Si los brillos faciales forman parte de tu día a día, es probable que tengas la piel mixta o grasa. Esta se reconoce por su aspecto brillante en el rostro, debido a la producción excesiva de sebo. Los poros, estos orificios por los que drena precisamente el sebo, son muy visibles en estas pieles y, de forma más concreta, en la llamada zona T (frente, nariz y barbilla).
Pese a los inconvenientes estéticos que pueden acarrear, las pieles grasas cuentan con ciertas ventajas: "Las pieles con mayor cantidad de grasa suelen envejecer mejor siempre que consigan evitar los procesos inflamatorios. Esto ocurre porque esa grasita natural ejerce de antioxidante y protector de la piel", explica la biotecnóloga y cosmetóloga de Byoode, Sonia Ferreiro.
Las pieles grasas "tienen más vitamina E natural y se autoprotegen mejor. No debemos olvidar que esta vitamina es uno de los antioxidantes estrella que previenen la acción de los radicales libres, principales agentes del envejecimiento", aclara Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD. "Esto evitará los procesos inflamatorios que pueden ocasionar las cascadas de envejecimiento y las roturas de las fibras de colágeno", añade.
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Además, son pieles que, "al tener más grasa en la superficie, tienen una función barrera muy potente. Es decir, son excelentes para retener la hidratación en la piel. Si les aportamos la humedad necesaria, la mantendrán más fácilmente y esto revelará una tez más jugosa y de aspecto más relleno", especifica Estefanía Nieto, directora técnica de Medik8.
¿Cómo cuidarla?
Para que una piel grasa nos beneficie, es fundamental encontrar el equilibrio: "En las pieles grasas, recomiendo tener bajo control dos aspectos: primero, que además de nutridas de forma natural, le aportemos la humedad necesaria y, segundo, que evitemos los brotes de acné por ese exceso de grasa", comenta Estefanía Nieto, directora técnica de Medik8.
Esa referencia a la humedad de la piel es clave, porque "cuando tenemos la piel grasa, creemos que le sobra hidratación, pero eso es un error, lo que le sobra es nutrición y tendemos a privarla de la humedad que necesita y que pueden aportarle activos como el ácido hialurónico", defiende Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
También es imprescindible evitar los posibles brotes de acné. "Las pieles grasas tienden a sufrir más granitos porque esa grasa a veces congestiona los poros y, en combinación con bacterias malas, producen el brote", argumenta Isabel Reverte, directora técnica de Ambari.
"Esto lo podemos evitar exfoliando la piel asiduamente con productos ricos en ingredientes como el ácido salicílico o las arcillas detoxificantes, con lo que también reduciremos el exceso de grasa. Eso sí, no lo debemos hacer en exceso para no eliminar los niveles de lípidos básicos tan beneficiosos de los que hablamos", sentencia Mireia Fernández, directora técnica de Omorovicza.
Puesto que tienen mayor tendencia a sufrir granitos, debemos aportarle probióticos, "bacterias buenas que equilibran el microbioma de la piel y que podemos aplicar por vía tópica o a través de una dieta de suplementación. Compensarán esas bacterias malas que pueden inducir a brotes de acné", añade Sole Urrutia, directora técnica de Advanced Nutrition Programme.
Y es que, "cuando la microbiota cutánea está en equilibrio, la piel se vuelve más resistente, está más sana y más equilibrada. De hecho, muchos de los tratamientos antiacné parten de una aproximación probiótica", concluye Urrutia.
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