El tiempo en Málaga baila entre temperaturas récord durante el día y durante la noche. Este miércoles, los termómetros de la provincia ha tocado techo y han disparado por los aires las máximas históricas anotadas desde que varias décadas atrás se comenzaron a registrar los datos.
Málaga ha sido un horno durante toda la jornada y ha cumplido con las previsiones por las que se activaron las alertas rojas, naranjas y amarillas de una punta a otra de la provincia. Los termómetros llegaron a subir hasta los 43,9 grados en el Aeropuerto y en Coín.
En la estación del Centro Meteorológico de la capital, ubicada en El Cónsul, alcanzaron los 43,9 grados, igualando el récord histórico registrado en agosto de 2020.
Estos tres registros, junto con los 43,3 grados de la localidad gaditana de San Roque, fueron los puntos donde se alcanzaron las temperaturas más altas de toda España dura el día, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología.
Pero estos no han sido los únicos lugares que han superado los 40 grados. En el resto de la provincia, los termómetros también han registrado temperaturas extremadamente elevadas: en Antequera, marcaban una máxima de 40,3 a las 18:30, o en Cortes de la Frontera, 41,4 a las 15:00.
Durante la última hora de calor, hace apenas una semana, los termómetros se quedaron cerca de los 45 en Coín (44,3), Álora (43,9 grados) y la capital (43,1), pero ya el martes el director del Centro Meteorológico de Málaga, Jesús Riesco, avisaba de que durante la primera mitad de la semana haría "un calor tremendo" y a valores de "hasta los 45 grados".
Este experto adelantaba también que el calor no se iba a atenuar conforme pasara el día, como se pudo comprobar conforme pasaban las horas. La noche ha sido tórrida entorno de la capital, la Costa del Sol y todo el Valle del Guadalhorce, donde los termómetros no han bajado de los 30 grados.
La mezcla de temperaturas diurnas de récord y noches tropicales vienen despertando una creciente preocupación por los efectos que pueda tener en la salud. “Las temperaturas nocturnas son particularmente peligrosas para la salud humana porque el cuerpo es incapaz de recuperarse del calor permanente, lo que lleva a un aumento de ataques al corazón y a muertes”, aseguraba hace unos días el experto en calor extremo de la Organización Mundial de la Salud, John Nairn.