La opinión de los demás es importante para todos. A cada uno de nosotros nos preocupa lo que nuestra pareja, amigos o jefe pueda pensar y, de hecho, el que sus pensamientos hacia nosotros sean positivos, influye en que tengamos una relación, una amistad y un trabajo próspero.
En cierta forma, esto es algo que se desarrolla desde que somos pequeños, porque desde entonces funcionamos a partir de opiniones ajenas. Es posible que incluso nuestros gustos hayan estado regidos por otras personas, desde la ropa que elegimos para ir al cole hasta la carrera que elegimos cuando somos adolescentes.
A medida que crecemos, entendemos que estas opiniones no manejan nuestra vida; sin embargo, por algún motivo, seguimos pendientes de ellas. Aunque haya quien haya aprendido a manejar este sentimiento, los expertos aseguran que todavía muchos de nosotros estamos sujetos a lo que piensan otras personas sobre nosotros. En la actualidad, se conoce como efecto Golem..
¿Qué es el efecto Golem?
Cuando un tipo de conducta se repite de forma habitual, recibe un nombre al que poder dirigirse y bajo el cual pueden trabajar e investigar los expertos. El efecto Golem es un fenómeno psicológico que se refiere a cómo las expectativas negativas sobre una persona pueden afectar su rendimiento y autoestima.
Se define como un tipo de profecía autocumplida donde las expectativas negativas o muy bajas sobre alguien (o sobre uno mismo) incluyen en el comportamiento y conducen a un peor desempeño. En España, está cobrando una especial relevancia debido a sus consecuencias tanto en el ámbito personal como educativo y laboral.
Su origen se remonta a la mitología judía. El término Golem se refería a una criatura hecha de barro que cobraba vida gracias a palabras mágicas pronunciadas por su creador. En los relatos, el Golem es una figura poderosa pero carente de inteligencia y voluntad propia, que actúa únicamente según las instrucciones de su creador.
Esta historia ha sido utilizada como metáfora en la psicología para ilustrar cómo las expectativas de una persona pueden moldear y limitar el comportamiento de otra, similar a cómo el creador controla al Golem. En el contexto del efecto psicológico, las expectativas negativas actúan como las "instrucciones" que limitan el potencial de la persona afectada. Pero también existe su efecto contrario, en positivo.
El efecto Golem lo presenciamos en muchas ocasiones, especialmente en la infancia, cuando los profesores depositan sus expectativas sobre nosotros. O nuestra propia familia espera que lleguemos lejos. Todas esas opiniones y reflexiones acaban influenciando nuestro rendimiento y comportamiento, incluso sin darnos cuenta.
Cómo se manifiesta el efecto Golem
Las expectativas negativas son el núcleo del efecto Golem. Cuando una persona, ya sea un profesor, un jefe o incluso un amigo o familiar, tiene una visión pesimista sobre nuestro rendimiento y capacidades, influye profundamente en nuestra conducta y actúan como una especie de profecía autocumplida que puede llevarnos a un desempeño por debajo de su potencial real.
Estas expectativas negativas tienen un impacto devastador en nuestra autoestima. Cuando estamos siendo subestimados constantemente, interiorizamos estas percepciones y llegamos a creer que realmente tenemos menos capacidad de la que tenemos, tanto en el ámbito educativo, en el laboral, como en nuestro día a día.
El efecto Golem no solo afecta la autoestima, sino también el rendimiento. Cuando las expectativas son bajas, las oportunidades para demostrar capacidades y habilidades también se reducen. Esto puede llevar a una menor motivación y, en consecuencia, a un desempeño inferior.
El concepto de profecía autocumplida es central para entender el efecto Golem. Este fenómeno ocurre cuando una creencia o expectativa sobre una situación o persona influye en el comportamiento, de tal manera que la expectativa se convierte en realidad. En el caso del efecto psicológico, las expectativas negativas llevan a comportamientos y resultados negativos.
Sin embargo, aunque parezca que no, las relaciones interpersonales también se ven afectadas por el efecto Golem. Las expectativas negativas pueden crear un ambiente de desconfianza y desmotivación, no solo entre individuos, sino también dentro de grupos e, incluso, relaciones amorosas.
Las expectativas negativas también influyen en la toma de decisiones. En el momento en el que no conocemos ni valoramos nuestras habilidades o capacidades, es probable que tomemos decisiones que no aprovechan del todo nuestro potencial. Sin hablar que todo ello puede tener un impacto devastador en la salud mental, causando ansiedad, estrés y, en casos extremos, depresión.
Uno de los principales inconvenientes del efecto Golem es que puede ocurrir de manera inconsciente, sin que la persona que tiene las expectativas negativas se dé cuenta del impacto que está teniendo. Muchas veces, los prejuicios y estereotipos están tan arraigados que influyen en nuestras acciones y decisiones sin que lo notemos.
Su efecto en positivo: Pigmalión
Como ya hemos comentado, el efecto Golem también existe en positivo y es mucho más famoso en el ámbito psicológico, llamado efecto Pigmalión. Ambos están basados en la influencia de las expectativas sobre el rendimiento y el comportamiento de otras personas. Aunque ambos se derivan del concepto de profecía autocumplida, presentan diferencias clave.
El efecto Pigmalión es un término psicológico que se refiere a situaciones en las que las altas expectativas conducen a un mejor desempeño y las bajas expectativas conducen a un peor desempeño. Descrito por primera vez por Rosenthal y Jacobson en 1968, recibe su nombre del mito griego de Pigmalión, donde las grandes expectativas de un escultor por su estatua hacen que esta cobre vida.
De esta manera, se crea un efecto de autorrealización que está basado en tres pilares, que son: creer de manera firme en un hecho, tener la expectativa de que se va a cumplir, y acompañarlo de mensajes que ayuden a conseguirlo. Dicho de otra forma, el hecho de que otras personas te vean como una persona capaz de hacer algo hará que sea más probable que seas capaz de hacerlo, y lo mismo sucederá en el caso contrario.
El efecto, también conocido con el nombre de "profecía autocumplida", ha tenido un enorme éxito en su aplicación en el ámbito educativo y en el propio entorno laboral. Cientos de estudios desarrollados a lo largo de los años han podido concluir que utilizar expectativas positivas sobre alumnos o trabajadores puede mejorar y potenciar su rendimiento.
Actualmente, gracias a la neurociencia, se ha podido demostrar que cuando se recibe la confianza de otra persona y esta es capaz de transmitirlo, nos sentimos más seguros y se disfruta de distintas ventajas, al mejorar la velocidad con la que pensamos, mejorando nuestra lucidez y energía, lo que conlleva una mayor atención, eficiencia y eficiencia. Todo ello contribuye a ofrecer un mayor rendimiento en las tareas que realicemos.