La presencia de Francisco de la Torre en el Ayuntamiento de Málaga se hace eterna. El regidor más longevo en la historia de la capital, recibió este sábado de nuevo el bastón de mando y se dispone a encarar a sus 80 años su séptimo mandato con el compromiso de continuar con el proyecto que encabeza desde el año 2000 e ir "aún más lejos".
"Hemos eclosionado y ahora vamos hacia un futuro áun más prometedor", dijo en su primer discurso oficial, el pistoletazo de salida a una legislatura que, según él mismo reconoce, debería ser la última.
El respaldo que dieron las urnas el pasado 28 de mayo a De la Torre, y por extensión al PP, se ha hecho realidad este sábado con sus 17 concejales sentados en el Pleno de la Casona del Parque y con la entrega de la vara de mando, que ha recibido con la mano en el pecho.
La instantánea se ha repetido ya en siete ocasiones desde que tomase posesión como alcalde a principios de 2000 en sustitución de Celia Villalobos. Desde entonces han pasado ya más de dos décadas y Málaga no ha conocido otro alcalde. Siete mandatos al frente del Ayuntamiento de la capital y seis reelecciones en las urnas.
La imagen de este sábado en el Ayuntamiento de Málaga representa la vuelta a las mayorías absolutas de De la Torre: el popular ha liderado cinco ejecutivos bajo esta fórmula contando con este que empieza, un gobierno en minoría y otro más en coalición con Ciudadanos, hace tan solo unos días se dio por liquidado con la sensación agridulce de la formación naranja de pasar del Ejecutivo a su desaparición.
Pese a ello, para De la Torre, tal y como dijo ante sus concejales y la oposición, "absoluta solo debe ser nuestra dedicación a la tarea de gobernar para todos, votasen lo que votasen".
Protocolo y una anécdota
Los robustos resultados electorales del pasado 28 de mayo dejaron poco margen para las sorpresas. No se esperaba novedad alguna y no la hubo. Fue todo protocolo en la sala de Plenos, donde se vivió una especie de extensión de la noche electoral en la que el PP y De la Torre salieron victoriosos y la izquierda debilitada e incapaz de armar una alianza para desbancar al eterno candidato y recuperar la Alcaldía 28 años después.
Pasadas las 11.00, comenzó la sesión con la formación de la mesa de edad, presidida por el propio De la Torre, el concejal de mayor edad. Tras dar por constituida la corporación, los ediles juraron y prometieron la Constitución a viva voz. Los concejales populares y de Vox usaron la fórmula del juramento; la mayoría de representantes de la izquierda, la de la promesa.
Solo Toni Morillas, de Con Málaga, se salió de lo establecido y ante la pregunta de si juraba o prometía la Carta Magna contestó: “Prometo trabajar por una Málaga feminista que pongan la sostenibilidad de la vida y del planeta en el centro”.
Concluido este proceso, la mesa dio paso a la elección del alcalde mediante votación secreta con papeleta en urna. Durante el recuento, hubo una sorpresa inesperada que, sin embargo, no afectó al curso de los acontecimientos: uno de los votos incluía dos papeletas, la del popular de De la Torre y la del socialista Pérez.
Las risas se entrecruzaron en la sala, pero la mayoría absoluta del PP no se veía alterada siquiera por un error, que todo apuntaba que había sido del propio regidor, y que no hizo invalidar la votación.
De esta forma, "con 17 o 16 votos" de los ediles populares, De la Torre fue proclamado alcalde de Málaga por séptima vez.
El socialista Daniel Pérez recibió "10 u 11 votos", reflejo de la decena de ediles que consiguió el pasado 28M, dos menos que en el anterior mandato. En su intervención, se presentó frente a De la Torre como un "aliado para que la ciudad siga mejorando" y constató que durante en los próximos cuatro años tanto él y como sus nueve compañeros estarán "donde los malagueños han decidido", liderando una oposición "útil" para la ciudad.
Pérez defendió una "Málaga mejor, más justa e igualitaria" y tendió la mano a De la Torre "para buscar soluciones para atajar el problema de la vivienda, para hacer una Málaga más habitable y más verde". "Pruebe a gobernar con diálogo y consenso, le invito a que acepte nuestra mano tendida", aseveró.
Si hay algo disruptivo en la nueva imagen del Pleno es la presencia, por primera vez en la democracia, de una formación de extrema derecha. Antonio Alcázar y Yolanda Gómez representarán durante los próximos cuatro años a Vox en el Pleno del Ayuntamiento de Málaga tras conseguir el 7,72% de los apoyos el pasado 28M.
Alcázar se presentó como "una opción útil al servicio de los ciudadanos, capaces de solucionar sus problemas y mejorar su calidad de vida" y, como tal, dijo, van a "llevar a cabo una oposición leal, seria y responsable, capaz de dialogar y de consensuar" con todos los grupos.
Por parte de Con Málaga, se sentarán en la corporación municipal Toni Morillas y Nicolás Sguiglia. La que fuera cabeza de lista de la confluencia de izquierda reivindicó la igualdad "en su dimensión más profunda" como principal reto de Málaga, una ciudad que presentó "atravesada por la desigualdad" y con problemas como los salarios "precarios", la complicada accesibilidad a la vivienda o los barrios donde "no llegan servicios públicos de calidad".
Con su "representación modesta", Morillas catapultó el desafío de "cerrar la brecha" que existe en la capital y reflexionó sobre las prioridades de Málaga y sobre "quiénes estamos dejando atrás". "Ejerceremos una oposición exigente y constructiva junto a la gente que quiera ser protagonista de la transformación de Málaga", sentenció.
La concejal portavoz del PP, Elisa Pérez de Siles, tomó la palabra para, precisamente, censurar que "el papel de la oposición no consiste en hablar mal de la ciudad", "Critiquen al PP, pero no a Málaga salvo que el modelo que defiendan sea similar al de [Ada] Colau en Barcelona", aseveró.
La popular defendió, por contra, que la capital no se parece nada a la de 1995, sino que es la envidia de "muchas ciudades españolas y europeas", la ciudad que "eligen las multinacionales, referencia cultural y tecnológica".
"Los malagueños han demostrado en las urnas que no comparten en la idea catastrofista de la ciudad que no se corresponde con la realidad", aseguró, animando a la oposición a "trabajar como De la Torre, 24 horas del día y con absoluta entrega" para conseguir hacerle frente. Mientras tanto, la figura del regidor seguirá presente en la Casona. Si nada lo impide, al menos, cuatro años más.