"Los norteamericanos tenemos muy arraigado el sentido de la democracia, de la libertad y de los derechos humanos. Y si nosotros no somos el ejemplo para el mundo, ¿quién lo va a ser entonces? A pesar de que vivimos fuera de nuestro país nos mantenemos fieles a nuestros principios". Así se expresa Lucía J. Pérez, presidenta de Democrats Abroad Madrid, la organización de voluntarios que vela porque todos los norteamericanos que viven fuera de su país, en este caso en la capital del España, puedan cumplir con su derecho al voto.
Magas se ha unido en exclusiva a uno de los eventos que DA lleva realizando semanas atrás con motivo de las próximas elecciones presidenciales en EE. UU. La cita, bautizada como Pie + Politics, tuvo lugar el pasado 27 de septiembre en el local especializado en pastelería americana 9 Lives donde, además de resolver dudas sobre cómo ejercer su derecho al voto y poder degustar uno de sus típicos pies, muchos simpatizantes recogieron su camiseta con la leyenda "Harris Waltz" en alusión a los apellidos de la candidata a la presidencia, Kamala Harris, y de Tim Waltz, el exprofesor de colegio y hasta ahora gran desconocido candidato a la vicepresidencia.
Democrats Abroad se define como "el brazo oficial del Partido Demócrata para los millones de estadounidenses que viven fuera de su país. Nos esforzamos por brindarles una voz demócrata en nuestro gobierno y elegir candidatos movilizando el voto en el extranjero", afirman desde su página web, donde también informan de su presencia en Alicante, Barcelona, Málaga, Granada, San Sebastián, Sevilla y Valencia además de Madrid.
"Somos voluntarios, pero estamos regulados directamente por el Partido Demócrata a nivel nacional, tenemos unos estatutos muy estrictos y nuestros puestos se eligen también por votación. Podemos estar un máximo de cuatro años en la misma posición, y aunque con las elecciones presidenciales de ahora la actividad es mucho más intensa, siempre tenemos mucho trabajo porque cada dos años hay elecciones de algún tipo, ya sean estatales, locales, al condado… Es muy sacrificado pero trabajamos con un gran compromiso y responsabilidad", reconoce Lucía J. Pérez, su presidenta en Madrid.
"Nuestro objetivo en la Democrats Abroad es guiar y ayudar a los americanos que viven en la capital para que puedan ejercer su derecho al voto de forma correcta, ya que la forma de hacerlo difiere entre los estados, y en algunos de ellos es realmente complicado hacerlo de forma correcta", explica Maggie Zelonis, una joven norteamericana que vive en España desde 2015 y que actualmente ocupa el cargo de vicepresidenta de Democrats Abroad Madrid.
"Durante esta campaña estamos sintiendo mucho la energía y el entusiasmo entre los americanos que viven aquí en la capital", continúa. "Sólo en la organización de Madrid estamos ganando entre 3 y 5 nuevos miembros diarios, lo que evidencia la importancia que le estamos dando los americanos fuera de nuestro país a estas presidenciales", confirma Zelonis, quien trabaja movilizando recursos (fundraising) en una organización feminista de derechos humanos.
Kamala Harris, una elección casi obligada
En el momento de escribir estas líneas, la diferencia entre Kamala Harris y Donald Trump, su contrincante en las próximas elecciones presidenciales de EE. UU. del 5 de noviembre, es de entre dos y tres puntos porcentuales. Una mínima diferencia que, además, no asegura nada ya que han ido variando ligeramente en favor del uno o de la otra al 50%. Las elecciones están muy reñidas y, a menos de un mes del gran día, no hay nada decidido. Cualquier resultado es posible.
