Málaga sigue subiendo peldaños en la empinada y larga escalera que ha de recorrer para hacer posible la que está llamada a ser la gran transformación de la capital de la Costa del Sol en las próximas décadas: el Plan Málaga Litoral. Lo hace eso sí, de momento, en el plano teórico propio de los estudios que requieren una intervención que en el mejor de los casos requerirá de unos 450 millones de inversión.
Porque para ver la primera zanja sobre el terreno habrá que esperar aún años y eso siempre que el Ayuntamiento sea capaz de encontrar las fuentes de financiación necesarias para afrontar el reto. Algo que no se antoja sencillo. Sin el dinero, sin la colaboración del Gobierno central y de los fondos europeos, el camino iniciado años atrás quedará cortado.
A la espera de que se desvelen los evidentes interrogantes que pesan sobre el proyecto, el Ayuntamiento sigue posicionando las piezas en el tablero, configurando el esquema básico de funcionamiento. La última de ellas, de un elevado valor simbólico y de regeneración, es la que permitirá coronar toda la operación. Y lo hará, de llevarse a efecto, con la recuperación para el uso peatonal y ciudadano de unos 70.000 metros cuadrados de terreno, buena parte de ellos ocupados hoy por el vehículo privado.
La pasada semana se desveló el fallo del jurado encargado de analizar las propuestas de los equipos participantes en el concurso internacional de ideas convocado por el Consistorio para repensar el espacio de la Plaza de la Marina y la conexión del Parque con el puerto.
La idea mejor considerada es la del estudio b720, responsable en los últimos meses, por ejemplo, de la renaturalización del distrito empresarial de Nazca, en Madrid. Su trabajo abre la puerta a recuperar la vieja aspiración de la ciudad por unirse definitivamente con el recinto portuario, haciendo posible caminar desde el Centro histórico hasta casi tocar la bahía sin necesidad de sortear el tráfico rodado.
Dos son los elementos básicos de la intervención. De un lado, la transformación de La Marina, llevando su actual emplazamiento más hacia la entrada principal del puerto. Una de las finalidades de esta maniobra, según el socio fundador de b702, Fermín Vázquez, es llevarla al nuevo centro de gravedad de la zona y concebirla con diferentes escalas.
La primera de ellas se corresponde con la propia plaza rediseñada, abierta a la celebración de eventos deportivos, conciertos, mercadillos o actividades comerciales; la segunda extiende el Parque hacia el oeste, hasta integrarlo con la nueva plaza; y la tercera, que sobrepasa la Alameda con una plataforma de tráfico pacificado dónde se reubicarán los coches de caballos, los autobuses urbanos y la parada de taxis.
Pieza de cierre
La reurbanización de todo el frente portuario y de La Marina es, no obstante, la pieza de cierre del Plan Málaga Litoral y, por tanto, habrá que esperar años para que sea realidad. Antes, dos elementos esenciales en programa: la construcción del túnel de 2,3 kilómetros mediante el que soterrar el tráfico de Muelle Heredia, el Paseo de los Curas y parte del Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso y, en segunda instancia, de la estación subterránea pensada para sacar de la superficie los autobuses interurbanos.
En ambas actuaciones ya se ha avanzado en el plano técnico. En el caso del intercambiador modal de transportes, el Ayuntamiento ya tiene en sus manos un anteproyecto, elaborado por las empresas Wsp Spain-Aìa y Estudio 7 Soluciones Integrales.
Firmas que han dado forma a un edificio con tres plantas soterradas, con capacidad para 29 dársenas de autobuses (12 en el nivel -1 y 17 en el -2) y un coste de ejecución estimado de 76 millones de euros. El plazo manejado es de 36 meses.
Y en cuanto al diseño del túnel soterrado del Paseo de los Curas, el documento debe estar casi listo para ser analizado por los técnicos municipales. El encargo por parte de Promálaga a la firma Esteyco quedó formalizado el pasado mes de abril, con un plazo de 8 meses para su redacción.
A la espera de que se desvelen los detalles, sí se conoce la decisión de plantear un túnel en dos niveles, con tres carriles por sentido, y un coste estimado de 180 millones de euros. El trazado se extiende desde el río Guadalmedina y la calle Gutemberg, poco después del Hotel Miramar. Las estimaciones apuntan a que podría captar una intensidad diaria de hasta 65.000 vehículos.
Son tres de las piezas clave en el futuro eje litoral de la capital de la Costa del Sol, a las que hay que agregar una cuarta: el intercambiador modal de transporte de la Explanada de la Estación.
Una estación que cuenta también con el anteproyecto listo y, sobre todo, con el compromiso económico de la Junta de Andalucía. La Administración regional ha incluido una partida de 1,4 millones de euros en sus cuentas para 2023 con el fin de costear la redacción del proyecto constructivo de este equipamiento.