No se cruzó el viernes 24 de marzo ningún gamo ni ciervo por la carretera de El Pardo. Ni hubo avistamiento alguno de corzo mientras un par de magas retiraban las etiquetas de las suelas de los zapatos de otra de las seis mujeres magas que se dirigían al encuentro de la del máximo rango, la Reina Letizia.
Hubo emoción, misterio y complicidad camino de la audiencia de Su Majestad la Reina Letizia al Consejo Editorial de magasIN, presidido por la vicepresidenta de EL ESPAÑOL y editora de su sección de mujer, Cruz Sánchez de Lara. Con ella, Nieves Segovia, Teresa Arsuaga, Eva Moll, María Ubago y yo misma (nos faltó Mercedes Wullich) acudimos al Palacio de la Zarzuela, con la conciencia clara de que sería un día marcado para siempre en nuestras agendas.
De eso estaba convencida Cruz para quien “la Reina Letizia es el icono del esfuerzo, la dedicación y el compromiso. Su conocimiento de magasIN y su apoyo es un auténtico estímulo para el proyecto”.
Algo inquietas, habíamos hablado días antes del agradecimiento a Doña Letizia por su entrega loable a la Institución. Más inquietas aún, comentábamos en una salita aneja al salón de audiencias su permanente labor de servicio público a nuestro país y el trabajo beneficioso por la Jefatura del Estado.
Sabíamos los argumentos que queríamos hacer llegar a Su Majestad. Sin discurso, por cierto. También que estábamos allí para entregarle su reconocimiento como Top 100, un regalo que recibiría agradecida y con admiración por los currículos de las 99 Top 100 restantes.
Sabíamos los colores que elegiríamos para nuestra vestimenta ese día: azul klein, morado, blanco, azul noche, negro y rojo. Incluso el orden de entrada, el de la posición en las fotos, el momento en que se dispararían los flashes. Lo que no sabíamos era el impacto en cada una de nosotras de esa audiencia de la Reina Letizia, desde el saludo amable, hasta su calurosa despedida.
Se ha dicho muchas veces, se constató esta, que es una gran profesional. Lo firmo. No diré nada que no se conozca, y que ayer demostró: sabe de todo y bien, se prepara y bien; como se había preparado nuestra reunión, hasta el punto de reparar en el cambio de color de pelo de una de las nuestras. Se ha dicho, se dice poco, de su cordialidad y de su cercanía. Esta anécdota no es ni la décima parte de esa demostración, derivada, seguro, de su capacidad de observación, fruto de su profesión primigenia.
De ella hablamos, por supuesto, del periodismo, digo. De esa que nos corresponde defender a mujeres comprometidas con EL ESPAÑOL y su magasIN. Lo defendió Cruz Sánchez de Lara que tuvo la oportunidad de demostrar una vez más ella también su cercanía y naturalidad, su habilidad nata y neta para llegar y deslumbrar por la vía más normal y desusada, valga la redundancia, la normalidad.
Con esa manera suya sincera y ausente de filtros, dicho con todo el respeto y cariño posible, habló de la relevancia de ser plataforma del ranking de mujeres más importante del país, y no solo para el periódico, sino sobre todo para ellas, para nosotras, las mujeres, y desde luego para la sociedad. De igual manera que puso de manifiesto la necesidad de visibilizar a tantas que han de ser reconocidas para su propio reconocimiento.
Como muy bien resumió Eva Moll, “la audiencia nos permitió compartir nuestras inquietudes sobre el papel de la mujer en nuestra sociedad, nuestra voluntad de querer impulsar el talento femenino y servir de ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. En este sentido, nuestra Reina, con su esfuerzo, profesionalidad e inteligencia es la mejor referencia y embajadora posible”.
Hicimos saber a Su Majestad la importancia y significado de las tres mujeres de la Casa Real para magasIN y desde luego para las allí presentes. Porque contar con Ella, la princesa de Asturias y la infanta Sofía equivale al tesoro de tres referentes para las mujeres españolas, poniendo un énfasis muy especial en las más jóvenes. Y en este sentido, Cruz alabó la gran educación que los Reyes están legando a sus hijas.
Lógicamente, hablamos del significado de magasIN desde el punto de vista del empoderamiento femenino, aludiendo a reportajes y temáticas que dan visibilidad a protagonistas de nuestro universo. Cruz le expresó vivamente sus intenciones de que nuestras y nuestros lectores entiendan que ser mujer hoy es algo tan completo que todas las disciplinas pueden estar presentes en nuestro “magas”. En palabras de Nieves Segovia, “como en otras ocasiones, la Reina lanzó una llamada a la acción para que el liderazgo femenino forje nuestra sociedad ahora y para un futuro mejor, y magasIN asume esta responsabilidad”.
Y hubo gran acuerdo con esa visión que nos hace inteligentes y sabias, pero también coquetas, de lo que la Reina Letizia es gran ejemplo, vestida con un traje de chaqueta y pantalón ciclamen y unos zapatos nude que no podíamos dejar de admirar. Como admiró Ella los pendientes Estiloyibina, diseño de Bibi Marini que le entregamos. Le correspondían a su nombramiento como Top 100, ya que todas las tocadas por tal varita también los recibimos.
Hablamos por supuesto de esos temas espinosos que siguen impactando especialmente en el público femenino, sí, los del peso. Y fue un honor que Doña Letizia estuviera al tanto incluso de temas publicados por magasIN no solo en esa línea sino justamente en la de reforzar un movimiento tan pujante como el “body positive”.
De nuevo fue una demostración de esa profesionalidad ya comentada. Para el Consejo Editorial fue un honor “transmitir a Su Majestad los futuros pasos de las Top100 y la evolución de magasIN como referente en liderazgo femenino”, según María Ubago. “Un trabajo que -en palabras de Teresa Arsuaga- tiene la inspiración de la experiencia, el cuidado y el conocimiento de la Reina Letizia.”
Puedo hablar por todas si digo que seguramente el momento más emotivo de la audiencia llegó con la entrega del tercer obsequio ofrecido por la gran Maga Cruz, su novela Maldito Hamor. Porque nuevamente salió a la luz la vena más personal de la escritora y editora hablando de su libro. Porque transmitió a la Reina esas historias humanas que generan la empatía requerida por cualquier relación. Porque sabemos que la Reina es capaz de ponerse en la piel de otros, en este caso de otras. Creímos saberlo ayer.
Y puedo hablar también por todas si digo que entramos admirando a la Reina y salimos defensoras acérrimas de Letizia, Reina.