Aunque de manera casi disimulada, la obra del Metro de Málaga hasta el entorno del Hospital Civil se ha puesto en marcha. No espere ver, eso sí, obreros con sus cascos aporreando el hormigón o máquinas pantalladoras prestas para hincar el diente al cemento. Para eso habrá que esperar aún semanas e incluso meses.
Ahora lo que toca es ordenar el entorno y establecer el necesario vallado para el posterior paso adelante. O sea, afrontar las tareas previas, que, según la información aportada desde la Consejería de Fomento, incluye la implantación de instalaciones auxiliares de seguridad y salud para los operarios y trabajadores; la colocación de los carteles informativos de la obra; las actividades de replanteo y levantamiento topográfico del proyecto, así como las inspecciones previas para poder lleva a cabo, posteriormente, el desvío y reposición de los servicios afectados (redes de suministro y saneamiento urbano que hay que modificar para que no se vean afectados por las obras).
Al tiempo, los trabajadores de la unión temporal de empresas (UTE) integrada por Sando y Kerkros, adjudicataria del primero de los tres tramos en los que se ha dividido el trazado al Civil, también llevan a cabo las inspecciones a viviendas y edificios situados junto al trazado.
Son actividades con poca incidencia en el tráfico rodado y que sólo implicarán alguna ocupación puntual y acotada de la calzada de la calle Hilera. En cualquier caso, se trata de acciones "imprescindibles" para acometer la ejecución de la infraestructura ferroviaria, incluyendo el túnel y las estaciones.
El primer subtramo en ser ejecutado se extiende desde la estación Guadalmedina hasta el cruce de Hilera con la calle Santa Elena. Su desarrollo va a suponer una inversión (atendiendo a la oferta de las empresas adjudicatarias) de unos 45 millones de euros, siendo el plazo de 36 meses.