Podofobia o fetiche, los pies son una parte del cuerpo que, en ocasiones, genera sentimientos contrapuestos. Mientras hay personas a las que no les agrada ni lo más mínimo el aspecto de sus pies, existen otras que incluso trabajan como modelos gracias a los mismos.
Bien es cierto que, para la mayoría, los pies son los grandes olvidados en el cuidado corporal diario. Los castigamos encerrándolos en zapatos durante la mayor parte del año y, luego, los mostramos despreocupados durante los meses más cálidos. Es entonces cuando más atención les prestamos, pero la salud podológica es siempre importante.
Los problemas más comunes son la formación de durezas y la sequedad producidas por el carácter más vulnerable de la piel en estas zonas. Sea cuál sea tu caso, desde MagasIN, queremos que conozcas los mejores y más infalibles trucos que ofrecen las redes para que consigas unos pies bonitos y cuidados.
[Trucos para aguantar los tacones sin dolor de pies]
Baños de agua salada y exfoliación como tándem perfecto para conseguir suavidad
La combinación del agua con la sal marina ofrece multitud de beneficios para la piel de nuestros pies: es antiséptica, cicatrizante, antiinflamatoria y muy relajante. Si te decantas por un baño de agua tibia o caliente, te ayudará a relajar los músculos de tus extremidades. Y si lo realizas con agua más fría, te aportará una mejora en la circulación y desinflamará tus pies y tobillos.
Por su parte, la sal tiene propiedades exfoliantes que favorece la eliminación de las células muertas, y por lo tanto, nos ayuda a suavizar los callos y a lograr una mayor suavidad en los pies. Además, si le sumas a esta exfoliación un masaje con el uso de una piedra pómez, incrementarás sus beneficios.
No olvides hidratar muy bien tus pies al final de este tratamiento casero para equilibrar el pH de tu piel y conseguir un efecto de suavidad más duradero.
Mascarillas de noche con aceite de coco para acabar con los talones agrietados
El aceite de coco para los pies es el ingrediente perfecto para devolverles la hidratación y la elasticidad deseadas. Si tienes los pies resecos o muy secos, los talones agrietados o, incluso, callos, este es tu remedio ideal.
Aplica el producto sobre la base de tus pies y masajear durante un rato, luego, cubrirlos con un par de calcetines para crear una especie de efecto invernadero que hidrata la piel seca y áspera mientras duermes. A la mañana siguiente, lava tus pies y verás que están más suaves que nunca.
Otra opción aún más sencilla es la de utilizar las mascarillas con forma de calcetín que podrás encontrar a la venta en cualquier tienda de cosmética. Se trata de unas fundas de tela impregnadas con fórmulas de aceites y ácidos perfectos para eliminar las durezas de tus pies sin tener que hacer mayor esfuerzo.