Método Kaizen: descubre por qué podría cambiar tu vida de forma duradera

Los métodos de organización y, de forma más amplia, de estilo de vida son cada vez más numerosos. Entre los más preciados, destacan los de origen japonés por su sentido de la simplicidad, del orden y de la pureza.

[¿Por qué los japoneses son los gurús del orden?]

Tiene mención obligada Marie Kondo, quien convirtió su método KonMari en un éxito mundial (la llamada "gurú del orden" nos vuelve a sorprender con el método Kurashi este 2023). También resalta el Oosouji, que además de garantizar una limpieza a fondo de todos los rincones del hogar, propone desprenderse del pasado para mirar el futuro, o el Hara Hachi Bu, el método japonés que alarga la vida y ayuda a adelgazar.

Uno de ellos está llamando especialmente la atención aunque su origen no es reciente. Se trata del método "Kaizen". ¿En qué consiste? ¿Cómo se aplica? Descubre cómo puedes sacarle partido en tu día a día.

¿De qué se trata?

Presentado por primera vez por Masaaki Imai el siglo pasado (fundó el Kaizen Institute, dedicado a su aplicación en los años 80), el método "Kaizen" remite a la idea de mejora continua. La palabra corresponde a la contracción de dos: Kai que significa "cambio" y Zen, "mejor".

Inicialmente pensado para las empresas, fue aplicado por numerosas, entre ellas, Toyota, al favorecer resultados de éxito. Su aplicación llegó seguidamente al ámbito del desarrollo personal. Se basa en la progresión gradual y continua, en oposición a un cambio radical de dirección que a largo plazo no se puede cumplir. En este sentido, se trata de definir procesos, ordenarlos y analizarlos, identificando su margen de mejora.

Es por lo tanto un método ideal por asegurar una evolución suave y progresiva, muy necesaria en lo que atañe a nuestras vidas personales. Aboga por un cambio de hábitos gradual, basado en el análisis del comportamiento actual. Solo es posible aplicarlo siendo consciente de lo que "hacíamos de forma equivocada".

¿Cómo llevarlo a cabo?

A partir de este análisis de la situación de base, toca definir un objetivo que se cumplirá mediante múltiples etapas, los llamados "pequeños pasos" propios del método. Deben ser contundentes, para favorecer el cambio, sin dejar de ser sutiles para conseguir un resultado a largo plazo.

Por ejemplo, a la hora de fijarse un objetivo como el de adelgazar, en vez de apostar por dos horas de deporte al día, se trata de empezar el primer mes con 30 minutos de caminata diaria. Estas metas, aparentemente sencillas y fáciles en un principio, son los pilares de un cambio a más largo plazo.

Es fundamental centrarse en la reoptimización de todo lo existente y en la eliminación de los problemas que nos impiden llegar a nuestro objetivo, sin orquestar una revolución brutal.