La Feria de Málaga 2023 ya está en marcha y es complicado afrontarla sin echar mano del bolsillo. El año pasado, después de dos años sin fiesta, los precios subieron como la espuma y, 12 meses después, parece que la tendencia al alza continúa.
Según una encuesta previa, los malagueños tenían pensando gastar unos 65 euros por persona. Si a los entre 4,5 y 15 euros que cuesta montarse en un cacharrito se suma alguna copas o un almuerzo, ¿salen las cuentas? El primer día de feria, Twitter echó humo con numerosas quejas por los precios de la comida, con personas que llegaban incluso a comparar el comer en El Real con hacerlo en un restaurante de Estrella Michelín.
Hay casetas que han intentado mantener precios similares a la feria del año pasado o a lo que cuesta comer en una época fuera de los festejos, pero en líneas generales, los números han crecido. Algunos caseteros y camareros comentan que, al subir los costes de todo, año a año, ellos también deben subir los precios para "seguir teniendo beneficios". "Es como la vida misma", narra uno de ellos.
Ya sea por la inflación o porque en fiesta se es más proclive a disparatarse, hay familias que tienen que estar pendientes del daño que reciben en sus carteras. Con un simple paseo por El Real, es posible ver quienes se paran en las puertas de las casetas a echarle un vistazo a la carta y a comentar los precios antes de entrar. "Cada año está más cara la feria", se escucha de fondo, por detrás del flamenquito y el reggaetón.
La tapa más común en la Feria de Málaga es el montadito de lomo, que tiene un precio de 3 euros de media, mientras que el precio del Cartojal, la bebida estrella de esta época, asciende a los 10 euros por botella, aproximadamente. Otros platos típicos de la feria, como la paella, las migas, las papas a lo pobre, los pimientos y las berenjenas a la miel tienen un precio medio de unos 5 euros.
Aunque es como todo, depende del sitio al que uno vaya a comer. Hay cartas en la Feria de Málaga que tienen la ración de berenjenas, la de patatas a lo pobre y la de pimientos a 12 euros. En varias hay degustaciones gratis de algunos de sus platos. En una, por ejemplo, a partir de las 15:00 horas hasta acabar la olla, ofrecen sin coste alguno sus salchichas encebolladas.
Lo más caro, sin lugar a dudas, son el pescaíto frito y la carne. Las raciones de boquerones, calamares y similares rondan los 10-15 euros, aunque se pueden ver raciones de cazón y puntillitas de hasta 18 euros. El chuletón se lleva la palma, con un precio medio de 30 euros. Algunas casetas ofrecen parrilladas de carne y frituras de pescado, a modo de oferta, por un precio de 30 y 20 euros, respectivamente.
Los ibéricos no se quedan atrás. El precio de una ración de jamón, aunque depende del tipo, está sobre los 20-25 euros, y la de queso, entre 10 y 15. Hay casetas que ponen a disposición de sus clientes menús, tanto para compartir como individuales, en los que hay que elegir entre varios platos. Estos tienen un precio que va desde los 20 euros hasta los 30.
"La comida nos ha parecido más cara que otros años, aunque al fin y al cabo es lo que te esperas porque es la feria", afirman algunos comensales. Lo que más se cuestiona suele ser la calidad de la comida, aunque "uno sabe adónde va".
En la feria también reina la archiconocida comida rápida, entre la que destacan los camperos, las hamburguesas y un largo etcétera. Aunque algunas casetas ofrecen este tipo de comida, se suele comprar en los puestos, sobre todo de madrugada, al acabar la fiesta. La factura ronda los 6 euros de media. La hamburguesa, el perrito caliente y el kebab se suelen ofrecerse en menús, en los que se incluyen patatas fritas y bebida por entre 8 y 10 euros.
Para los más golosos, algo muy típico son los buñuelos. Cada año son más caros, puesto que este 2023 el precio está entre los 4 y los 5 euros, pero también aumenta la variedad de sabores. Desde Kinder, Kit Kat, y Oreo, hasta el sabor pitufo y Pantera Rosa, pasando por tarta de queso y dulce de leche.
Una comida siempre hay que acompañarla de bebida. Lo más barato suele ser la cerveza y el tinto de verano. El precio de la caña ronda los 2 euros, mientras que las jarras ascienden a los 6-8 euros.
Si la comida se alarga, el precio de los cubatas varía mucho. Hay casetas en las que las copas están a 4 o 6 euros y los cubalitros a 8. aunque es posible encontrarlos a cinco. El rebujito, una bebida muy típica durante la feria, tiene un precio medio de 6 euros y la jarra de 8-10.
Los más rezagados, los que se dejan parte del botellón para comprarlo en el ferial, deben saber que el precio de la bolsa de hielos está alrededor de los 2-3 euros, el de los vasos es de 1 euro por unidad y el de las botellas de refresco es de entre 3 y 4 euros.