Aunque su cuota es cada vez más reducida en el mercado, las berlinas siguen siendo una opción en la cartera de productos de algunas firmas automovilísticas. El peso de este tipo de carrocería oscila entre el 6-8% sobre las matriculaciones de turismos, una silueta casi olvidada por la fiebre de los SUV.
Dentro de ese pequeño nicho, el Peugeot 508 ha actualizado este año su segunda generación, con la incorporación del nuevo logotipo de la marca, cambios en su imagen y más equipamiento tecnológico. Aunque cuenta con motores híbridos enchufables (PHEV), es el único modelo de la gama que no tiene homólogo eléctrico.
Uno de los aspectos más positivos de este modelo es, que al igual que su predecesor, cuenta con la etiqueta cero de la DGT en las variantes PHEV. Gracias a este distintivo medioambiental carece de tener que pagar por estacionar en la calle y, por supuesto, no tiene limitaciones de movilidad en el centro de las ciudades.
Al pertenecer al segmento D, el Peugeot 508 compite contra rivales como el Ford Mondeo, Skoda Superb, Volkswagen Passat o Alfa Romeo Giulia, entre otros. En el terreno premium podría enfrentarse a modelos como el Mercedes Clase C, Audi A4 o BMW Serie 3.
No obstante, no hay que olvidar que la berlina francesa también se comercializa con carrocería familiar (denominada como station wagon). En este caso, el 508 SW se podría comparar con un Volkswagen Passat Variant, Skoda Super Combi o, incluso, con un Audi A4 Avant.
Estética y medidas
El diseño del Peugeot 508 se ha redefinido con una estética más poderosa y radical, sobre todo en la zona frontal. Aquí se pueden apreciar algunos cambios, como la nueva firma luminosa (de serie) de tres garras con tecnología Matrix LED y la parrilla claramente evolucionada respecto a su antecesor.
Por encima del nuevo logotipo se inserta el monograma "508" en tipografía cursiva, el cual está realzado en color Gris Basalto. Respecto a los colores de la carrocería, hay tres nuevas tonalidades: Blanco Okenite, Gris Titanium y Azul Eclipse. Asimismo, el Gris Selenium exclusivo del PSE, se ha hecho extensivo a cualquier variante.
En la parte trasera desaparece el logotipo de la marca en la franja negra, sustituido por la palabra completa de Peugeot en Gris Basalto. Los faros también cuentan con las tres garras y efecto tridimensional, en una posición más horizontal.
Si hablamos de la versión más deportiva, el Peugeot 508 PSE (Peugeot Sport Engineered), esta se distingue por incorporar motivos en negro brillante y verde kriptonita, así como sustituir el logotipo de 508 por las tres garras. También se añaden elementos aerodinámicos en la zona inferior.
En cuanto a las medidas del Peugeot 508, este abarca 4,75 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,40 metros de alto. En el caso de la silueta familiar, esta presenta una longitud algo mayor de 4,77 metros. La capacidad de maletero en la berlina es de 487 litros, mientras que en el SW es de 530 litros, un volumen idéntico tanto para las versiones térmicas como híbridas enchufables.
Interior más refinado
Por dentro tenemos el conocido i-Cockpit, con la inserción del nuevo logotipo en el volante. La pantalla central se ha actualizado con un tamaño de 10 pulgadas, ligado al sistema de infoentretenimiento de última generación. Este ofrece conexión inalámbrica para Apple CarPlay o Android Auto, así como navegador de serie TomTom.
Otras novedades son el selector de marchas (e-toggle), en lugar de la palanca del anterior modelo, cargador inalámbrico de 15W o puertos USB de tipo C. Los asientos del Peugeot 508 cuentan con certificado AGR, hasta ocho programas de masaje en opción, y nuevas tapicerías con cuero nappa.
A nivel de acabados, presenta mucha calidad. Las superficies cuentan con un tacto agradable, con plásticos blandos, imitación a madera y piano black. Un aspecto positivo del habitáculo interior son los huecos portaobjetos, con un espacio añadido debajo de la consola central.
Cinco motores
El abanico de opciones mecánicas del Peugeot 508 arranca en un motor de 130 CV, disponible en gasolina o diésel. Ambos cuentan con un cambio automático de ocho velocidades. En el apartado de opciones electrificadas, el modelo francés ofrece dos motores híbridos enchufables.
Por un lado se comercializa una variante de 180 CV con tracción delantera, y por encima está la versión de 225 CV con tracción total. En lo más alto de la gama se encuentra el motor del Peugeot 508 PSE, con 360 CV y también tracción íntegra. Todos ellos se asocian al cambio automático de ocho relaciones.
En cuanto a la batería de los híbridos enchufables, esta es de 12,4 kWh, lo que permite una autonomía homologada en modo eléctrico de hasta 64 kilómetros en ciclo mixto (73 kilóemtros en entornos urbanos). En el PSE de 360 CV esa cifra se reduce a los 52 kilómetros.
A la hora de recargar la batería, el 508 incluye de serie un cargador de 3,7 kW de potencia, si bien se puede optar por uno de 7,4 kW de manera opcional (de serie en el PSE). Los tiempos de alimentación varían en función de la potencia, por lo que en un punto de 32 amperios se tarda una 1 hora y media, en uno de 14 amperios asciende a 3 horas y 25 minutos y en un enchufe de 8 amperios se necesitan 7 horas y 5 minutos.
Versiones y precios
El Peugeot 508 tiene dos niveles de equipamiento, Allure y el GT, y por encima de estos se añade la versión más deportiva, el PSE. La carrocería familiar es 1.200 euros más cara que su igual en silueta berlina.
A continuación desglosamos los precios según la mecánica y con el acabado de acceso:
Peugeot 508 | PVP |
Allure 130 CV gasolina | 42.110 € |
Allure 130 CV diésel | 44.260 € |
Allure PHEV 180 CV | 51.110 € |
Allure PHEV 225 CV | 52.610 € |
PSE PHEV 360 CV | 70.060 € |
En carretera
El Peugeot 508 es un modelo que difícilmente no puede cautivar a cualquiera que tenga la oportunidad de probarlo. En esta ocasión hemos podido realizar una ruta desde Madrid hasta la provincia de Guadalajara, concretamente a Sigüenza.
Nuestra unidad de pruebas se corresponde con la versión híbrida enchufable de 225 CV. Al iniciar la marcha el cuadro de mandos indica que tenemos una autonomía por encima de los 500 kilómetros (sin estar el depósito del todo lleno), mientras que la parte eléctrica marca 44 kilómetros.
El asiento del piloto hace que el cuerpo quede perfectamente recogido para una conducción óptima, con gran ergonomía y comodidad. Es cierto que el i-Cockpit no es para todo el mundo, ya que la posición del volante es muy baja respecto al cuadro de mandos. Es nuestro caso es la postura natural para conducir.
En movimiento es un coche con calidad de rodadura, suave y con aplomo. El cambio responde con bastante soltura, aunque para sacarle más partido es apropiado utilizar las levas ubicadas detrás del volante.
Tras 141 kilómetros de recorrido, en su mayoría tramos de autopista, hemos obtenido un consumo medio de 5,7 l/100 km. Esta cifra es, en gran parte, gracias al uso del motor eléctrico, lo que permite prescindir en numerosas ocasiones del combustible tradicional.
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