En España, muchos conductores disfrutan personalizando su coche de manera que represente sus gustos, valores o grupos a los que pertenece. Por las carreteras españolas es común encontrar coches con pegatinas de un toro de Osborne, de la bandera de España, de lagartijas o de un caballo, entre muchas otras.
El artículo 19.1 del Reglamento General de Circulación (RGC) establece que "la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule, sin interferencias de láminas o adhesivos". Es decir, el uso de adhesivos es totalmente libre y voluntario siempre que cumpla con estas indicaciones.
Una de las más frecuentes, y que seguro te has cruzado más de una vez en alguna autovía, es la de un burro en posición lateral y de color negro, con el hocico y la tripa blancos. Explicamos qué significa y, te adelantamos que si la quieres, es muy fácil de encontrar en tiendas de Cataluña y online.
¿Por qué el burro representa a Cataluña?
Una de las razas de burros más antiguas que se conocen es la denominada como ruc o burro català, originaria de Gerona. Se trata de burros de talla grande, pudiendo alcanzar una altura de cruz de 1,65 metros y su color es marrón oscuro con el morro y la barriga de color blanco.
Antiguamente, formaba parte de los paisajes y de la vida cotidiana en todos los pueblos y ciudades de Cataluña. Se estima que llegó a haber unos 50.000 animales y, en la actualidad, solo quedan unos 500 ejemplares de pura raza, 400 de ellos en territorio catalán, y se encuentra en peligro de extinción.
¿De dónde surge la idea de la pegatina del burro?
Tras años sin recibir atención de ningún tipo, en 2004 el burro catalán alcanzó gran popularidad de forma inesperada gracias a la intervención de dos jóvenes de Bañolas, Jaume Sala y Àlex Ferreiro.
Con el objetivo de llamar la atención sobre el peligro de que esta raza desapareciera y facilitar así su conservación, decidieron crear una pegatina para coches con la silueta del ruc.
En su origen, su única ambición fue colaborar de alguna manera en mantener la raza autóctona de burros. Sin embargo, para otras personas, y alejado de su significado inicial, el burro se convirtió en un símbolo del nacionalismo catalán en oposición al toro de Osborne.
Desde entonces, el símbolo del burro puede verse en adhesivos para coches, pero también en tazas de café, camisetas, gorras, llaveros y otros objetos.