Son muchos los Paradores que se encuentran esparcidos por nuestro país. Este tipo de establecimientos combinan la historia y el patrimonio arquitectónico español con la comodidad de un hotel moderno. Suponen una gran elección para los viajeros, que llevan alojándose en ellos desde hace casi cien años.
Pueden encontrarse en sitios tan variopintos como castillos, antiguas posadas o en lugares tan destacados como en la concurridísima plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. La cadena hotelera dispone de opciones en la montaña, en grandes ciudades y en algunos destinos costeros.
Este último es el caso del Parador de Jávea. Ubicado en esta localidad de la comarca de la Marina Alta, se trata de una muy buena elección si se busca la tranquilidad en una ubicación privilegiada. Se encuentra rodeado de palmeras, de calas con aguas cristalinas y cuenta con una piscina exterior. De hecho, se trata del único Parador de toda la provincia de Alicante. Es decir, no encontrarás otro en la Costa Blanca.
Este alojamiento ofrece una gran oportunidad para probar la gastronomía levantina. La gran mayoría de los platos de su restaurante están hechos con pescados y mariscos cocinados según recetas tradicionales de la cocina mediterránea.
Algunas recomendaciones son la cazuela marinera o el arroz de pato con pimientos. Todo ello con vistas al mar, igual que sus habitaciones.
Por otro lado, dando un paseo puede visitarse el puerto y el club náutico de la ciudad. Una vez allí, se dispone de un gran abanico de actividades como el windsurf, vela ligera o alquilar equipos para realizar buceo. Algunas playas cercanas son las de La Granadella, el Arenal y Ambolo. Todas ellas a unos veinte minutos en coche desde el hotel.
Otros servicios que ofrece este hotel son una sauna, prensa digital, garaje privado interior y exterior y servicio de habitaciones. También es posible celebrar eventos allí, ya que cuenta con tres salones de celebraciones. El más pequeño de ellos tiene capacidad para 50 personas y el más grande para 300.
Senderismo y montañas rusas
En cuanto a la propia ciudad de Jávea, uno de sus puntos de interés es el faro de la Nao. Esta edificación blanca sobresale por encima de unos acantilados. Sus vistas dan una visión impresionante del Mediterráneo, llegando incluso a mostrar la silueta de Ibiza en días despejados.
Por otro lado, ya en el término municipal de Dénia, encontramos la torre del Gerro. Se trata de una construcción del siglo XVI que estaba destinada a defender a la población del posible ataque de los piratas. Está situada en medio de una conocida ruta de senderismo entre ambas ciudades.
Se trata de un recorrido sencillo por lo que no hay que ser un experto para poder realizarla. Son unos 4 kilómetros y alcanza una cota máxima de 195 metros. Por tanto, tendría una duración aproximada de algo más de una hora. El final se encuentra en la zona de los molinos, un conjunto que actualmente se encuentra en restauración y que son muy característicos de la zona.
Además, su localización también permite trasladarse fácilmente a otras localidades cercanas. Se encuentra a menos de media hora en coche de Dénia, a veinte minutos de Moraria y a quince de Benissa. Benidorm tampoco queda lejos del alojamiento. La distancia entre ambos tardaría en recorrerse unos cuarenta minutos en coche.
Una de las paradas obligatorias, si se visita la zona, es el Parque Natural de Montgó. Este paraíso natural combina su zona montañosa con el mar, ya que finaliza en el cabo de San Antonio. Este último da nombre a la reserva marina que se encuentra en sus aguas. A día de hoy, se encuentran catalogadas más de mil especies de vida submarina en esa zona.
Además, si se trata de un viaje familiar, en sus alrededores se encuentra el parque de atracciones Terra Mítica. Está a unos 50 minutos en coche, cerca de Benidorm. El precio de una entrada para pasar el día es de 38 euros en el caso de niños entre 4 y 12 años y personas mayores de 65. Un ticket de adulto tiene un coste de 44 euros, aunque cuentan con packs familiares más económicos.