Da igual que se quite el clásico chaleco con el que graba cada episodio de su canal de YouTube o que se resguarde en su coche para hacer la entrevista a través de una videollamada. A Zazza El Italiano ya lo reconocen en cualquier parte y le interrumpen cada dos minutos durante la conexión que tiene desde Murcia con EL ESPAÑOL de Málaga. 560.000 suscriptores en poco más de dos años le avalan como una de las grandes revelaciones de la plataforma audiovisual. ¿Su secreto? Grabar vídeos en el interior de barrios “conflictivos” o “marginales” por todo el mundo, pero especialmente por España, donde sus vídeos son cada vez más virales en redes sociales.
Hace apenas unos días Zazza subía una serie de vídeos en Málaga. Uno en Palma-Palmilla y otro en Las Casillas de Torre del Mar. Muy pronto subirá una tercera entrega en Los Asperones. Aunque muchos crean que sus vídeos se graban poco antes de publicarse, la realidad es que no es así. Zazza ya tiene contenido grabado hasta el próximo mes de octubre, por lo que puede disfrutar de un verano de descanso, algo que le provoca "mono" de adrenalina. “Los vídeos en Málaga los rodé en octubre de 2022. Mucha gente me dice que vivo en el año pasado porque muchas veces digo expresiones que los confunden, pero es por eso, porque grabo del tirón muchos episodios y después los voy publicando. Ahora saco un día uno en España y, al otro, uno en Argentina, donde pasé un mes grabando”, relata.
El vídeo de Palma-Palmilla finaliza cuando casi es agredido por dos hombres en el momento que estaba a punto de salir del barrio. Le intentan robar la cámara y se viven unos momentos muy tensos. Afortunadamente, un furgón policial aparece en el momento adecuado para "llenar de karma" a los dos individuos. En cuanto dejan tranquilo a Zazza, la Policía Nacional da el alto a los dos delincuentes unos metros más abajo. “No lo digo en el vídeo, pero justo antes de ir a Palma-Palmilla, yo había ido a Los Asperones y me crucé con un policía que buscaba allí una furgoneta robada. Era el mismo que luego iba en el furgón que se ve al inicio del vídeo cuando los chavales me saludan de buenas, y después cuando intentan robarme”, relata.
Hay seguidores que creen que Zazza avisa a la Policía cuando va a un sitio peligroso para que estén atentos. “No es cierto. Hago tan pocos cortes que no es posible que me dé tiempo a llamar, a veces ni hay, yo muestro todo lo más real que puedo, trato de mostrar lo más fuerte. Yo solo mando mi posición a amigos y familia. Entras a una zona como Palma- Palmilla y es un momento un poco duro, porque te sientes solo pese a estar en algún sitio como un bar, donde hay mucha gente”, cuenta. En palabras de Zazza, al rodar ese episodio, tuvo la impresión de que podían robarle o amenazarle a la primera de cambio, porque “la gente allí está muy acostumbrada a pelear”.
“De todas formas, a mí no me traumatizó el barrio pese a que digo que no quiero volver”, apunta. Asegura que disfrutó mucho de la conversación con el exnarcotraficante al que localizó en una de las cafeterías del barrio. “Era muy consciente de lo que había hecho, se notaba que hablaba con verdad, pues apuntaba datos como los sitios a los que movía la droga o la cantidad que le pagaban, sin dudar. Esa es otra. Hay quien me cuenta cosas exageradísimas para sorprender a la cámara como si yo me creyese todo… Este hombre, al menos a mi parecer, me daba la sensación de que era honesto contando su transformación desde que era una persona que vivía del crimen a ser una persona mejor que vende mandarinas y limones”, declara.
Al ser cuestionado por qué zonas del mundo son similares a los barrios marginales de Málaga, no lo duda: "Las Casillas de Torre del Mar me recordaron al asentamiento chabolista que hay en El Vacie, en Sevilla; Palma-Palmilla a algunos barrios del sur de Francia... y Los Asperones a algunas zonas de Bulgaria, porque tenían sus casas hechas de ladrillo, no eran chabolas".
Sobre Los Asperones dice que es un barrio "muy duro estéticamente". "Cuando lo ves desde fuera, te asustas. Ves mucha basura, cosas quemadas... Entras dentro y, aunque el ambiente no era muy guapo en un principio, porque no querían que grabaran, el resto fue muy bien gracias a un chico que me hizo de guía. No vi cosas feas ni habitaciones destrozadas, tenían sus propias casas buenas", explica. De Málaga, Zazza saca una conclusión principal: "Cuando te acercas a Los Asperones, lo de dentro no está tan mal. Palma-Palmilla, más céntrico, te engaña. Al entrar es peor".
