Cada semana una mujer es asesinada en España. Con perplejidad, indignación e impotencia vemos cómo las cifras por violencia de género van en aumento y nos preguntamos quién fue esta vez la víctima, si el asesino era la ex pareja, el ex marido, el ex novio; si ella murió a manos de un hombre cercano o si tuvo la mala suerte de haber sido 'elegida' al azar. No nos cansamos de gritar “¡Ni una más!”
Quienes logran sobrevivir a un ataque que apuntaba a una muerte segura, se enfrentan a un largo proceso tanto personal como judicial. La cara oculta de las estadísticas de feminicidio y maltrato apuntan que un alto porcentaje de esas mujeres sufren de alguna discapacidad, mientras que otras han pasado a ser discapacitadas como resultado de las heridas producidas por sus victimarios.
Muchas de esas mujeres optan por el silencio, porque hablar de lo que han (sobre)vivido no lo pueden verbalizar, sin embargo otras, como las protagonistas de AMA-DAS, el primer largometraje documental de Marga Gutiérrez, deciden mostrar cómo están volviendo a armar las piezas de sus vidas.
Rosa, Pili, Idoia y Emma abren las puertas de sus casas y de sus almas en este documental en blanco y negro que toca las fibras, y Marga Gutiérrrez no exagera cuando califica a AMA-DAS, estrenado en salas de cine a finales de junio, como un filme sobre supervivientes, una historia de superación y resistencia.
“Nos planteamos un marco que reflejara una gran amplitud de discapacidades o de discapacidades diversas”, apunta la realizadora, “con Rosa reflejamos un tipo de problema mental, a través de Idoia la discapacidad física (generada por esclerosis múltiple), con Emma mostramos la discapacidad física provocada por violencia; mientras que la de Pili es el producto de una enfermedad pero que a su vez también tiene su origen en la violencia de género”.
El documental AMA-DAS, cuyo título es en mayúsculas y posee el doble significado de amar y dar, constituye la culminación de un largo proceso de gestación y realización cuyo origen se remonta a 2017, cuando Marga Gutiérrez en embarcó en el cortometraje ¿Qué es para ti el amor?, en colaboración con la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE).
En aquel entonces, aun satisfechas con el buen resultado del corto, tanto la ONG como la cineasta tuvieron la certeza de que un tema de tal envergadura necesitaba ser abordado de forma más amplia, por lo que se aventuraron en la producción de una película mucho más ambiciosa.
“A partir de ahí empezamos un largo camino”, comenta Marga Gutiérrez, que rodó AMA-DAS entre el 2018 y 2020, “fue un trabajo paralelo de formación personal, de investigación de cada una de las vidas de las protagonistas, pero también de la búsqueda de financiación para poder sacar adelante este proyecto”.
Entrar con su cámara en las vidas de Rosa, Pili, Idoia y Emma, así como asistir en primera fila a sus conversaciones y desarrollo personal, puntualiza Marga, fue principalmente gracias a la labor previa de COCEMFE Navarra, que trabaja con ellas y otras mujeres a través de diferentes actividades como talleres de empleo, de empoderamiento, de ocio y tiempo libre.
“Yo he visto a estas mujeres con muchas ganas de hablar y de contar sus vivencias”, entra en detalles la directora y guionista, “desde el principio lo que hicimos fue dialogar mucho, estar mucho rato con ellas, crear espacios de confianza y respeto, y sobre todo trasladarles la confianza de que ellas serían las primeras que verían lo que dijeran y lo que rodáramos”, asegura recordando además que tuvo que desechar varios relatos, bien por falta de espacio, bien atendiendo la petición de sus protagonistas, ya que “todavía no están preparadas para que ciertos testimonios y situaciones que han vivido se expuesieran en el documental”.
Asimismo, Marga cuenta que quiso que sus protagonistas tuvieran muy presente que “quizás la peli que hiciéramos no era la que más les hubiera gustado a ellas, pero que teníamos que lograr que llegara al gran público, así como a muchísimos espacios y rincones del mundo”.
La cineasta se propuso evitar caer en la re-victimización de esas mujeres sobrevivientes, que se encuentran en un intenso proceso de recuperación, del cual son conscientes de que no tendrá fin, pero en el que sí experimentan una evolución y desarrollo.
“Cuando vemos el telediario solamente nos quedamos con los datos y cifras de las víctimas, pero nunca se habla de cómo quedan o cómo son las vidas de esas personas que finalmente no mueren”, apunta. Por lo tanto, “era importante respetarlas, empoderarlas y proporcionarles el lugar que se merecen en la sociedad”, sostiene.
Aunque el destino de esas mujeres ha sido muy duro, con AMA-DAS, la directora también quiso mostrar esperanzas para otras víctimas. “¿Te puede pasar eso? sí, ¿te va a cambiar la vida? sí, ¿es una putada? sí, pero piensa que hay muchas mujeres que han pasado por situaciones similares y que están en un proceso, primero de amarse a sí mismas, que es lo principal, así como de encontrar el camino de sus vidas”.
Las 'otras' violencias
Según el estudio Diagnóstico sobre la violencia ejercida contra las mujeres con discapacidad de Pamplona (2016), impulsado por COCEMFE, un 50% de las mujeres con discapacidad había sufrido o estaba viviendo violencia de género; a nivel europeo esa cifra se sitúa en un 40%.
Ser mujer y además discapacitada las coloca en una situación de sobre-vulnerabilidad, a la que luego se aúnan las violencias institucional y social, las cuales “están más tapadas y son invisibles para el resto de la sociedad”, apunta Marga Gutiérrez.
“Cuando hablas de violencia institucional, la gente no lo entiende”, expone, “sucede cuando te cierran las puertas de las ayudas o te dejan esperando meses y no llega la asistencia que necesitas para atenderte a ti como persona con discapacidad, también sucede cuando en un juicio tienes que ver a la persona que te ha agredido, aunque esto último ya está cambiando”, afirma y se dispone a destruir el bulo de que si eres una persona con discapacidad, por violencia de género se suele pensar que automáticamente devengas indemnización y apoyo estatal. “Eso no es verdad, ya que hay que pelearse cada paso”, es categórica.
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La llamada violencia social se ejerce cuando “les damos la espalda a esas mujeres, cuando los vecinos oyen cosas, pero no lo dicen, cuando la propia familia tapa lo que te está pasando”, hace notar la directora navarra, “entonces son entornos que no ayudan a estas mujeres, por ‘el qué dirán’, por el ‘no me quiero meter en algo que no es lo mío…’, estas situaciones también las mostramos en la película a través de sus testimonios”.
En el entorno social también nos encontramos con el consabido 'no te creo', pero ¿cómo se hace para revertirlo en un 'yo sí te creo'? En ese sentido, Marga Gutiérrez ve ciertos avances.
“No es lo mismo hace 10 o 20 años que ahora”, fundamenta su reflexión y sostiene que “vivimos en el mejor mundo posible, es decir, hoy en día es cuando hay más visibilidad, más ayudas y protección, así como más justicia social”, apunta, “eso no quiere decir que también se den pasos hacia atrás, por supuesto tenemos que mejorar y todos juntos seguir avanzando como sociedad”.
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