El cáncer de piel afectará en un futuro próximo a una de cada dos personas por encima de los 65 años, según las predicciones de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). A pesar de los esfuerzos de instituciones como esta para concienciar sobre la importancia de la protección solar, seguimos fallando.
Un estudio realizado recientemente por Eau Thermale Avène en España y otros cuatro países (Francia, Italia, Alemania y Estados Unidos) revela que el 32% de los encuestados no se aplica fotoprotector durante una exposición prolongada, mientras que el 21% cree erróneamente que las nubes evitan que los rayos ultravioleta lleguen a nuestra piel.
No sólo eso: ni siquiera hemos aprendido que las cremas solares caducan una vez que se han abierto, por lo que deberíamos tirar a la basura las del verano pasado. “Cuando entran en contacto con el exterior, se degradan. Por ello, para estar bien protegido del sol es importante no reutilizar nunca el mismo producto de un año a otro”, subraya Ariadna Ortiz Brugués, dermatóloga y directora médica de Eau Thermale Avène.
“El factor genético, los rayos ultravioleta del sol y las camas bronceadoras son los primeros responsables del cáncer cutáneo”, insisten desde la Clínica Dermatológica Internacional y la Unidad de Dermatología de Ruber Internacional Mirasierra, que por iniciativa del doctor Ricardo Ruiz y con el apoyo de Avène han impulsado este año la campaña #Notequemesconelsol2022.
Queda claro que la posibilidad de desarrollar un melanoma es el riesgo más grave de tomar el sol sin control, pero es que, además, “el 80% del envejecimiento cutáneo lo produce la exposición solar”, como recuerda Arturo Álvarez-Bautista, doctor en nanomedicina, formulador cosmetológico y asesor de Sensilis.
Sobran las razones, pues, para adquirir buenos hábitos solares durante todo el año, pero especialmente en verano. Aquí van siete consejos que merece la pena seguir:
1. Preparar la piel antes de ir a la playa
La protección no debe empezar a practicarse en el momento en el que ponemos un pie en la playa, sino días antes. Una manera muy efectiva de preparar la piel es mediante la ingesta de cápsulas con vitamina D, como las ‘Ultra D’ que comercializa Cantabria Labs. También ayuda aficionarse al gazpacho…
Otra opción es someterse a algún tratamiento médico-estético que aporte un chute de vitaminas y antioxidantes, como el protocolo pre-sun de Hydrafacial. Se trata de una máquina que realiza un procedimiento indoloro con múltiples beneficios, como detalla el doctor Jaime Tufet: “Primero, limpia la piel a fondo gracias al ácido láctico y la glucosamina. Segundo, tiene un efecto peeling mecánico y químico que produce una renovación celular y equilibra el exceso de grasa. Tercero, introduce sustancias –ácidos glicólico y salicílico, vitaminas y antioxidantes– por perfusión sin aguja a nivel subcutáneo. Cuarto y último, gracias a unas luces LED rojas produce una fotoestimulación lumínica que mejora la microcirculación y consigue un efecto glow skin (piel resplandeciente) sin irritar ni agredir”.
2. Elegir solares faciales adaptados a cada problema de la piel
Los protectores solares son probablemente los cosméticos que más se han perfeccionado durante los últimos años. Lejos quedan aquellas fórmulas que dejaban un rastro blanquecino. Pero, además de comodidad, estos productos han ganado en especialización, hasta el punto de que es posible adaptar el fotoprotector a cada tipo de piel.
Por ejemplo, existen cremas que combaten distintos problemas, como las de la línea ‘Photocorrection’, de Sensilis, que cuenta con una versión para las pieles con rojeces y otra para aquellas que tienden a la aparición de manchas. También corrigen las alteraciones de la pigmentación ‘Anthelios Age Correct’, de La Roche Posay; ‘Pigment Solution Fluid’, de Heliocare, y ‘Fluido Ligero Alta Protección’, de Nuxe. Cabe recordar que la clave no está sólo en encontrar el fotoprotector más adecuado a nuestras necesidades, sino que además es fundamental reaplicarlo varias veces al día.
3. Optar por productos ‘ocean friendly’
Hay que usar y hasta abusar de los protectores solares, sí, pero cada vez más consumidores están concienciados de que ello podría derivar en un daño para el medio ambiente. Estas fórmulas a menudo contienen ingredientes que acaban en el mar cuando nos bañamos y perjudican el entorno acuático.
Por eso, es recomendable elegir fotoprotectores en cuyo envase aparezca claramente indicado el sello ocean friendly. Una de las marcas más activas en la protección de los océanos es Biotherm, que recientemente celebró su 70º aniversario en Mónaco con un congreso en el que abundaron los mensajes en pro de la sostenibilidad.
