Del ambicioso barrio de las artes proyectado hace ya una década sólo queda el nombre y algunos murales. Aquel punto negro en Málaga, nido de prostitución y delincuencia, es ahora una de las nuevas atracciones turísticas del centro. El bautizado como Soho se ha llenado de hoteles, terrazas, restaurantes y pisos turísticos, pero no cuenta con una programación cultural alternativa, ni una sólida nómina de creadores residiendo allí.
María Victoria Moreno, presidenta de la Asociación de vecinos Centro-Sur Soho Barrio de las Artes, preveé una despoblación como la del centro histórico si el barrio continúa creciendo al mismo ritmo. "No queremos esta infraestructura turística porque somos muchos los que vivimos aquí, sobre todo personas mayores. Muchos vecinos se han ido", se sincera esta vecina de la zona desde hace 40 años.
Moreno se lamenta al hablar de la peatonalización financiada con fondos europeos Feder hace diez años: "Se ha hecho para poner terrazas". Gemma del Corral, concejala del distrito Centro, insiste en que "este modelo nació de abajo a arriba". "La propuesta del Soho como barrio de las artes, las peatonalizaciones de la calle, se hicieron con el consenso vecinal", asegura sobre la "transformación radical con sus pros y sus contras" que ha sufrido el Ensanche Heredia.
La transformación radical del Soho se gestó allá por 2010 en un bar de la zona, el Demolde, donde se reunían empresarios, comerciantes y vecinos de la zona por aquel entonces "abandonada". Su dueño, Sergio García, ideó entre sánwiches y cervezas un ambicioso proyecto: crear un sorprendente barrio bohemio donde se crearan sinergias de todo tipo a la vez que se asegurara el bienestar de los residentes.
Un lugar creativo
"Este lugar no tenía nombre ni carácter. No había ningún plan para él, pero estaba bien situado. La idea era apostar por la creatividad, no por los turistas ni los cruceros. Ahora es un horror no contar con ellos", resume al teléfono. La propuesta presentada por la Asociación cultural Soho Málaga, de la que García fue su director, contemplaba una propuesta "cosmopolita en el que serían preferentes los artistas, creadores, jóvenes, emprendedores y profesionales de las nuevas tecnologías".
El Ayuntamiento asumió el proyecto y lo presentó el 10 de febrero de 2011 tras numerosos debates, análisis y dudas. El plan consistía en reconvertir las alrededor de 20 hectáreas de suelo entre Muelle de Heredia y la Alameda Principal en un rompedor barrio de las artes. En noviembre del mismo año, la Unión Europea asignaba una partida de un millón de euros de los fondos Feder para reconvertir el lugar en una zona cultural pujante, además de peatonalizar la calle Tomás Heredia.
Para el gestor cultural, el proyecto ha mejorado el barrio pero no a través del carácter que proponían. "Si un Soho es un barrio cultural, esto no tiene nada de Soho. El Teatro Alameda (actual Teatro Soho que acogió los Goya este año) ya estaba funcionando y el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga se inauguró en 2003. Es un barrio revitalizado en el que se vive mejor donde se puede poner un restaurante. Antes no porque la gente no iba. Y con razón. No es un barrio cultural ni de lejos", zanja.
En el Soho conviven interesantes aunque escasos espacios como el Estudio de Ignacio del Río, abierto en plena crisis, y la galería de Javier Marín, cuya inauguración tuvo lugar mucho antes del nacimiento del Soho (en 2001). También se encuentra allí la sala de exposiciones Manuel Barbadillo (junto al CAC), sede de la Asociación de Artistas Plásticos de Málaga.
El MAUS (Málaga Arte Urbano Soho) supuso un punto de inflexión dentro del proyecto, señala la concejala del distrito Centro. La propuesta con el entonces director del CAC, Fernando Francés, y su hijo Fer al frente tenía como objetivo llenar el Ensanche de arte urbano. Entre los muralistas invitados estuvieron Shepard Fairey 'Obey', Dean Stockton 'D*Face' y Ben Eine. Supuso un desembolso de 120.000 euros junto a los 35.387 del SMS Festival.
