De familia malagueña y hostelera, Lorena Maldonado se considera una "niña de bar" acostumbrada a una vida muy social. Se crió estando encima de una caja de Coca-Cola atendiendo a la gente entre ambiente tabernero. Gracias a ello sabe lo que es el espíritu de sacrificio y la psicología social.
[Lorena G. Maldonado: "Cuando la revolución termine, habremos ganado los maricas y las mujeres"]
"Desde pequeña he visto como mi padre y mi abuelo tenían un mal día y al pasar el umbral del bar estaban bien para la gente. Eso tiene que ver con lo que nosotros hacemos, cuando quieres que alguien se abra a ti, con generosidad como entrevistador, tienes que dar lo mismo".
Este pasado junio se reunió con Cruz Sánchez de Lara y Charo izquierdo en el pódcast de 'Arréglate que nos vamos' para hablar sobre el instinto, sobre ser protagonista (sin querer) siendo una misma y sobre la intimidad, un tema muy presente en las entrevistas de la malagueña.
Desde siempre quiso escribir, y consideró que tenía que estudiar Derecho y Periodismo. Coqueteó con el mundo de las letras trabajando en la gestión cultural en el Instituto Cervantes e hizo un máster de Periodismo en el mundo.
Gracias a su trayectoria, hoy en día es una de las periodistas más carismáticas de El Español. Desata pasiones con sus entrevistas y artículos, y sus columnas no dejan indiferente a nadie. En resumen, su protagonismo son sus palabras. Sus textos son como de cantautora y suenan a poema de denuncia urbana. Y aunque sea de retos, no le gusta competir con la gente.
Como periodista, es una buscadora compulsiva de la intimidad y de los titulares, a la que le aburre "el periodismo fofo y de prosa laxa". Y es que siempre procura decir cosas que le hagan arriesgarse e ir más allá, pero sin trampas y siempre en igualdad de condiciones. "No quiero exponer a nadie sin exponerme a mí misma", añade.
Uno de sus trucos para confundir a sus entrevistados es su vocecilla dulce, que le ha ayudado a suavizar las preguntas agrias y comentarios punzantes. "Hace que parezca más inocente de lo que soy", comenta entre risas.
Con el cuerpo a cuerpo siempre presente busca una fusión de los sentimientos más contradictorios: el amor y el odio, el hambre y la gula..."Busco eso porque lo que yo echaba de menos como lectora, antes de ser periodista, eran las preguntas sobre amor, sobre hombres y mujeres o sobre sexo", explica. Un tema que considera que estaba pendiente de tratar con más naturalidad.
Diferente, culta, divertida y cargada de extravagancias geniales. El instinto es su herramienta de supervivencia con el que ve venir a la gente, y no suele equivocarse. A pesar de todo, cree en la búsqueda permanente del amor, ya que "si dejas de buscarlo es que estás muerto", y ella quiere estar muy viva.