"Un paso transformador en la defensa del derecho a la participación femenina y la igualdad de género en la India". Así es como ha descrito el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, el proyecto de ley aprobado por el Parlamento indio, que a partir de su aplicación reservará a las mujeres un tercio de los escaños de la Cámara baja y de las asambleas regionales del país.
El proyecto de ley fue aprobado el miércoles por la Cámara baja del Parlamento indio, y, además, lo hizo por unanimidad, revela EFE. En la mañana del viernes, Naciones Unidas ha celebrado un nuevo hito para la potencia asiática que llega para afianzar constitucionalmente la representación de las mujeres en el Parlamento.
En India, las mujeres apenas representan el 15% de los legisladores a nivel nacional, según Europa Press. La reforma, de la que se espera que sirva de ejemplo para otros países del continente, llega tras más de tres décadas estancada y cuatro intentos de aprobación fallidos que este miércoles llegaron a un consenso en la cuota femenina aún pendiente de aprobación por el Senado en los próximos días.
La reforma paritaria extiende la cuota sobre otras que ya existían antes. India, la democracia más grande del mundo en términos de su número de habitantes, está compuesta en su Cámara baja por 543 legisladores elegidos en distritos uninominales. Algunos de ellos están reservados a castas o tribus, pero deben estar registradas o de lo contrario no es posible proceder al voto.
Radiografía de la política india
El país asiático ocupa el cuartil más bajo del mundo en cuanto a representación femenina, tanto en el Congreso como en el Parlamento. Pese a jugar un rol determinante en su proceso de independencia, y más allá de figuras como Indira Gandhi (que llegó a desempeñarse como primera ministra), las mujeres indias han visto su representación frustrada, a lo largo de la historia, por obstáculos que hunden sus raíces en un sistema patriarcal que marca las dinámicas sociales e institucionales del país.
Trabas que, además, se agravan si estas mujeres pertenecen a castas bajas, se desarrollan en contextos económicos desfavorables o si viven en determinadas regiones del país, particularmente en el norte, donde la participación política de las mujeres indias es apenas destacable. Esta es, precisamente, la pelota que llevan pasándose desde hace tres décadas en el Congreso indio, y que la oposición vigila ahora con recelo desde el tejado de Narendra Modi.
El primer ministro indio, conocido tanto por su nacionalismo hindú como por un estilo autocrático que marca la ruta del país desde 2014, ve con recelo cualquier sistema de discriminación positiva por cuotas, y, si bien no ha puesto obstáculos a la aplicación del proyecto de ley, este está supeditado a que concluya la nueva delimitación de circunscripciones electorales.
La situación de la mujer
Es el país más poblado del mundo, y, aun así, le faltan más de 63 millones de mujeres. Ya en 1990 lo alertaba el nobel economista Amartya Sen, hablando de "las mujeres que nunca nacieron por serlo y las que murieron por los malos cuidados que recibieron en sus primeros años de vida". Y en 2018, fue el propio gobierno el que lo confirmó con la publicación de una encuesta económica.
En el país, cada año desaparecen dos millones de mujeres, como resultado de los abortos selectivos por sexo. Pese a que desde 1994 están prohibidas las pruebas para saber el sexo del feto durante el embarazo, estas siguen realizándose de forma habitual y los abortos selectivos siguen ocurriendo, fuera de los centros hospitalarios y a riesgo de la salud de la madre gestante.
Las mujeres indias sufren de discriminaciones y sus libertades son vulneradas cotidianamente, desde el momento en que nacen (o ni siquiera llegan a hacerlo). El nacimiento de un varón suele ser motivo de orgullo: heredan el nombre familiar y son los encargados de llevar el sueldo a casa, explican desde la oenegé Semillas para el Cambio. Igualmente, el factor religioso es especialmente importante en el país y ni el ámbito político ni la estructura social del país son permeables a su influencia.
En el país, la igualdad de género está reconocida legalmente. Así se establece desde 1950 y se ha tratado de impulsar a través de políticas que pretenden asegurar los mismos derechos a hombres y mujeres, incluidos un salario igualitario. Sin embargo, en la vida cotidiana, "la mujer es percibida como un bien económico y queda sometida a las decisiones de su padre y su marido", según detallan desde la Organización para el Fomento de los Estudios Internacionales. Posteriormente, al contraer matrimonio, también pasa a depender de la suegra y la familia de su esposo.
Pese a ser uno de los colectivos azotados por la triple discriminación —de casta, de clase y de género—, las mujeres trabajadoras de la India contribuyen de manera significativa, pero también invisibilizada, a la economía nacional. "Se estima que el 95% de las mujeres indias trabajan en el sector informal y su trabajo es inseguro, irregular, invisible y normalmente no está reconocido", revelan desde la FEI.
En el ámbito político, el sufragio femenino queda recogido en la Constitución desde que se promulgó, pero, pese a eso, las mujeres ocupan alrededor del 10% de los escaños parlamentarios. La Ley de Cuotas, que hasta ahora no había sido más que un borrador, apuesta por dar un mayor protagonismo a la mujer en la vida pública y poner freno a la situación de vulnerabilidad a la que se enfrenta desde antes de nacer.
Más que un borrador
La reforma aprobada en India supone un paso determinante en el avance de las mujeres hacia la igualdad en el país. Una medida que ha sido aplaudida desde las instituciones internacionales: "Subrayamos la importancia de fomentar un entorno propicio para la participación de mujeres de todos los orígenes en la vida pública, lo que puede tener implicaciones profundas y positivas para la sociedad en su conjunto", afirmó el alto comisionado.
Desde la sede de ACNUDH en Ginebra, Volker Türk también hizo un llamamiento a los parlamentarios de todo el mundo para que adopten medidas legislativas que garanticen "un lugar central de las voces de las mujeres de sus naciones en el discurso político en plena paridad con los hombres".