"Estas elecciones son quizás más importantes que las anteriores en las que Joe Biden venció a Donald Trump porque se trata de una mujer y una mujer que no es blanca", explica Halima Brown Manzanera, una psicóloga americana afrodescendiente que ahora reside en Madrid con su mujer española y la hija de ambas. "Kamala Harris es afroamericana e india, y para mí, que soy mulata, es importante sobre todo teniendo en cuenta historia de las personas negras en EE. UU. Es cierto que no ha tenido mucha voz como vicepresidenta hasta hace poco, pero en estos momentos ya sí siento su presencia, su fuerza y su forma directa y clara de hablar. La votaré porque tampoco tengo otra opción, la verdad", reconoce.
La psicóloga, que ha contactado con Democrats Abroad en otras ocasiones en las que han coincidido elecciones en EE. UU. mientras ella estaba en España, fue una de las simpatizantes que acudieron al evento Pie + Politics a recoger su camiseta en apoyo al tándem Harris-Waltz. "Lo único que me preocupa de Kamala Harris es su relación con Israel, no es clara. Me gustaría que fuera más transparente en este sentido", reconoce.
Y aunque en España es consciente del peligro que supone que en su país la posesión de armas sea legal –en 2023 el número de muertos por armas de fuego en aquel país fue de 46.728–, la psicóloga reconoce también que en EE. UU. lo ve como algo cultural. "La gran mayoría de la gente que posee armas jamás ha disparado", afirma.
La propia Kamala Harris ha asegurado públicamente que posee armas y que, si alguien entrara en su casa, recibiría un disparo seguro. Según la última Encuesta Nacional sobre Armas de Fuego, de 2021, un 32% de la población estadounidense posee una, lo que representa más de 18 millones de personas. Harris aboga por su regulación, pero no por su prohibición (Donald Trump, huelga decirlo, es un firme defensor del derecho que la Segunda Enmienda de la Constitución de EE. UU. reconoce a la posesión de armas).
¿La primera presidenta de EE. UU.?
Aunque las encuestan llevan confirmando semanas que la diferencia entre ambos candidatos es mínima y preocupante según las entrevistadas, las tres tienen claro que la candidata demócrata está perfectamente preparada para ser la primera presidenta de EE. UU. Sus casi cuatro años como vicepresidenta del Gobierno de Joe Biden así lo confirman, coinciden.
"Es una mujer muy preparada para el puesto y el momento, su larga trayectoria lo evidencia. Significa un soplo de aire fresco, se vuelca en temas que afectan a mucha gente y su actitud es pragmática, directa y cercana. Algo que hace mucha falta. La prueba es que está ganándose el voto incluso de republicanos, algunos excolaboradores de Donald Trump, que ya han salido en su apoyo", explica Maggie Zelonis.
Lucía J. Pérez también lo tiene claro: "El pueblo americano está preparado para que Kamala Harris sea nuestra próxima presidenta; ya es la vicepresidenta y ya sabíamos que ella era la siguiente en la línea". Y continúa afirmando que "Kamala y Tim Waltz (el candidato demócrata a la vicepresidencia), han creado un movimiento popular de ciudadanos que quieren votarles no por demócratas sino por sus personas, por lo que representan, por su historial político y por estar dirigidos a la clase media que en USA sufre mucho por problemas como el desempleo o la falta de cobertura médica. Ellos piensan en mejorar la calidad de vida de la clase media, y son el símbolo de la esperanza".
Y aunque durante la campaña electoral se ha recurrido en ocasiones al hito que representa Kamala Harris al ser la segunda mujer en optar a la presidencia de EE. UU. –antes lo hizo Hilary Clinton, perdiendo las elecciones de 2016 contra Donald Trump–, la primera vicepresidenta y, además, mujer no blanca y racializada, estos no parecen ser ya aspectos claves en la campaña.
"La gente está más enfocada en los temas que más le importan, no tanto en si Kamala es mujer o no blanca. Con Hilary Clinton sí se incidió en el hecho de que era mujer, pero los tiempos han cambiado, ya hemos visto a Donald Trump como candidato en dos ocasiones y sabemos cómo actúa. A la ciudadanía ahora le interesan más los ideales de la candidata que el hecho de que sea mujer o de ascendencia afro e india. Biden ya tenía posturas muy similares a las de Kamala en muchos aspectos, incluido el aborto", afirma Maggie Zelonis.