“Durante décadas hemos sido water lovers. Ahora queremos convertirnos en ocean positive, con más fórmulas de biociencia, más soluciones de diseño sostenible y más alianzas con ONGs. Sin océano, no hay vida”, remarcó Gregory Benoit, presidente global de Biotherm.
Otra marca que apuesta claramente por los solares ocean friendly es Lancaster, que precisamente nació en Mónaco y hoy apuesta por las fórmulas “minimalistas, veganas y biodegradables”, tal y como se destaca en su manifiesto Clean & Ocean Friendly.
Garnier, por su parte, ha lanzado su ‘Leche Protectora Eco Diseñada’ cuyo envase, según sus responsables, “se ha realizado con un 100% de plástico reciclado”. Además, “contiene una fórmula más respetuosa con la vida marina y biodegradable en un 94%, elaborada junto a Ocean Conservancy”, añaden.
4. Reforzar la protección cuando se practica deporte
No es lo mismo estar en la arena sin moverse que realizar actividades acuáticas o salir por la mañana a correr. Algunas firmas cuentan con protectores especialmente pensados para los deportistas: sus fórmulas resisten por supuesto al agua, pero también al roce y el sudor.
Son buenas alternativas el maquillaje fluido ‘Sports BB’, de Shiseido, y el spray invisible y refrescante para el cuerpo ‘Sun Sport,’ de Lancaster. Ambos tienen factor de protección 50. Para proteger fácilmente las zonas delicadas –como las orejas o el contorno de los ojos–, el ‘Stick Transparente’ de Heliocare resulta muy cómodo y además es tan pequeño que puede guardarse en el bolsillo del pantalón de deporte.
5. Protegerse también en la ciudad
¿Y qué ocurre con quienes se pasan el verano trabajando en la ciudad, lejos del mar? Pues que también deben protegerse del sol, aunque en este caso lo mejor es recurrir a fórmulas muy livianas de tacto seco, como ‘Fluido Facial Invisible Bee Sun Safe’, de Apivita (que lleva alga marina y propóleo); ‘C+C SPF 50 Dry Touch Sunscreen Fluid’, de Natura Bissé (con efecto reafirmante); ‘Keracnyl UV’ de Ducray (perfecta para las pieles con tendencia al acné), o ‘Superdefense City Block’, de Clinique (hidratante).
También resulta muy práctico utilizar un producto 'dos en uno', esto es, un maquillaje con alta protección solar, como el compacto ‘Photocorrection Make-Up SPF 50’ de Sensilis. Y para quienes no renuncian al lujo, el ‘Escudo Protector’ de la línea Abeille Royale de Guerlain es perfecto para llevar a diario en el bolso.
6. Reparar con fórmulas 'after-sun'
Por muy bien que nos protejamos del sol, nunca está de más ayudar a la piel a repararse con ingredientes calmantes al volver a casa o al hotel. Para la cara, una buena opción es la mascarilla ‘Calming Face Mask’ de Croma Pharma, que lleva aloe vera, aceite de rosa mosqueta y té verde.
Para el cuerpo, recomendamos ‘After Sun Repairing Balm’, de Lancaster, porque tiene un 96% de ingredientes naturales y además de nutrir la piel la deja con un halo luminoso.
Por otro lado, algunos resorts ofrecen tratamientos para cuidarse durante las vacaciones. Es el caso del Marbella Club Hotel, donde por ejemplo se puede disfrutar del protocolo ‘Votary Super Seed Facial’, un facial nutritivo pensado para las pieles secas, en el que se emplean los productos –a base de aceites naturales– de la marca londinense Votary.
7. No olvidarse del pelo
El cabello también sufre con el sol (y con la sal marina y el cloro de las piscinas), pero es el gran olvidado. La línea ‘Bonacure Sun Protect’, de Schwarzkopf, es una de las más completas para cuidar el pelo en verano: incluye un champú y una mascarilla para reparar la fibra capilar después de pasar una jornada en la playa y un bálsamo que se puede utilizar a lo largo de todo el día (entre otras ventajas, evita el encrespamiento), además de un spray que nos protege mientras tomamos el sol y deja un efecto de ondas surferas.
Todos estos productos contienen aceite de coco, que hidrata y tiene un olor delicioso. Otra marca que lleva años innovando en protección solar para el pelo es Kérastase; son muy recomendables su champú y mascarilla ‘Après Soleil’. Y el aceite de argán de Moroccanoil se ha convertido en un clásico para nutrir el cabello cuando lo notamos especialmente seco; un buen truco consiste en mezclar unas gotas de este tratamiento con alguna de las mascarillas anteriormente mencionadas.