Los expertos son unánimes: el peeling, adaptado a nuestro tipo de piel, puede ser de gran ayuda en nuestra rutina facial y corporal. Destinado a eliminar las células muertas y purificar nuestra piel, es un paso básico.
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Sin embargo, al tener un efecto tan potente en nuestra piel, requiere la toma de ciertas "medidas", sobre todo a posteriori, para evitar irritaciones. Descubre qué deberías evitar, según varias expertas.
1. Intenta limitar el contacto
Tras un tratamiento relativamente fuerte, como es el caso de un peeling, la piel presentará durante los días siguientes síntomas similares a los que sufren quienes tienen hipersensibilidad cutánea.
“Lo que menos le gusta a una piel sensible o sensibilizada es que la toquen demasiado. Deberá limitarse el contacto a la rutina facial de la mañana y de la noche. Es preferiblemente limpiar el rostro con agua tibia o casi fría para promover la circulación de la piel y que se calme y, a la hora de aplicar cosméticos, mejor hacerlo sellando.
Para ello, aplicaremos el producto en la palma de la mano, lo mezclaremos con ambas palmas y lo llevaremos al rostro con toques, evitando masajes que puedan promover la inflamación”, comenta Raquel González, cosmetóloga y directora de educación en Perricone MD.
2. Cambia tu rutina de cuidado
Durante unos días, tu piel parecerá otra y requerirá cosméticos acordes a su nuevo estado. Pedirá mas hidratación y se presentará más irritable, puesto que la barrera hidrolipídica estará comprometida. Para solucionarlo, los cosméticos que usemos, al menos, durante la semana posterior al peeling deberán aportar hidratación, calmar y reponer la función barrera.
“Solemos recomendar productos con principios ricos en humectantes, como la alantoína, la urea, el pantenol o el ácido hialurónico, así como otros ingredientes tales como el escualano, las ceramidas, la vitamina F o lo triglicéridos, imprescindibles para reponer la barrera”, argumenta la técnica de Medik8, Elisabeth.
"Entre los principios calmantes que más pueden ayudar, “ingredientes como la centella asiática, el CBD, la niacinamida o los derivados del cobre pueden ayudar exponencialmente a que la piel se vea relajada durante los días posteriores al tratamiento”, añade Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour.
3. Evita el maquillaje
Los productos de maquillaje pueden tener componentes que irriten en determinados casos a pieles que sufran hipersensibilidad, ya sea temporal o permanente. Ciertos pigmentos, estabilizantes o fijadores, entre otros ingredientes, resulta recomendable evitarlos durante varios días.
“Si se quiere disimular las posibles rojeces, es mejor acudir a alguna crema específica que pueda contrarrestar la rojez, más que cubrir con maquillaje como tal. Si el cosmético en cuestión se completa con principios hidratantes y calmantes, beneficiará a la piel irritada”, analiza Isabel Reverte, directora de formación de Rosalique.
4. Retrasa el momento de practicar
Cuando hacemos deporte, es común que se acelere la microcirculación de la piel, presentando una congestión, algo que obedece a los cambios en los ritmos cardiacos. Del mismo modo, es probable que sudemos.
“Tanto el sudor como la congestión pueden alargar el tiempo de recuperación de la piel. Tengamos en cuenta que, tras ciertos tratamientos de alto impacto en la piel, esta no tiene su sistema inmune fuerte. Una exposición a elementos como el sudor no la beneficiarán en absoluto”, añade la Raquel González, de Perricone MD.
5. No tomes el sol
Tomar el sol es de por sí peligroso, pero hacerlo cuando tenemos la piel comprometida, potencia al máximo cualquier efecto que la radiación pueda hacer sobre ella.
Este es uno de los motivos esenciales por los que se recomienda no hacer este tipo de tratamientos en fechas cercanas al verano, intentando evitar al máximo la exposición de la piel.
No obstante, si vamos a salir a la calle, tendremos que hacerlo con un buen filtro solar “y deberemos reaplicar SPF cada hora, asegurando que esté protegida y con un buen escudo”, concluye Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.