El coche de combustión se acerca a su fin. Y este final no será otro que el año 2035 en Europa. Para entonces, en el viejo continente no se venderán vehículos que echen humo por el tubo de escape, lo que permitirá solo vender eléctricos.

Este miércoles 11 de mayo se ha realizado una votación crucial en el Parlamento Europeo. Se trataba de defender el compromiso actual de acabar con el coche de combustión o bien incluso acelerar su final tal y como proponían algunos políticos como el grupo liberal.

Finalmente, la votación ha sido muy reñida y se ha aprobado la postura en la que se defendía el calendario actual, en el que en 2035 los coches de combustión desaparecerán de Europa.

Por tanto, lo que se ha rechazado es que en los años previos (2027 y 2030) se endurezca la reducción de emisiones quedándose por tanto en una disminución del 15% para 2025, mantener ese porcentaje en 2027 y llegar al 55% en 2030.

Una votación tan ajustada que ha sido muy importante el voto en contra de mayores reducciones de la eurodiputada Susana Solís de Ciudadanos.

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Al final han sido 46 eurodiputados a favor de mantener el calendario actual, 40 en contra y dos abstenciones.

Respecto a los plazos, este es el primer paso. Ahora, por tanto, falta votarlo en pleno para que quede constancia de la postura del Parlamento. Eso será el 5 junio. Después se tendrá que negociar con el Consejo (los estados miembros). Una votación donde, en principio, el Consejo tiene la misma posición de prohibir los coches de combustión en 2035, pero no antes.

En las directrices de la Eurocámara se asume también ideas como eliminar el mecanismo de incentivos para vehículos de emisión cero y baja (ZLEV, por sus siglas en inglés), al considerar que ya no cumple el propósito original.

Además, piden que la Comisión presente a finales de 2025 un informe sobre los progresos hacia el objetivo de cero emisiones en la movilidad por carretera y continúe con una evaluación anual a partir de entonces, atendiendo también al impacto en los consumidores y el empleo, el nivel de uso de energías renovables, así como información sobre el mercado de segunda mano.

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También encargan a la Comisión un informe para finales de 2023 que detalle la necesidad de financiación específica para garantizar una transición justa en el sector del automóvil, con el objetivo de contener el efecto negativo en el empleo y otros impactos económicos.

Finalmente, abogan por establecer el próximo año una metodología clara con la que evaluar el ciclo de vida completo de las emisiones de CO2 de los automóviles y furgonetas comercializados en el mercado de la UE, así como los combustibles y la energía consumidos por estos vehículos.

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