El café podría considerarse como la bebida más valorada en el mundo. Una gran parte de la población, de hecho, asegura que no puede vivir sin él y ve obligatorio tomarse una taza cada mañana para conseguir la energía necesaria para pasar el día. Y luego, posiblemente, alguna más cae.
Lo cierto es que no son solo los humanos los que aprecian esta bebida, ya que también las plantas pueden obtener grandes beneficios del café, especialmente, si buscamos su crecimiento y el fortalecimiento de sus tallos, el cual en ocasiones se complica.
Las plantas son ese ser vivo al que hay que prestarle más atención de lo que creemos, no solo regarlas, sino darles los cuidados suficientes para que crezcan sanas y con tranquilidad. Todo ello hace que queramos ver los resultados de nuestros mimos de inmediato; sin embargo, se toman su tiempo.
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Cada planta tiene su propio ritmo, necesidades y ciclos que debemos entender, por más ganas que tengamos de verlas prosperar ipso facto, no siempre es posible. Hay que tener en cuenta que los calendarios de cultivo no responden a capricho, sino, únicamente, a que se den las condiciones que cada una de las plantas de huerto demandan.
A pesar de que no existan trucos para acelerar el crecimiento de las plantas de forma mágica, con el que al día siguiente ya estén florecidas, sí existen ciertos consejos que pueden ayudarnos a optimizar el ritmo y conseguir resultados más rápidos.
Café para las plantas
El café utilizado como fertilizante no es exactamente una idea nueva. Muchos jardineros agregan posos de café a las pilas de abono, donde se descomponen y se mezclan con otra materia orgánica para crear un suelo fantástico y nutritivo.
Los posos de café (y el café preparado) son una fuente de nitrógeno para las plantas, lo que produce un crecimiento verde saludable y tallos fuertes. Además, la propia bebida también contiene calcio y magnesio, los cuales son beneficiosos para la salud de las plantas.
Se puede emplear en plantas en macetas, de interior e incluso en el huerto. Sin embargo, el café y los posos de café son ácidos y, si bien hay algunas plantas a las que les encantan, hay otras que simplemente no lo toleran, como el lirio de los valles, la lavanda o la madreselva.
Con "usar café" no queremos decir que puedas usar la taza de café que tienes delante, ya que posiblemente contenga un poco de crema, saborizante, sacarina o azúcar. Si bien el azúcar real no representaría un problema para las plantas, la leche o la crema artificial no le harán ningún bien.
Cómo usar el café en las plantas
Una vez conocido que el café normal o sin usar no se debe utilizar directamente sobre la tierra, ya que es un componente muy ácido y podría afectar negativamente a la salud de nuestras plantas, podemos pasar a saber cómo utilizarlo correctamente y hay dos maneras.
El café usado y los posos de café, sí que poseen un PH neutro y beneficioso para ellas, siempre deberán utilizarse una vez estén secos para evitar que se desarrollen hongos en las plantas y podemos emplearlo a modo de abono.
Para hacerlo, podemos o bien mezclar los restos del café con la tierra o echar una capa por la superficie de la tierra de la planta. De manera opcional podemos añadir una capa de sal para que crezcan más bonitas, un ingrediente que también logrará mantenerla alejada de hormigas.
La segunda manera es usarlo de manera diluida. Podemos emplear tanto los restos del café como los granos de café, pero lo fundamental es diluirlo con la misma cantidad de agua fría.
Una vez lo tengamos, rellenamos una botella de agua y lo dejamos esperar durante toda una noche. En cuanto transcurra el tiempo, podremos emplear la mezcla para regar nuestras plantas.
Lista de plantas que aprecian el café
Como ya hemos comentado, no todas las plantas son adictas al café y obtienen sus beneficios, por lo tanto, es crucial conocer cuáles de ellas van a prosperar y crecer.
- Violetas africanas
- Arándanos
- Azaleas
- Orquídeas Phalaenopsis
- Amarilis
- Begonias
- Ciclamen
- Hortensias
- Bromelias
- Gardenia
- Jacintos
- Impatiens
- Helechos
- Rosas
Si vemos que las hojas de nuestras plantas se vuelven amarillas, es posible que haya mucho ácido en el suelo otorgado por el café, por lo que en ese caso hay que abandonar la práctica. En cualquier caso, como todo en la vida, debemos ser constantes, pero no usar esta bebida en exceso.