"Nos regalan flores cuando queremos leyes", así comienza el discurso de Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres y presidenta de la Asociación Yo No Renuncio, en el evento que ha tenido lugar en Fundación Telefónica bajo el claim ‘Sin madres no hay futuro’.
Baena ha moderado una mesa redonda en la que han participado Aina Calvo Sastre, secretaria de Estado de Igualdad y la para la Erradicación de la Violencia contra las mujeres; Andrea Ros, actriz y divulgadora perinatal; la periodista Nuria Labari; y la filósofa Ana de Miguel.
Laura Baena ha insistido en la necesidad de seguir poniendo el foco en las madres: "Llevamos 10 años intentando cambiar el modelo de maternidad. Si de algo nace esta asociación es del dolor y de la renuncia de las mujeres".
Sin apoyos para conciliar
El 85% de las madres se ha sentido sola por no contar con los apoyos para conciliar. Este es uno de los datos que se desprende del informe ‘Sin madres no hay futuro’ que se ha presentado en el marco del evento.
Una encuesta realizada a 18.000 mujeres ha puesto el foco en la falta de medidas para la conciliación y redes de ayuda a la maternidad, así como su impacto directo en la bajada de natalidad o que se generen contextos para que las mujeres deseen tener más hijos o hijas.
El estudio ha querido ahondar en cómo se sienten las mujeres cuando se convierten en madres, lo que se traduce en una falta de acompañamiento que les hace sentirse solas y renunciar a su carrera profesional.
Renuncia laboral
El 87% de las mujeres han renunciado a algún aspecto de su trayectoria laboral al convertirse en madres, ya sea perdiendo salario, rechazando oportunidades laborales o cambiando de empleo.
Además de rechazar puestos de responsabilidad o cambiar a un empleo con horarios que permitan conciliar son situaciones que han vivido el 21% y el 20% de las mujeres, respectivamente.
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En palabras de Laura Baena, estamos en una sociedad que niega el futuro a las madres, se pierde la identidad de las mujeres cuando llega el tsunami maternal y te dicen que "ya no vales" o "cómo lo vas a hacer", que quizás "tómate mejor un tiempo" o "busca otro camino, es por ti". Una sociedad en la que se ha normalizado la renuncia de las madres.
El impacto en la salud mental
El precio de no contar con apoyos a la hora de conciliar es muy alto para las madres. Más de la mitad de las mujeres argumentan haber tenido que renunciar debido a la sobrecarga de trabajo, por no poder llegar a todo y cuidar de su salud mental (52%).
Destaca también que 2 de cada 5 mujeres no pueden asumir el coste que supone los cuidados puntuales y no les compensa pagar servicios o escuelas infantiles que los atiendan. Por eso acaban renunciando para poder cuidar.
Apoyo de los abuelos
Los datos de la encuesta ‘Sin madres no hay futuro’ deja constancia de que, si hablamos de apoyo para las familias, las abuelas y los abuelos están a la cabeza. 7 de cada 10 mujeres recurre a ellos cuando ella o su pareja no pueden atender los cuidados de los hijos. En este sentido, el 58% de las mujeres declaran sentirse muy apoyadas por la familia, una cifra que baja a los 40 puntos al preguntar por el apoyo de las empresas.
13 propuestas
Tras la presentación del estudio, la Asociación Yo No Renuncio lanzó la campaña 'Las Malasmadres no queremos flores, queremos leyes' con el objetivo de conseguir que 13 propuestas para la mejora de la conciliación y el apoyo a la maternidad se conviertan en legislación. Entre ellas, destaca "la necesidad de que se amplíen los permisos de nacimiento mínimo hasta las 24 semanas, unos permisos que llevan congelados ya más de treinta años".
"Es importante aportar datos como se ha hecho hoy, y la realidad nos sacude. Hay futuro, pero con mucha tarea por delante. La conciliación sin corresponsabilidad no es posible. No hay igualdad, aunque tenemos motivos para la esperanza", aseguraba en el mesa de debate Aina Calvo Sastre, secretaria de Estado de Igualdad.
Y añadía: "Somos una sociedad avanzada y avanzamos cuando personas como vosotras alzáis la voz. Somos iguales ante la ley, pero la igualdad no es efectiva y por eso hay que avanzar y son necesarias medidas público-privadas".
"Somos, las que estamos aquí sentadas, de generaciones distintas. Si bien, en la sociedad patriarcal casi nunca nos hemos sentado. Solo el feminismo ha conseguido juntarnos”, aseguraba la filósofa Ana de Miguel.
Y continúa explicando: "Deberíamos preguntarnos qué es ser madre. Tenemos que ver de dónde venimos para comprender el presente. Desde siempre, las mujeres eran madres y esposas y cuidaban a la humanidad. Pero nosotras dijimos que no a esto porque ser madre y esposa es ser relacional, es decir, lo somos en relación con otras personas. Dedicamos mucho tiempo a quienes luego se van lejos de ti. Queremos saber quiénes somos y por eso las mujeres dejaron de tener hijos. Pero no tener hijos no es optativo, porque sería como decir vamos a poner fin a la aventura de la humanidad".
La actriz Andrea Ros intervino en la mesa acercando el tema de la salud mental. "Detrás de estos números que se han presentado hay mucho dolor. Estamos en una situación social muy grave con problemas de salud mental de un 25% de mujeres y esto influye también en nuestras criaturas".
Por su parte, la escritora y periodista Nuria Labari ha asegurado que "cualquier cosa femenina está invisibilizada en las empresas. ¿Quién no ha escondido un tampax en el trabajo? Nos igualamos a los horarios de los hombres, a sus salarios, no reivindicamos ser distintas. Incluso nos abrigamos en verano porque ellos van con camisa, calcetines y corbata a la oficina… Es un asesinato simbólico".
"Las políticas de este país también son madres y también sufren este dolor y esta soledad. En este momento, hay un debate interesante para ampliar el permiso de natalidad. Tenemos que aprender a repensar el cuidado. Cuando la mujer deja de estar presente en las empresas, perdemos talento. La clave está en la resignificación, mucha educación, combatir la diferencia de género, avanzar en el servicio público, etc. Tenemos que mantenernos atentas y yo me sumo a la tarea de la escucha y a mantener vivo el debate", concluía la secretaria de Estado de Igualdad.