Pocos cambios y el aborto como clave
Las tres mujeres con las que Magas ha hablado coinciden en que no esperan grandes cambios con las políticas de Kamala Harris en caso de que gane las próximas elecciones. "No me sorprendería nada si no lo hace", reconoce Brown Manzanera. "Obama tampoco lo hizo, su objetivo fue más bien decir 'Ok, aquí estamos, hemos podido llegar', y centró sus esfuerzos en sembrar el camino para el siguiente. Si gana, será Harris quien recoja su herencia como mujer no blanca y racializada, pero creo que su estrategia será también la de seguir abriendo camino para la próxima persona que ya pueda realizar esos cambios más profundos en nuestro país".
Tanto Halima Brown Manzanera como Lucía J. Pérez y Maggie Zelonis coinciden en que sí puede que haya un cambio notable en el caso de que Harris gane las elecciones. Y es el que tiene que ver con los derechos reproductivos de las mujeres. En junio de 2022, el Tribunal Supremo de EE. UU., de mayoría conservadora, revocó la protección del derecho al aborto a nivel nacional, entregando la potestad de decidir a cada estado. Dado que Donald Trump se ha posicionado como un firme antiabortista, esta cuestión se ha convertido en una de los puntos centrales de las próximas y reñidas elecciones.
"Intentaría recuperar el derecho al aborto y las decisiones sobre los propios cuerpos de las mujeres", afirma Halima Brown Manzanera sobre la posibilidad de que Harris llegue a la Casa Blanca. "Pero no sería fácil, existe un lobby muy fuerte. Ella podría cambiar algunos aspectos relacionados con la mujer, pero no creo que pueda aspirar a mucho más". Por su parte, Maggie Zelonis asegura que la actual vicepresidenta del Gobierno de EE. UU. "tiene una gran capacidad de conectar, resulta cercana y accesible. Y su posición respecto a los derechos reproductivos y el aborto está siendo clave para atraer a muchos votantes jóvenes".
Lucía J. Pérez va algo más allá y augura que, en caso de que Harris gane, además de recuperar los derechos reproductivos de las mujeres y el aborto, se centraría en otras pequeñas pero muy necesarias mejoras. "Cambios que ya iniciado el presidente Biden como la transformación del funcionamiento del departamento judicial, lograr que los medicamentos sean más asequibles y estén más regulados, garantizar que enfermos crónicos como los diabéticos puedan acceder a fármacos como la insulina o bajar los intereses para que las clases medias puedan adquirir una vivienda sin tantas dificultades como ahora".
5 de noviembre, ¿una fecha para la historia?
"¡Estamos cruzando los dedos!", reconoce emocionada Lucía J. Pérez sobre los resultados de las elecciones del próximo 5 de noviembre. "En Democrats Abroad hemos preparado una fiesta en Madrid para esa noche, veremos la elecciones en vivo hasta las 6 de la mañana".
"Yo espero que no pase como en las elecciones de 2016 en las que nos fuimos a la cama pensando que había ganado Hilary Clinton, y al final ganó Donald Trump", recuerda con cierta nostalgia Maggie Zelonis. "Va a ser una noche larga y a saber cuándo sabremos los resultados, porque en Georgia, por ejemplo, la Junta Electoral obligará a contar los votos a mano".
"Si gana Kamala lo celebraré por todo lo alto, será un gran día para la historia", reconoce Brown Manzanera". ¿Y si no gana? "Generará mucha violencia y muchos problemas raciales, ya que los votantes republicanos se sentirán legitimados de nuevo a decir y hacer lo que se les antoje. Podría volver a suceder algo parecido al asalto al Capitolio de 2021, no me extrañaría nada. Si gana Trump, en cuatro años no volveremos a USA", dice dirigiéndose a su mujer y su hija pequeña.