Eso sí, reconoce que no recomendaría a nadie ir solo a Los Asperones: "Al entrar, una chica de la escuela me dijo que, unos días antes, pegaron a un fotógrafo y le reventaron la cámara porque fue solo... igual que fui yo. Para mí es una suerte que me vaya haciendo cada vez más conocido dentro de lo que cabe, pues me cubro más. Pero Los Asperones es un sitio muy hermético y alejado, no es un lugar de tránsito. Si te pasa algo allí, lo tienes complicado, nadie se entera".
A Las Casillas decide dejarlas aparte. "Es otro mundo", declara. Allí no encontró tanta delincuencia, sino mucha pobreza. "En el vídeo hay gente que me dice que pida al Ayuntamiento que los saquen de allí y que no se gasten dinero en otras cosas de menor importancia como una fuente, pero la realidad es que luego en comentarios me dicen algunas personas de Torre del Mar que ellos no quieren salir de allí. Es contradictorio. No sé si es verdad o no", expresa. "Es muy fuerte que se siga permitiendo, más allá de lo que quieran, que un niño esté con heridas infectadas como se ve en el vídeo, o que tengan que cagar a dos pasos de casa. Eso olía fatal... había ratas e insectos...", declara.
Su familia
En estos tres barrios malagueños halló historias suficientes para crear contenido, pero la realidad es que no siempre las encuentra cuando se dispone a iniciar una jornada de grabación. En Málaga trató de grabar en La Corta, pero "no pasó nada interesante". En octubre de 2022, visitó el sur de Andalucía a borde de su nuevo coche: desde Las Palmeras de Córdoba a El Vacie de Sevilla, una experiencia que no olvidará en su vida. Ni él... ni su madre.
"Mi madre vive algo similar a lo que vive la madre de Valentino Rossi al subirse a una moto y correr en un circuito", expresa entre risas. No es fácil para una madre ver cómo su hijo se adentra en esas barriadas peligrosas o incluso en lugares peores como narcopisos. Zazza ha recibido cientos de amenazas por parte de delincuentes en sus vídeos. "Ella tiene la suerte de que no soy streamer. Cuando sale el vídeo sabe que estoy bien y que todo ha salido como tenía que salir, pero es cierto que lo pasa mal", cuenta.
De coctelero a youtuber
Cabe recordar que Zazza el italiano, antes de ser Zazza, fue Federico, un coctelero que estaba harto de su estilo de vida. Aburrido de trasnochar y soportar a borrachos, decidió iniciar su carrera como youtuber cuando llega la pandemia, con apenas treinta años. Tras finalizar sus estudios de Comercio Internacional, se mudó a Barcelona para trabajar como coctelero y fue allí donde inició un canal que "era horrible", según cuenta, grabando retos que no resultaban demasiado interesantes a nadie.
Así que decidió ceñirse a su actual lema, "Feel the fear", para buscar ese chute de adrenalina que su vida tanto necesitaba adentrándose en zonas marginales y peligrosas del mundo con su cámara en la mano. Países como Francia, Rumanía, Italia, México o Albania fueron suficientes para empezar a sentar las bases de su canal, que empezó a popularizarse gracias a un vídeo que subió en El Raval de Barcelona, donde muestra en un clip a sintecho tirado en el suelo ajeno al resto de viandantes.
"Me he dado cuenta de que, dentro de lo que cabe, España tiene un equilibrio. No es el sitio donde más inseguro me siento. Al revés. Hay cosas muy feas a mejorar, como se ve en mi canal, pero nada que ver con otros países de Latinoamérica, donde todos pueden hacer todo, justo lo contrario que en Japón. Lo importante, insisto, es el equilibrio. Es muy complicado que la política pueda entrar tanto en la forma de vivir de las personas, hasta el punto de quitar toda la parte marginal, toda la parte criminal. Ser criminales, como ser violentos, o abusadores sexuales, son partes que cada uno tiene dentro, y por falta de cultura o medios siguen proliferando", lamenta.
"Cada año que pasa estoy más contento. Tengo el trabajo que muchas personas desean. Soy muy feliz porque disfruto mucho haciendo lo que hago", declara Zazza, que solo se encarga de grabar los vídeos en determinadas épocas del año. El resto de gestiones, como la organización de las colaboraciones, las redes sociales o la edición de vídeos, se las hace su equipo, con el que ha formado una familia aunque solo él sea la cara visible ante el peligro.