Elvira Mínguez ha trabajado en las adaptaciones de La trilogía del Baztán, de Dolores Redondo, y de El tiempo entre costuras, de María Dueñas. También con John Malkovich, Steven Soderbergh y Asghar Farhadi. La sombra de la tierra es su ópera prima como escritora.
La lucha de dos mujeres por el poder. Hambre y pobreza en tierras marginadas de una España profunda. La autora se cuestiona: “¿Qué ocurre si la existencia la hemos sustentado en el odio?”.
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Las consecuencias de hechos pasados, cuyo germen son los celos entre esas dos mujeres, entonces niñas. Celos que se prolongan y llegan a ser viscerales y cruentos. Los hijos se convierten en víctimas de ese odio. Más que luchar por el poder, lo que ellas quieren es aniquilarse.
La muerte de uno de los maridos es el detonante para que todo aquello, que está anquilosado, empiece a moverse. Simboliza al hombre que sigue existiendo a día de hoy. Se casa con una mujer enamorada; a fuerza de palos y de quitarle lo poco que posee, la aniquila.
La sombra que el sol proyecta sobre la tierra, en esos momentos determinados, en el amanecer y en el atardecer. Absortos al contemplarlo, perdemos de vista la franja oscura. Los contornos. Todos esos maltratos y abusos son una de las grandes sombras que tiene la sociedad. Cuando alguien está sometido a algo así, el vínculo de escape es la imaginación, porque la aniquilación no es solo física. También mental.
"Tenemos que legitimar a la mujer mala. Es como si no se nos permitiera reflejar a la mujer completa; somos seres humanos y también tenemos una parte chunga; somos malas y egoístas", cuenta Mínguez: "Quiero recalcar que esta historia es un homenaje a todos esos niños y esas niñas que no han tenido la suerte de que sus padres los quieran. Porque la tierra también es de ellos".