Liz Truss ya es oficialmente la primera ministra de Reino Unido y ha llegado a Downing Street pisando fuerte. La política conservadora ha hecho cambios en el gabinete formado por Boris Johnson, creando un equipo más diverso: con más mujeres y personas racializadas. Además, ha hecho historia, ya que por primera vez, tres de las carteras más importantes del gobierno no están ocupadas por hombres blancos.
Así, James Cleverly, que hasta ahora estaba en Educación, es el nuevo secretario de Estado para las Relaciones Exteriores; mientras que el Ministerio de Hacienda lo ocupará Kwasi Kwarteng, que desde 2021 ejercía como secretario de Estado de Empresa. Los dos son hombres racializados, nacidos en municipios de London Borough, pero con padres inmigrantes (la madre de Cleverly es de Sierra Leona y los padres de Kwarteng llegaron desde Ghana).
Suella Braverman será la nueva ministra de Interior. Además de ser la primera mujer en ostentar dicho cargo, también es hija de inmigrantes (su madre es de Kenia y su padre de Mauricio).
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La evolución 'tory'
El Ejecutivo formado por Liz Truss, que es la tercera mujer en llegar a primera ministra en el país, tiene también una mujer más que el su predecesor.
Con estos cambios, los medios ingleses debaten sobre la evolución que ha experimentado el partido tory en los últimos años, recordando también que las tres primeras ministras en la historia del Reino Unido son del Partido Conservador.
Por ejemplo, The Guardian recordaba la fotografía tomada en 1997 a Tony Blair, después de que el Partido Laborista tuvo un récord de mujeres, con el mensaje de "las Chicas de Blair", y reflexionaba sobre la participación femenina entre los laboristas. Otros medios como Daily Mail han aparecido estos días con titulares en portada como: "La primera ministra es... Tories 3 Laboristas 0".
El experto en política, Sunder Katwala, explicó a The Guardian que la transformación del Partido Conservador empezó con la llegada de David Cameron, que empezó a dar más importancia a la diversidad aunque, asegura Katwala, siempre a través de un sistema meritocrático y "no de cuotas".
Por su parte, el periodista Kenan Malik escribió en ese mismo diario que "los conservadores han dado la vuelta a la pirámide de diversidad normal". La razón es que uno de cada cinco ministros del gabinete de Johnson pertenecía a minorías en el último gabinete, frente a aproximadamente uno de cada 15 de los parlamentarios como un total, y uno de cada 33 miembros del partido.
Katwala declaró que en el caso del Partido Laborista el problema es el contrario y, aunque tienen muchas mujeres y personas pertenecientes a minorías en la base del partido o como votantes, esas personas pocas veces llegan a puestos de poder.
Según las cifras que daba The Guardian, en 2019 el Partido Laborista tuvo un 64% de apoyo de votantes de minorías, frente al 20% que obtuvo el Partido Conservador.
En palabras de Katwala, el motivo por el que los laboristas de minorías casi no llegan a puestos de liderazgo se debe al miedo del propio partido a que eso provoque una pérdida de votos. No obstante, un estudio publicado por More in Common mostraba que el 81% de los votantes no tendrían problema en que el primer ministro fuese de una minoría.
“Los progresistas son demasiado pesimistas al respecto, y este es el tipo de personas que se sientan en las reuniones de selección. Le están imputando un prejuicio al electorado que no parece fundado. Quizás haya un nivel de distancia que les haga temer que el país no haya cambiado”, añadió Katwala a The Guardian.
Pero mientras los laboristas se quedan estancados y con miedo a perder votos... el Partido Conservador está rompiendo las barreras y haciendo un Downing Street más diverso y realista con la sociedad actual, aunque todavía queda mucho por hacer.