El artista paracaidista
Rogelio López Cuenca le dedicó un artículo a la iniciativa aludiendo a la metáfora del artista como paracaidista: llega, coge el dinero y se marcha. "¿Nadie le explicó a Fairey por qué "the art community here in Málaga" había decido poner el huevo precisamente allí? ¿No le hablaron de la transustanciación del Ensanche en Soho? ¿No le sonaría a otras experiencias de instrumentalización del arte y la cultura como coartada legitimadora de obscenas operaciones de especulación inmobiliaria?", escribió.
La metamorfosis del enclave en un gran reclamo turístico ha tenido un considerable impacto a nivel inmobiliario. El Soho se ha convertido en el segundo barrio del distrito centro más caro para alquilar y comprar vivienda, según Idealista. El metro cuadrado de los domicilios en venta en junio de 2021 costaba 3.105 euros. El pico histórico se alcanzó en febrero de 2020 con el metro cuadrado a 3.483 euros.
A la poeta Isabel P. Montalbán, vecina del barrio desde hace 30 años, le subieron el alquiler de 500 a 650 euros hace tres años. Cuando se instaló en los años 90 le costaba su piso 45.000 pesetas el mes. "En septiembre me lo vuelven a subir y no lo puedo pagar", se lamenta la artista. La mayoría de pisos alquilados de larga temporada, asegura, ronda ya los 750 y 1.000 euros.
"Nunca me creí mucho el proyecto del Ayuntamiento. No hay un núcleo duro de artistas viviendo aquí porque es caro. Si todo está carísimo y el alquiler no está regulado, aquí sólo pueden vivir los pijos", zanja. La escritora insiste en que el Soho "no es un barrio con precios populares". Entre las principales trabas está la subida de precios de alquiler de viviendas y locales, y el excesivo número de pisos turísticos.
"Los jóvenes no pueden permitirse un alquiler aquí y se ha encarecido mucho el nivel de vida (basta con darse una vuelta por el barrio para percatarse). Tenemos revalorizadas nuestras viviendas, pero lo único que queríamos era vivir tranquilos en el barrio", reconoce María Victoria, que pronostica "un futuro aciago" y da por hecho que al Ayuntamiento "se le ha quedado pequeño el centro".
Impacto urbanístico
Su reconversión a barrio de primera categoría también se ha traducido en una gran oferta hotelera. Los últimos proyectados, el hotel de 4 estrellas de Soho Boutique con 71 habitaciones y el 5 estrellas que explotará la cadena Only You, con más de 90 habitaciones, estarán alojados en La Equitativa. A estos se suman pensiones, hostales, vivienda de alquiler vacacional (más de 100 registradas) y edificios de oficinas transformados en apartamentos turísticos.
En cuanto a comercios de toda la vida resisten restaurantes como La Ménsula y la taberna El Ibérico; y la tienda de coleccionismo Filatelia Carrasquilla. Su dueño, uno de los impulsores de la tranformación del barrio, falleció en mayo. El Laboratorio de Sabores, una escuela de cocina para aficionados en calle Duquesa de Parcent, echó el cierre junto a la librería jurídica Logo, el Centro Uniforme y la Boutique Charol en calle Córdoba.
"La llegada masiva está atrayendo a un turismo de bajo nivel. Los bares y restaurantes se han triplicado, ya son más de 200. Sin planificación ninguna puede generar rechazo ciudadano", alertó Carlos Oliva, exvecino del Soho, en un pleno del Ayuntamiento de 2019 donde solicitaba la videovigilancia aprobada en junta de Gobierno (que aún no ha llegado).
Oliva pidió "un plan de coordinación para atraer lo que en principio se planificó para este barrio: arte y cultura, preservar los pequeños comercios y defender la calidad de vida de los vecinos frente a las grandes inversiones e intereses especulativos para evitar la expulsión de las personas del barrio". Del Corral critica que la asociación de vecinos "quiere tener un barrio blindado en horarios, en terrazas y en oferta cultural". "Es muy difícil conciliar el interés de las personas que desean que la zona sigue creciendo y las quejas vecinales", admite.
Para el creador del proyecto, "esto se trataba de un asunto de creación y participación, no un asunto de marca internacional y de imagen; una cosa más para el malagueño". Muchos desean que se haga del Soho un barrio habitable para todos con propuestas culturales alternativas, donde prime el descanso de sus vecinos tanto como su prosperidad económica. Estamos a tiempo.