada de la colección.
Thom Browne hizo su gran debut en la Semana de la Alta Costura con una colección presentada en la Ópera de París. La escenegrofía resultó de lo más espectacular: el telón se abrió sobre el escenario, coronado por una campana, ante un público compuesto por hileras de recortes de cartón de un hombre con traje gris y gafas de sol. "Browne hinchó los volúmenes de los vestidos, dándoles mangas de globo, y combinó conjuntos de tweed y faldas plisadas con largos abrigos bordados con palomas o motivos marinos como estrellas de mar.
Browne es más conocido por su característico traje gris, pero también se ha forjado una reputación por dar espectáculo: el otoño pasado, por ejemplo, cerró un desfile con temática de Cenicienta con Mj Rodriguez bailando en un Cadillac rosa de tul", recalcó Reuters, sobre su propuesta.
Giambattista Valli permaneció fiel a su estilo romántico y vistoso, con una colección repleta de imponentes vestidos de tul, en tonos pastel, en contraste con el negro. Observamos tendencias habituales en las propuestas del diseñador, como los lazos y los volantes así como plumas y flores, tanto bordadas como estampadas.
La casa jugó con los volúmenes, con imponentes mangas abullonadas y faldas de estilo rococó, combinadas con el calzado romántico por excelencia, la bailarina. Aún así, Giambattista Valli, como también suele ser el caso, no renunció a la sensualidad, incorporando detalles claves como aperturas, transparencias e incluso un vestido de red, de lo más sugerente.