El martes dio arranque algo que, realmente, nunca ha terminado: la precampaña a las elecciones municipales en Málaga. Se puede tomar como un punto de inflexión este día porque es en el que el actual alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, anunció que repetiría como candidato del PP. Al rato reaccionó Dani Pérez, del PSOE, diciendo que había presentado los papeles para disputarle la Alcaldía.
Por delante quedan ni más ni menos que ocho meses de trabajo hasta llegar a las urnas. La oposición se recrudecerá, el Gobierno pondrá toda la carne en el asador y veremos inauguraciones, promesas de uno y otro lado y ayudas desde otras Administraciones. Málaga ya está en campaña.
Y para ir preparando el terreno se mencionan tres certezas y tres dudas que deberán disiparse en próximas fechas para tener la baraja de las papeletas electorales al completo. Veamos primero las certezas.
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La primera de las certezas es la que abría el lunes durante la mañana todos los medios digitales. A primera hora de la mañana corría un mensaje entre los periodistas. De la Torre iba a hablar. No era una convocatoria al uso, se había llevado con secreto. El veterano regidor es un artista del balonazo y llevaba meses distrayendo a la opinión pública.
El alcalde había dejado, incluso, que Elías Bendodo, Juanma Moreno o Patricia Navarro le regalasen el oído durante la campaña andaluza. No muy lejos queda aquel acto electoral de arranque en el que el presidente de la Junta decía a boca llena: "Quiero ser el Paco de la Torre de Andalucía". A nadie le amarga un dulce, y el munícipe se dejó querer.
Pasado el verano, a un día de la llegada del otoño, De la Torre lo anunció: se volvería a presentar como candidato. A su némesis política, Dani Pérez, le pilló en una rueda de prensa y aprovechó para decir lo que todo el mundo sabía: se volvería a presentar como candidato. Segunda certeza.
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"Acabo de presentar los papeles" decía Pérez para un segundo asalto contra De la Torre. Su punto de partida es muy bueno, porque el PSOE en 2019 sacó un muy buen resultado. Se quedó muy cerca de poder disputar la Alcaldía, pero finalmente el pacto PP-Cs, firmado por Juan Cassá, le alejó de esa posibilidad.
Ahora juega la baza de ser el secretario general y sabe -o espera- que la de 2023 no sea la última bala. En 2027, previsiblemente sin De la Torre, se ve alcanzando con holgura la Casona del Parque.
La tercera de las certezas que hay sobre el papel ahora mismo es la candidatura de Noelia Losada. En pleno proceso de refundación del partido liberal, la actual concejal del Gobierno municipal ya anticipó, con más de un año por delante, que quería repetir. Tal y como están las cosas en los liberales su nombramiento se producirá más pronto que tarde.
Si, por un lado, la candidatura de Losada es una certeza, el resultado electoral es la gran duda. Los naranjas vienen de perder un concejal en las urnas y otro por el camino en este mandato. No han sido años fáciles ni los resultados electorales en las últimas citas son especialmente halagüeños.
Las dudas
Si PSOE, PP y Ciudadanos tienen bien encaminadas sus candidaturas, lo que ocurre a la derecha del PP y a la izquierda del PSOE es, a día de hoy una absoluta incógnita. El partido de Abascal tiene, hoy en día, un serio problema de organización en la provincia. A pesar de que el responsable de la gestora, Antonio Sevilla, está haciendo un trabajo de reestructuración importante, hay un déficit orgánico muy acusado.
Prácticamente nadie recuerda ya quién fue el candidato por Vox a las municipales de 2019. Tanto que ni siquiera sigue en primera línea. José Enrique Lara, el hombre de Abascal en la provincia, ha desaparecido totalmente. De tener el control casi absoluto del partido pasó a perder unas elecciones contra un desconocido coronel de la Legión, Enrique de Vivero. El militar también desapareció de Vox y se afilió a otro partido. Ahora el partido en Málaga capital no tiene especial actividad.
Vox, por lo tanto, tiene por delante un trabajo arduo para presentar a una cabeza de lista relevante y que sea capaz de arrastrar votos hacia la marca. Tampoco los resultados en las elecciones andaluzas fueron especialmente buenos, por lo que la evolución de los de Abascal en la ciudad es incierta.
En el otro extremo se encuentra la complicada situación de la izquierda. Ya se vivió en las elecciones andaluzas la absoluta ruptura entre diferentes sectores. Por un lado los andalucistas de Teresa Rodríguez, que no tienen intención de unirse a otros partidos de su ámbito, no tienen apenas presencia activa en la ciudad.
Por otro lado, la actual coalición tendrá que decidir quién es su cabeza de lista y, en su caso, qué ocurre con otras formaciones que han ido apareciendo. A la base de IU y Podemos hay que sumarle las posibles entradas en el tablero de Más País o Sumar. Aunque la plataforma personalista de Yolanda Díaz no está previsto que entre en el juego municipal, sí es probable que los sectores más yolandistas de la izquierda quieran tener su espacio en las candidaturas locales.
El último elemento que genera dudas a día de hoy en la política municipal es el papel del asturiano errante, Juan Cassá. En poco más de tres años ha pasado de ser candidato de Ciudadanos por Málaga a abandonar ese partido, se quedó como concejal no adscrito, en la Diputación acumuló cargos. Incluso se afilió al partido Por mi pueblo, de donde salió a las pocas semanas por diferencias con la dirección, que le acababa de nombrar miembro de la ejecutiva como responsable de comunicación.
Quien fuera líder de los liberales está actualmente en un perfil bajo, aunque la cercanía de las elecciones bien puede suponer un cambio en su estrategia. Espera encontrar acomodo en las listas populares dentro de la provincia para poder tener un escaño en la Diputación. Sin embargo, a día de hoy, las opciones de ver el nombre del asturiano son incierta.