La violencia vicaria es aquella en la que se instrumentaliza a los hijos para causar el mayor dolor posible al otro progenitor. De esta manera, los niños se convierten en víctimas directas de sus padres.
La psicóloga clínica y forense Sonia Vaccaro explica que este tipo de violencia instrumental toma el adjetivo vicario cuando responde al sentido "en que se toma el lugar de otra persona o cosa, como un sustituto; o como castigo vicario, que ha sido sufrido o realizado por una persona en lugar de otra".
Según recoge desde el año 2015 la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, está catalogada como un tipo de violencia machista que se ejerce contra las madres como forma de venganza.
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El Pacto de Estado contra la Violencia de Género define además la violencia vicaria o violencia “por interpósita persona”, como “el daño más extremo que puede ejercer el maltratador hacia una mujer: dañar y/o asesinar a los hijos/as”.
Algunos de los casos de violencia vicaria más mediáticos conocidos en los últimos años en España han sido de José Bretón, que en 2011 mató a sus hijos, Ruth y José, como venganza contra la madre; o el de Tomás Gimeno en 2021, que mató a sus hijas Anna y Olivia y más tarde se suicidó.
¿Las madres también ejercen violencia vicaria?
Cuando se habla de madres que asesinan a sus hijos, se suele hablar de filicidio o parricidio, aunque sea por una cuestión de venganza contra el padre. No obstante, en algunos casos los tribunales han recogido el término "violencia vicaria" en sentencias impuestas contra madres.
Un ejemplo es el Tribunal Supremo, que este año ratificó la condena impuesta contra una madre por el asesinato de su hijo de 7 años. Según informó El Mundo, el magistrado Julián Sánchez vio en el caso "los rasgos que son calificados como de violencia vicaria" tras descartar el argumento de la defensa de que la parricida actuó movida por un trastorno psíquico. De esta manera, señaló que "de los testimonios y de los informes periciales se deduce todo lo contrario".
Otro ejemplo de este tipo de violencia extrema se ha conocido esta misma semana. Se trata del caso de Olivia, una niña de 6 años que ha muerto en El Llano (Gijón), presuntamente a manos de su madre, que le habría dado barbitúricos después de que el juez le diera la custodia a su padre.
[A Olivia, de 6 años, la mató su madre después de que el juez le diera la custodia a su padre]
47 menores asesinados desde 2013
Desde 2013, el Ministerio de Igualdad contabiliza el número de menores asesinados por sus progenitores y, hasta el 30 de septiembre de 2022, han sido 47 las víctimas mortales. Hasta 2020, tal y como demostró Newtral, al menos el 56% de esos casos habían sido perpetrados por los padres biológicos, no por las madres.
Asimismo, cabe destacar que las estadísticas difundidas hace años en las redes sociales y que decían que casi el 70% de los filicidios eran cometidos por las madres, estaban distorsionadas. Esos datos eran de Estados Unidos y correspondían a un estudio de 1969 por Phillip J. Resnick.