El bidón de melaza de azúcar de caña que llegó al puerto de Málaga en el interior de un contendor procedente de Sudamérica resultó ocultaba una sorpresa. La Policía Nacional, en una operación conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, encontró en ellos 65 kilos de cocaína ocultos dispuesta en paquetes rectangulares de un kilo cada uno.
La investigación comenzó en mayo, tras llegar a los agentes información sobre la existencia de un contenedor que podría ser empleado para el tráfico de sustancias estupefacientes.
Tras varias pesquisas en torno a la empresa exportadora del contenedor así como a su administrador, los agentes detectaron movimientos sospechosos en la importación y exportación relacionada con frutas procedentes de Sudamérica.
Con el avance de las investigaciones sobre el entorno de la empresa importadora, se logró identificar el contenedor que transportaba la melaza, cuyo destino era el puerto de Málaga.
Una vez que el contenedor llegó a la capital malagueña, se realizó una inspección exhaustiva del mismo por parte de los investigadores, localizando los 65 kilos de cocaína en paquetes rectangulares de un kilogramo cada uno en el interior de un bidón de azúcar de caña.
El color oscuro de la materia y su elevada densidad hacía que los paquetes se camuflaran en el fluido encontrándose dispersos cerca de la superficie sin que se apreciaran a simple vista.
Tras comprobar que la droga iba a ser trasladada desde el puerto de Málaga hasta una nave industrial de un polígono industrial situado en la localidad malagueña de Coín, se estableció un dispositivo en el que se detuvo a tres personas, entre las que se encontraba el administrador de la empresa importadora.
La investigación se ha llevado a cabo por agentes de la Policía Nacional de manera conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en el marco del Empact (Plataforma Multidisciplinar Europea contra las Amenazas Delictivas).
A través de este marco, los Estados miembros de la Unión Europea, las agencias y otros socios de la UE colaboran estrechamente para hacer frente a las principales amenazas delictivas mediante acciones operativas conjuntas concebidas para desarticular las redes delictivas, sus estructuras y sus modelos de negocio.
La investigación desarrollada en este marco ha contado con la cofinanciación de la Unión Europea dentro del apoyo que se da a los Estados miembros para combatir la criminalidad en campos como el tráfico de cannabis, heroína y cocaína entre otras materias.