Disfrutar de la gastronomía local es uno de los placeres de viajar. En cualquier pueblo, ciudad o gran capital hay platos típicos y son esos los que despiertan un mayor interés al turista, que busca cada vez más la experiencia. Los centros de las ciudades están llenos de las mismas franquicias y de locales de comida rápida, pero eso es solo para cubrir necesidades básicas. La riqueza gastronómica, lógicamente, es otra cosa.
En Málaga hay platos muy conocidos. De hecho, se conoce a los malagueños como los 'boquerones' porque este tipo de pescaíto frito es muy popular entre los residentes en esta provincia y no hay turista que no los pruebe, especialmente los victorianos, muy populares en zonas como Rincón de la Victoria. En vinagre también están exquisitos y más de un turista los mira con extrañeza.
La porra antequerana, el salmorejo como se dice en Córdoba y se le conoce en otros lugares de España, es otro de los clásicos. Hay diversas formas de hacerla, pero esa mágica combinación de aceite de oliva, tomate, pan, sal y algo de ajo, que luego se suele acompañar con atún, huevo duro o jamón serrano, entre otros productos, también llama mucho la atención de los turistas.
El gazpachuelo es más nivel pro. Es una especie de sopa de pescado que se acompaña de arroz, pan, patata, merluza, gambas, almejas y hasta guisantes. Hay distintas variedades. Su color es blanco al mezclar fumet y mayonesa y se puede tomar fría o caliente, según el gusto del consumidor. Es otro placer para el paladar, pero también es cierto que hay gente a la que no le gusta. Al turista, sobre todo al extranjero, le resulta más raro.
Uno de los pescados que se come mucho en Málaga y que en otros lugares no saben qué es es la rosada, un manjar suave, que se puede comer frita o a la plancha, y que se caracteriza por su limpieza. Un buen toque de alioli para acompañar es para chuparse los dedos.
Luego hay platos tradicionales tanto en Málaga como en otros puntos de España como las croquetas, las albóndigas, el plato de jamón serrano, de queso, la caña de lomo, la ensaladilla rusa... Pero en EL ESPAÑOL de Málaga nos hemos hecho la siguiente pregunta. ¿Qué plato tradicional malagueño -hamburguesas, pizza y macarrones aparte muy del gusto de los guiris- piden más los turistas cuando vienen a Málaga, tanto el nacional como el extranjero?
Hemos preguntado a los hosteleros y la respuesta ha sido unánime: el espeto de sardinas. Este plato típico malagueño gana por goleada en la preferencia de los extranjeros. Obviamente la sensación de tomárselo en un chiringuito a pie de playa, con el mar de fondo y lejos de las grandes masificaciones hace que gane muchos enteros. Un buen ejemplo de ello es que en los últimos meses el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la reina emérita Doña Sofía, o el canciller alemán Olaf Scholz, cuando han venido a Málaga, se han ido a comer a un chiringuito en lugar de ir a un restaurante Michelin.
Si es de Málaga sabrá aquello de que las mejores sardinas se comen en los meses sin r, es decir, de mayo a agosto. No obstante, el resto del año también están buenas y los turistas dan fe de ello. Lugares para viajar hay muchos. Que tengan chiringuitos menos, y con espeto de sardinas el número se reduce de manera notable. Otra de las fortalezas de Málaga como destino turístico.