Cuando el pelo se vuelve un fetiche: qué es la tricofilia, la erótica del cabello
La tricofilia es la visión erótica del pelo humano por la que algunas personas alcanzan la excitación sexual cuando lo tocan.
2 febrero, 2024 11:57En el mundo existen fetiches que nos dejan sin palabras. Desde la atracción a distintos olores o la implicación de conceptos muy concretos en el ámbito sexual. La tricofilia es uno de ellos.
Este fetichismo consiste en la atracción hacia el propio cabello. Las personas alcanzan una intensa excitación sexual cuando acarician, observan o manipulan el pelo de otra persona.
Fetiches como este se han vinculado desde siempre a las mujeres, sin embargo, puede suceder lo que pasó con los zapatos de tacón, que desde siempre se asociaron al género femenino cuando los primeros tacones fueron utilizados por hombres.
Pero cuando hablamos de sexo, en épocas pasadas de la historia, se generaliza la concepción de un papel mucho más activo en los hombres y mucho más pasivo en las mujeres y, salvo matices, se da por hecho que las relaciones eran todas heterosexuales.
[Lo que el pelo dice de una mujer]
Pelo o pelaje
Las largas cabelleras han sido consideradas uno de los signos de feminidad más característicos de las mujeres y cortarles el pelo ha sido considerado signo de castigo o evidencia de deshonra en algunas culturas.
Este tipo de fetichismo encuentra su origen en la fascinación de los humanos (pero también en otras especies animales) por el pelaje y el placer que provoca, tanto en otros como en el que es acariciado.
Este instinto se desarrolla desde la más tierna infancia con el placer de ser acariciado y acariciar el cabello y también con los ‘tirones de pelo’ como una de las primeras muestras de agresividad en la relación entre iguales.
La erótica del cabello
No existe un sentido unívoco de la tricofilia sino que la visión erótica del cabello humano se enfoca desde muchas perspectivas. A unos les excita un determinado color —cuando es por las melenas rubias se conoce como blonde fetichism o por las pelirrojas, readhead fetichism-, a otros, las pelucas o el cabello mojado. Otros se entregan a la pasión por los flequillos o por un estilo de corte o peinado -haircut fetichism—.
Así, algunos tricófilos necesitan el contacto físico con el cabello: besarlo, tocarlo, olerlo, llevárselo a la boca o incluso frotarse los genitales con el pelo. Otros, sin embargo, se excitan solo viendo cortar el pelo en una peluquería. Pero la excentricidad llega hasta aquellas personas que encuentran la excitación por el mero hecho de estar en contacto con ambientes o herramientas que tengan que ver con el cuidado del cabello como los peines o las tijeras.
Tricofilia y tradición
La tradición se refleja en diversas religiones o sectas —también en algunas sociedades secretas— en las que en se produce la ceremonia del rapado para acercar a la persona a la máxima espiritualidad y contener el deseo. El cabello se ha tomado durante gran parte de la historia como símbolo de erotismo, vanidad y belleza. El cristianismo incluía costumbres como la tonsura para marcar la pureza del cuerpo.
Algunas tesis postulan que el capítulo bíblico de Sansón y Dalila tiene un fuerte contenido sexual vinculando la fuerza con el cabello. Igualmente, en la mitología nórdica la diosa de la fertilidad Sif —esposa de Thor— tenía una larga y hermosa melena de oro puro.
Alcanzar el placer
Aunque existen distintos focos capilares de excitación, el más común entre los tricófilos suele ser la cabeza humana. No obstante, existen otras inclinaciones menos habituales como la provocada por el vello facial, el púbico, el de las axilas y en otra variante aún menos común, el erotismo es provocado en el individuo por el pelaje animal.
Otras versiones de esta inclinación sexual encuentran el disfrute al depilar el vello del cuerpo, e incluso en arrancarlo, siendo estas prácticas las más sádicas dentro de estas fantasías a las que, sin embargo, quienes las consideran parafilia suelen añadir el adjetivo 'inofensivas'.