“Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo”. Sin duda, El principito de Antoine de Saint -Exupéry es uno de los mejores libros para recordarnos que cada uno de nosotros somos personas únicas y diferentes a pesar de pertenecer a una sociedad con características aparentemente similares.
[¿Qué es el síndrome de María Antonieta y por qué vuelve el pelo blanco?]
Personalidades, talentos y valores únicos que a menudo la presión social empuja hacia el conformismo o la mediocridad ¿La razón? Simplemente para no salirse de los límites socialmente impuestos y para que otras personas no se sientan molestas con las virtudes del resto. Una de las grandes contradicciones del ser humano, que tiene que ver con lo que se denomina síndrome de la amapola alta o de alta exposición.
Un síndrome vinculado también al conocido como el de la abeja reina en las mujeres y directamente relacionado con esas personas que por el simple hecho de destacar o de tener éxito en algún área generan odio o envidia en el resto, haciendo que sus propias limitaciones se hagan visibles. Te contamos todo sobre el origen de este síndrome y sus consecuencias.
¿Cuál es el origen del síndrome de la amapola alta?
Según cuenta la leyenda, el síndrome de la amapola alta o alta exposición fue nombrado por primera vez en los libros de Heródoto y en las reflexiones de Aristóteles, además de en un relato de Livio sobre “Tarquino el orgulloso”.
Según Heródoto el emperador envió a un mensajero para pedirle consejo a Trasíbulo, para que le dijera cuál era la mejor manera de mantener el control sobre el imperio. El mensajero le transmitió la pregunta pero Trasíbulo simplemente optó por caminar entre los trigales. Mientras caminaba, cada vez que encontraba una espiga más alta la cortaba y la arrojaba al suelo, sin decir una sola palabra.
Cuando el mensajero volvió con el emperador, le explicó el extraño comportamiento que había tenido Trasíbulo y el emperador entendió el mensaje. Entendió que debía eliminar a todo el que resaltará por encima de los demás, ya que solo acabando con los mejores, conseguiría que su poder no fuese puesto en entredicho.
El síndrome de la amapola alta en la sociedad actual
Si extrapolamos la historia de Heródoto y Trasíbulo a la sociedad actual, nos encontramos con un síndrome de la amapola alta que afecta a aquellas personas que de alguna forma destacan por encima de la media, ya sea por sus habilidades, sus buenas cualidades o por el éxito alcanzado. Un síndrome afectado por una sociedad en la que se espera que todos crezcan a la misma velocidad y altura, siendo esta una de las principales razones por las que habitualmente la presión social intenta cortar las alas a estos individuos.
De ahí que su nombre sea realmente una metáfora sobre la costumbre de cortar las mejores flores y las flores de mayor tamaño, para que las flores más pequeñas puedan verse lo más iguales posible cuando se comparen con el resto.
Un síndrome que realmente refleja el rechazo y el desprecio social por aquellas personas que simplemente destacan a través de sus habilidades, características o valores, generando sentimientos de hostilidad, críticas e inseguridades en el resto. ¿El resultado de este comportamiento lamentablemente demasiado común? Sin duda, el miedo a destacar por encima de los demás. Precisamente por ello las personas normalizan que estar por encima de los demás puede ponerles en riesgo de ser rechazados, cuestionados o criticados.
Lamentablemente se trata de un síndrome también muy vinculado al conocido como síndrome de la abeja reina. Un fenómeno en este caso vinculado a las mujeres que ocupan altos cargos dentro de Organizaciones y que prefieren rodearse de hombres a la hora de trabajar, debido a esa idea equivocada de que el resto de mujeres puedan destacar por encima y puedan acabar convirtiéndose en sus rivales.
Otro síndrome tristemente muy vinculado a la lógica competitiva e individualista que a menudo impone la propia sociedad.
¿Consecuencias del síndrome de la amapola alta?
-
Este síndrome genera una tendencia en las personas a no permitir que alguien destaque demasiado, para no generar inseguridades o crear sensación de amenaza en los demás.
-
Hace que la gente tenga miedo a destacar y genera inseguridad personal, precisamente porque las personas normalizan que estar por encima de los demás puede ponerlos en riesgo.
-
Ostracismo, debido a que generalmente se vuelcan en sí mismos por ese miedo al rechazo y a la crítica.
-
Baja autoestima y rechazo a compartir sus logros y éxitos con los demás.
La importancia de dejar el síndrome de la amapola alta a un lado para marcar la diferencia
Es importante ser conscientes de la necesidad de dejar a un lado las comparaciones con los demás y empezar a dar el valor que cada uno de nosotros merecemos como personas únicas e independientes. Todos somos diferentes y todos podemos brillar con luz propia de manera distinta, aceptando nuestros puntos fuertes y débiles y siempre buscando la felicidad como objetivo por encima del éxito.
Dejemos que cada amapola pueda crecer todo lo alto que pueda y marcar la diferencia, comencemos a verla como lo que es, algo único, diferente, irrepetible, motivador y admirable pero no peligroso.