El futuro del popular e icónico Cortijo Jurado, en Málaga capital, está marcado. Lejos del abandono en el que está sumido desde hace décadas, los planes trazados por uno de los copropietarios del inmueble, la promotora SUBA (perteneciente a Sinerba Holding), pasan por transformarlo en un gran complejo de oficinas, con una superficie alquilable de 20.000 metros cuadrados y 40.000 metros de espacios abiertos.
La operación, que puede suponer una inversión cercana a los 25 millones de euros, se encuentra aún en un punto inicial, dada la necesidad de realizar ajustes en el planeamiento urbanístico. Esto hace que el calendario de desarrollo quede condicionado a la tramitación, asunto que desde hace algunos meses es objeto de conversación con la Gerencia de Urbanismo.
Una vez conformada, permitirá crear "espacios inteligentes y multifuncionales" en una zona estratégica de la capital de la Costa del Sol, en las proximidades del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA); de la Universidad, y de los terrenos en los que se proyecta la Expo Internacional de 2027. A esto hay que sumar la decisión de recuperar el histórico edificio como sede social de Sinerba.
Los responsables de SUBA hablan de una propuesta "revolucionaria" con la que responder a la creciente demanda de espacios de oficinas existente en la urbe, convertida en foco de atracción para numerosas empresas nacionales e internacionales.
"Estamos muy ilusionados con el desarrollo de este proyecto; éramos conscientes de la necesidad de adaptar espacios de trabajo a los nuevos hábitos de la vida laboral, y a raíz de la pandemia consolidamos la idea de crear un espacio multifuncional", explica Bartolomé Inglés, director general de SUBA.
La intervención cuenta con la participación del Estudio de Arquitectura y Urbanismo Ángel Asenjo y Asociados. Para impulsar el desarrollo del complejo, la promotora ha iniciado ya los trámites de planeamiento necesarios para ampliar los usos que permite el actual planeamiento. Según Asenjo, el proyecto se sustenta en tres pilares: "bienestar, tecnología y sostenibilidad".
En este sentido, se busca "optimizar la experiencia del empleado", con un cuidado interiorismo y una amplia oferta de servicios. "Somos conscientes de las empresas reclaman lugares polivalentes", afirman desde SUBA.
Cambio de modelo
La conectividad para que convivan empleados en remoto y de forma presencial; el protagonismo de las zonas colaborativas y sociales, con diferentes tipologías de espacios; la flexibilidad y versatilidad de los espacios y su equipamiento, y la humanización del entorno laboral han sido conceptos sobre los que se ha basado la propuesta.
"El concepto es que la oficina se utilice para aquellas tareas que demanden contacto personal, como el trabajo de equipo, la socialización, el aprendizaje y el desarrollo de la creatividad", añaden.
Por ello, el proyecto prevé la generación de distintos formatos de espacios que se adapten al modelo laboral de cada empresa. "Nuestra ciudad tiene una gran concentración de empresas tecnológicas, una industria que valora especialmente la flexibilidad de los espacios de trabajo, pero también de empresas que buscan grandes superficies diáfanas que permitan concentrar un gran número de empleados", comenta Inglés.
Apuesta por la sostenibilidad
Durante la fase de proyecto se ha contado con la colaboración de firmas especializadas que se encargarán de optimizar el diseño y materiales del edificio para reducir su consumo energético, además de buscar alternativas ecológicas y económicas a los sistemas constructivos. Uno de los objetivos marcadas es que el complejo obtenga las máximas certificaciones medioambientales.
Con estos mimbres, el director general de SUBA es claro: "Aspiramos a convertir el complejo en una isla ecológica, , de modo que sea autosuficiente, tanto en la generación de energía, como en su consumo y almacenamiento".
Y ello incluye la introducción de espacios verdes y láminas de agua, elementos con los que contribuir a la disminución de las emisiones de dióxido de carbono y a reducir la temperatura ambiental.
Los edificios que formarán parte del complejo incorporarán fachadas que regulen la entrada de luz natural en función de las necesidades de cada momento, así como luminarias con tecnología LED que regularán automáticamente la luminosidad ambiental óptima.
Además, dispondrán de un sistema de paneles solares fotovoltaicos destinados a la producción de energía eléctrica e innovadores sistemas de control de temperatura y calidad del aire en las zonas interiores del complejo.
El futuro equipamiento dará especial protagonismo al cambio del modelo presencial y la implantación de formatos híbridos, de manera que puestos individuales pierdan peso respecto a espacios de uso colaborativo.
"Nuestro objetivo es crear un centro de negocios en el que los espacios de trabajo sean flexibles y puedan adaptarse a los distintos formatos o modelos laborales que cada empresa tenga implantado", insiste Bartolomé Inglés, quien habla de que el espacio de dividirá permitiendo la coexistencia de formatos como el serviced offices, áreas coworking, zonas de pay per use…