Todos los que empezamos en la movilidad eléctrica tenemos claro que lo idóneo es siempre la carga lenta y principalmente de noche. Es cuando la energía es más barata porque hay menos demanda y también es la situación idónea para mantener la vida de las baterías.

Pero, claro, no siempre podemos cargar en casa de forma lenta. En algún momento del año tenemos que hacer una carga rápida, principalmente cuando realizamos un gran viaje. Por ello hemos querido simular una situación de tener que recargar en un viaje con un coche eléctrico, queriendo emular una situación que se nos pueda dar este verano.

Lo que hemos hecho en esta simulación es llegar a un punto de carga ultrarrápido (Ionity, Repsol, Endesa) con solo 100 kilómetros de autonomía (prácticamente en reserva) y hacer una carga rápida para recorrer otros 100 kilómetros, que son los que necesitamos para llegar a nuestro destino. Además, este experimento nos ha permitido también conocer cuál el coste real de realizar una recarga rápida para continuar el viaje.

Para realizar este experimento hemos seleccionado dos de los mejores elementos que existen en la actualidad. Comenzando por el coche, hemos optado por el BMW i4. Y para el punto de carga hemos seleccionado la red de Ionity.

Comenzando por el coche, se trata de una berlina con formas de coupé que se caracteriza por ser un coche 100% eléctrico. Por su tamaño, presenta una longitud de 4,78 metros, lo que le permite competir de tú a tú con el eléctrico de referencia en el mercado: el Tesla Model 3.

También podríamos medirlo con otros modelos como el Kia EV6, Hyundai Ioniq 5 y si buscamos modelos más aspiracionales encontramos el Porsche Taycan y Audi e-tron GT.

La versión probada que tenemos del BMW i4 es la variante i4 eDrive 40, que cuenta con una potencia máxima de 340 CV y un par de 430 Nm. Este coche, además, dispone de una batería de 80 kWh de capacidad con la que, en principio nos ofrece una autonomía de 493 kilómetros. Y a ello se suma una potencia de carga rápida de 205 kW como máximo.

Y para el cargador, hemos optado por la red Ionity de Campo de las Naciones (en Madrid) que presenta cuatro cargadores de corriente rápida de tipo CCS con un precio de carga de 0,79 céntimos el kWh.

Comienza la recarga rápida

Llegamos al cargador a las 10:46 de la mañana de un día con ola de calor (30 grados). El cuentakilómetros marca 100 kilómetros de autonomía cuando hemos llegado. Por ello, lo que vamos a probar es a realizar una recarga de aproximadamente 18 kWh (que es el consumo del coche cada 100 km). Esta carga, por tanto, nos daría para otros 100 kilómetros y así poder llegar al destino.

Una vez aparcado junto al cargador, comprobamos que la batería está el 25%. Abrimos la aplicación de Ionity, seleccionamos el cargador y lo ‘enchufamos’ al coche. Aquí conviene recordar que solo se pueden recargar coches eléctricos puros. Al ser una recarga rápida, los híbridos enchufables y otro tipo de vehículos no admiten la conexión CCS que tiene esta carga ultrarrápida.

El poste de carga se comunica con el coche y comienza la carga. Inicialmente vemos que el coche empieza a cargar a 212 kW (el máximo de Ionity son 350 kW). Y esto es algo que nos sorprende porque en realidad el coche solo debería admitir una carga máxima de 205 kW, tal y como pone en la ficha técnica del vehículo. Pasan los minutos y ya se estabiliza en 200 kW. Esta velocidad tan rápida de carga nos permite recargar unos 3 kWh en solo un minuto.

Aprovechamos para hacer algunas fotos al vehículo y cuando volvemos nos damos cuenta de que el coche ya ha cargado el objetivo que buscábamos. En concreto, han sido 17,9 kWh. Y el tiempo empleado ha sido de 6 minutos. Así que podemos decir que con la recarga ultrarrápida bastará con hacer un pequeño descanso de 10-15 minutos para tener una recarga de 200 kilómetros y así poder llegar a cargar en destino, para ser más eficiente.

Cuánto cuesta la recarga rápida

Ahora llega el momento de saber cuánto cuesta la recarga rápida. Y aquí directamente Ionity no nos lo dice en el punto de recarga. Para ello tenemos que consultar la aplicación. Y la aplicación nos dice que ha sido un total de 14,15 euros el coste de los 17,91 kWh suministrado. Por lo tanto, queda patente que el precio del kWh es de 0,79 € tal y como señala Ionity.

Es caro sí.. lo tenemos que reconocer. Pero también hay que reconocer que con un coche de combustión sería mucho más caro el desplazamiento. Por ejemplo, con un BMW M440i (un coche similar con 374 CV) el consumo de combustible oficial es de 8 litros. Por tanto, con el combustible a 2,15 euros, estaríamos hablando de 17,2 euros de gasto cada 100 kilómetros.

En este sentido, además, desde Ionity nos recuerdan que si somos usuarios frecuentes del coche eléctrico, nos conviene suscribirnos al Ionity Passport, que por una cuota de 17,99 euros al mes, el kWh costaría 0,35 euros. Por tanto, esta carga nos habría costado 6,29 euros, casi 8 euros menos. Por tanto, con dos o tres cargas al mes, sería más que interesante esta última opción de estar suscritos.

Conclusiones

Cargar un coche eléctrico con la tecnología como este BMW i4 es rápido. Obviamente no es tan rápido como echar combustible de un surtidor. Pero sí podemos decir que en un poste ultrarrápido bastarían entre 15 y 20 minutos para conseguir entre 200 y 300 kilómetros de autonomía.

Es decir, una pequeña parada en nuestro viaje para pasar al servicio y refrescarnos o tomar un café. Por último, es cierto que es caro. Pero también hay que reconocer que hay planes más baratos y que en otras estaciones como la de Repsol el precio del kWh es más económico. Además, el coste por cada 100 kilómetros sigue siendo más barato que el coche de combustión. Así que una vez más el eléctrico nos ha convencido.

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