Dulceida (34 años) y su esposa, Alba Paul (36), sorprendieron este martes a todos sus seguidores al anunciar que esperaban su primer hijo. La pareja de influencers lo anunció en su perfil de redes sociales. "Tus mamis te esperan con muchas ganas", señalaron, junto a una fotografía de ambas.
En la imagen, aparece Aida Domènech junto a Alba Paul, con rostro sonriente y exultantes, mostrando la ecografía de su futuro bebé. Además, Dulceida aparece con el pantalón desabrochado, enseñando la barriga, y Alba tocándosela, lo que confirma que era la primera quien se había quedado embarazada. En concreto, está de tres meses, tal y como desveló en sus redes ante preguntas de sus seguidores.
La pareja de influencers, que acumula millones de seguidores en sus redes, inició el proceso de convertirse en madres el pasado mes de noviembre. En concreto, acudieron a la clínica de fertilidad IVI de Barcelona, aseguró Dulceida en sus redes: "Ellos ya tenían nuestros datos y ahora acudimos al centro de Madrid... Y yo empecé en enero".
Dulceida desveló las claves de su embarazo. La principal, el tratamiento al que había recurrido la pareja para tener su primer hijo: el método ROPA. "Efectivamente, llevo aquí el óvulo de Alba. Ha sido un proceso muy bonito. Tenemos mucha suerte, porque ha sido a la primera. Estábamos nerviosísimas y todo salió fenomenal", contó.
El acrónimo ROPA hace referencia a Recepción de Ovocitos de la Pareja y es uno de los métodos más frecuentes en parejas de mujeres. En concreto, se trata de una técnica de fecundación in vitro (FIV) recomendada para aquellas mujeres que quieren compartir la maternidad.
En qué consiste el método ROPA
El método ROPA es uno de los tratamientos de reproducción asistida más innovadores y utilizados en parejas de mujeres porque asegura que las dos tengan un papel fundamental en la concepción y desarrollo del futuro hijo, una generando los óvulos y la otra gestando el embarazo.
Según explica la Fundación Jiménez Díaz, el método ROPA consiste en hacer un ciclo de fecundación in vitro a una mujer de la pareja para conseguir embriones (madre genética) y, posteriormente, transferir estos embriones al útero de la otra mujer de la pareja (madre gestante).
De esta forma, la madre genética estaría vinculada genéticamente al aportar el ovocito y la madre gestante a través del embarazo, parto y lactancia. Además, sería necesario la participación de una tercera persona, en este caso un hombre, que donaría su semen.
El proceso, que duraría varios meses, dependiendo del caso, consistiría en los siguientes pasos, tal y como informa la Fundación Jiménez Díaz:
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Se realiza un estudio de fertilidad de ambas mujeres para definir cuál de las dos es la mejor candidata para la fecundación in vitro y cuál la mejor para albergar el embarazo.
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En la madre genética, se realiza estimulación ovárica con gonadotropinas para conseguir un desarrollo folicular múltiple que será monitorizado mediante ecografía.
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Después, se procede a la extracción de los óvulos por vía vaginal mediante anestesia general de tipo sedación. Se trata de un procedimiento ambulatorio que no precisa ingreso.
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Los ovocitos recuperados se inseminan con la muestra de semen del donante. La inseminación se puede realizar a través de dos técnicas, la Fecundación in vitro clásica o la Inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).
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Los embriones generados quedan en cultivo en el laboratorio durante 3-5 días hasta el momento en el que se realiza la transferencia embrionaria al útero de la pareja, un procedimiento que no requiere anestesia.
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El número de embriones a transferir debe ser el adecuado para mantener la máxima tasa de embarazo, pero minimizando la posibilidad de embarazo múltiple.
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Pasadas unas dos semanas desde la transferencia, se realiza el test de gestación en sangre.
Al utilizar la técnica de Fecundación in Vitro, el método ROPA tiene una tasa de éxito del 95% tras tres intentos, muy superior a la de la inseminación artificial, del 41%, tal y como indica la Clínica IVI.
Además, la clínica señala que normalmente las parejas que se deciden por este método "son más jóvenes que las que acuden a un ciclo de FIV" y, por tanto, "es menos probable que tengan problemas de infertilidad, de ahí que las tasas de éxito para parejas de mujeres sea mayor que las de la población general".