Las emociones nos hacen ser personas. Con la felicidad reímos y experimentamos el bienestar que nos da luz para continuar, mientras que la tristeza nos hace recordar que no todo es de color rosa. Con ambas somos plenamente conscientes de lo que nuestro cuerpo hace, especialmente cuando lloramos; sin embargo, hay un sentimiento que nos hace desconectar de nuestras propias acciones.
El enfado actúa de forma individual. Una gran parte de la población asegura no ser responsable de sus actos cuando están enfadados, especialmente por todo lo que pueden decir que hiera a la otra persona. Y en muchas ocasiones, ni siquiera es algo que opinen de verdad.
En este punto, controlar la situación es algo que pocas personas saben hacer. Y por lo general, no es que venga de fábrica, sino que es que han aprendido con el tiempo, o más bien el tiempo les ha obligado a aprenderlo.
Enfadarnos es una parta natural de la vida. Es un mecanismo de defensa que utilizamos para protegernos de emociones más vulnerables, como la tristeza, el miedo o la frustración. Sin embargo, cuando la ira se apodera de alguien y estalla, acaba haciéndose daño e hiriendo a otras personas sin conseguir ningún resultado positivo.
Desde contar hasta diez hasta centrarnos en la respiración, los japoneses emplean una técnica muy diferente a lo que estamos acostumbrados: escribir. Llamada hakidashisara, consiste en una tradición con la que con solo un boli y un papel recuperan el bienestar.
Qué es el hakidashisara
Lo más probable es que, en pleno enfado o frustración, lo último que nos apetezca es ponernos a escribir en una hoja qué es lo que nos pasa. Se nos ocurre gritar, pegar un portazo o mordernos la lengua antes que coger un bolígrafo; sin embargo, los expertos sugieren que además de ser sencillo, es lo más efectivo.
Un estudio de la Universidad de Nagoya en Japón, han demostrado que esta táctica, inspirada en la tradición japonesa llamada hakidashisara ayuda a borrar los sentimientos de ira y frustración casi por completo. De hecho, al realizar la investigación no creían que los resultados iban a ser tan efectivos.
Lo único que hacen es escribir en un trozo de papel qué les ha enfadado y su reacción para luego tirarlo y deshacerse física y emocionalmente de ese estado. Los resultados del estudio, publicado en Scientific Reports, fue la culminación de años de investigaciones previas sobre la asociación entre la palabra escrita y la ira.
Lo fundamental del método hakidashisara es tirar el papel. El propio estudio comprobó que aquellos que escribieron sus sentimientos negativos, pero conservaron el papel, experimentaron solo una pequeña disminución en sus niveles de ira.
En investigaciones anteriores ya se demostró que las interacciones con objetos físicos pueden influir significativamente en el estado de ánimo de las personas. En el contexto del manejo de la ira, implica que actividades físicas como escribir y luego desechar físicamente esos escritos pueden ayudar a controlar y reducir las respuestas de ira, mejorando así la calidad de vida en ambientes tanto laborales como personales.
Escritura a modo de terapia
No es la primera vez que se asocia la escritura con la eliminación o disminución de una emoción. Muchos expertos hablan de la escritura terapéutica, la cual puede ayudarnos a desbloquear algunas emociones asociadas a nuestros pensamientos e incluso, aclarar qué es lo que sentimos.
[Las cuatro preguntas que debes hacerte cada vez que estés enfadado: aprende a manejar tus emociones]
A lo largo de la historia hemos visto como grandes poetas escribían acerca de sus sentimientos, y es que lejos de ser un desahogo, les ayudaba a disminuir el estrés, curar heridas, conocerse a ellos mismos y mejorar las estrategias de afrontamiento.
Al final, se trata de la manera más sencilla de reducir cualquier tipo de sentimiento, bien sea en el trabajo o en el hogar, ya que tenemos estos utensilios a mano la gran parte del tiempo. En solo unos segundos, los expertos sugieren que la ira —y también la tristeza— se disminuye en niveles asombrosos.
De acuerdo con la Fundación de salud mental, la ira intensa y prolongada se ha relacionado con problemas de salud mental como depresión, ansiedad y autolesiones, por lo que buscar la solución para controlarla resulta fundamental.