¿Sientes que el cansancio se ha apoderado de tu día a día junto con la pereza y a pesar de haber dormido horas suficientes? ¿Notas falta de energía a lo largo de todo el día? Ya sea por la exigencia de los horarios de trabajo en España, el estrés del día a día o la falta de tiempo para nosotras mismas, lo cierto es que esa situación de llegar a sentirte agotada y sin explicación de por qué puede ocurrir y es más frecuente de lo que imaginas.
Un cansancio muchas veces unido a esa sensación de tener el cerebro sobrecargado, insomnio y una exigencia por encima de lo recomendado, que en las mujeres también se intensifica los días previos a la menstruación, cuando las hormonas encargadas de nuestro bienestar se toman algo así como unas 'vacaciones'.
Pero entonces ¿existe alguna manera de poder paliar ese cansancio y recuperar la energía a lo largo del día? Lo cierto es que con los hábitos adecuados podrás conseguirlo. Toma nota.
¿Qué conexión guarda el síndrome premenstrual con la fatiga y el cansancio?
Hay varias razones clave que pueden dejarte agotada y abrir la puerta a la fatiga del síndrome premenstrual (SPM), estas son algunas de ellas:
- Fluctuaciones hormonales: Después de la ovulación, los niveles de estrógeno, esa hormona estimulante, disminuyen, llevándose consigo tu energía. Además, la serotonina, la hormona que te hace sentir genial, también baja, afectando tu estado de ánimo. Por suerte, la progesterona entra en escena con sus efectos calmantes, brindándote un respiro.
- Quema de energía: Durante la ovulación, tu temperatura corporal aumenta y tu cuerpo quema más energía en preparación para el posible embarazo. En los días siguientes, tu tasa metabólica basal puede aumentar hasta un 9%, agotando tus reservas de energía y haciéndote sentir cansada.
- Anemia: Si tienes períodos abundantes, es probable que pierdas mucha sangre, lo que puede llevar a una deficiencia de hierro. Esto dificulta que los tejidos reciban el oxígeno necesario, haciendo que las células trabajen más para funcionar normalmente.
- Otros síntomas: Entre el dolor, el hambre, el insomnio y la hinchazón, estos factores pueden dificultarte hacer ejercicio, una herramienta útil para combatir la fatiga. No es sorprendente que te falte la motivación cuando te enfrentas a estos desafíos.
- Antojos: Las fluctuaciones hormonales pueden llevarte a ceder ante antojos de alimentos azucarados, como ese helado de chocolate tentador. Esto puede causar subidas y bajadas de azúcar, creando un ciclo que se repite a menos que optes por alternativas más saludables.
- Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM): Si experimentas intensos bajones emocionales, podrías estar lidiando con esta forma aguda del síndrome premenstrual. Además de los síntomas físicos, podrías sentirte triste, enojada, fuera de control o perder interés en cosas que solían alegrarte. Si esto ocurre mensualmente, es crucial que consultes a tu médico para obtener orientación.
Hacer esto durante el día te ayudará a sentirte menos cansada
Estas pequeñas acciones a lo largo del día podrán ayudarte a renovar esa energía que necesitas y a dejar a un lado el cansancio. Pero si aún así no consigues eliminar esa sensación de agotamiento diario, entonces no dudes en consultar tu situación con un médico profesional que pueda valorar tu caso particular.
Incluye aperitivos saludables
Lo que comes tiene un impacto directo en cómo te sientes a lo largo del día. Algunos alimentos pueden dejarte sintiéndote pesada y sin energía, mientras que otros, cargados de nutrientes, fibra y grasas saludables, actúan como un combustible para tu cuerpo, dándote el impulso necesario.
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Según CNN, una estrategia útil para mantener tu energía durante el día es comer cada 3 o 4 horas, incorporando aperitivos nutritivos entre comidas principales. Algunos alimentos recomendados incluyen nueces, avena y chocolate negro, ya que son excelentes fuentes de energía que te mantendrán enérgica y lista para enfrentar tus actividades diarias.
Camina después de comer
Dar un paseo después de comer no solo es agradable, sino que la ciencia respalda sus múltiples beneficios. Entre ellos, destaca su capacidad para controlar los niveles de azúcar, proporcionándote un impulso adicional de energía.
Lo bueno de esta práctica, es que puedes incorporarla fácilmente en tu rutina diaria, incluso durante la hora del almuerzo en la oficina. Invertir unos minutos en caminar después de comer no solo mejora tu bienestar físico, sino que también te ayuda a regresar a tus tareas con un estado de ánimo más positivo.
Mantente activa
Más allá de los recomendados 30 minutos diarios de ejercicio, los expertos sugieren incorporar pequeñas dosis de actividad a lo largo del día, y esto puede lograrse de manera sencilla.
Pero si te sientes muy fatigada, no te fuerces a participar en una clase de ejercicio de alta intensidad. Es crucial escuchar a tu cuerpo. Opta por dar un paseo relajante, realizar algunos estiramientos de yoga o Pilates.
La clave es seguir moviéndote, ya que esto no solo te ayudará a aliviar la fatiga, sino que también contribuirá a mejorar la calidad de tu sueño. Las pequeñas acciones a lo largo del día suman y contribuyen significativamente a tu bienestar físico.
La proteína es clave en tus comidas
La proteína no solo contribuye a generar una sensación de saciedad después de las comidas, sino que también proporciona una fuente de energía más estable en comparación con otros alimentos.
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Es esencial asegurarse de cumplir con una cantidad mínima diaria de proteínas, y lo más beneficioso es distribuir su consumo a lo largo del día, incorporando porciones en cada una de tus comidas. De esta manera, obtendrás los beneficios continuos de esta importante fuente de nutrición.
Una siesta puede ser tu aliada
Garantizar un buen descanso es crucial para la salud, el rendimiento y la prevención del agotamiento. A pesar de haber dormido las recomendadas 8 horas, es posible sentirse fatigado en ocasiones, y es ahí donde las siestas pueden ser aliadas.
Una siesta breve de aproximadamente 20 minutos te brinda la oportunidad de descansar y despertar con una sensación renovada. Es importante cuidar que la siesta no se prolongue demasiado y, preferiblemente, evitar tomarla después de las 3 pm, ya que esto podría afectar tus patrones de sueño y dificultar conciliar el sueño durante la noche.