Liz Truss ha pronunciado este martes su primer discurso como primera ministra del Reino Unido. Lo ha hecho pocas horas después de que su predecesor, Boris Johnson, presentase su renuncia y después de recibir la bendición de la reina Isabel II en el castillo de Balmoral, en Escocia.
Pasadas las 17:00, hora local, la nueva líder del Partido Conservador británico ha llegado frente a las puertas del número 10 de Downing Street, donde la esperaba bajo la lluvia un grupo de seguidores, y se ha dirigido, entre vítores y aplausos, al pueblo británico.
"Vamos a transformar Reino Unido en una nación de aspiraciones, con empleos bien remunerados, calles seguras y donde todo el mundo tenga las oportunidades que merece", ha comenzado Truss su discurso. No sin antes rendir un pequeño tributo a Johnson, a quien ha agradecido haber ejecutado el brexit y a quien, a su juicio, "la historia recordará como un primer ministro de gran trascendencia".
Sin salirse del guion, la nueva líder británica ha resumido brevemente y sin entrar en detalle las prioridades que marcarán su mandato. La primera de ellas será la de lograr que Reino Unido, que se enfrenta a una inflación galopante y a una recesión en ciernes, "vuelva a funcionar".
Para ello, Truss ha asegurado tener un plan audaz basado en hacer crecer la economía a través de una bajada masiva de impuestos y de reformas estructurales que impulsen la inversión privada. "Haré que el país funcione, se construya y crezca", ha enfatizado.
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También ha anunciado, como ya había hecho previamente, que a lo largo de esta semana lanzaría un paquete de medidas orientado a frenar la crisis energética provocada por la guerra de Putin en Ucrania. "Tomaré acciones para hacer frente a las facturas de la energía y asegurar el suministro", ha dado como toda explicación.
Por último, Truss ha garantizado que "las personas puedan obtener citas médicas" a través del servicio de salud nacional, el NHS. "Al cumplir con la economía, la energía y el NHS, pondremos nuestro nación en el camino hacia el éxito a largo plazo", ha enfatizado.
Asimismo, ha asegurado a los ciudadanos británicos que, bajo su mandato, podrán "capear la tormenta" y convertirse en "el Reino Unido brillante que sabemos que podemos ser". Con esta promesa, y sin hacer mención expresa al brexit o a la reforma del Protocolo de Irlanda del Norte, Truss ha concluido su discurso y de la mano de su marido, Hugh O'Leary, ha entrado a la que será su nueva residencia.