La decisión del Ayuntamiento de Málaga de activar el procedimiento de desalojo de la Casa Invisible se topa con la negativa del colectivo que viene okupando el edificio municipal desde hace catorce años. El mismo ya apunta en un escrito publicado en la red social Facebook que no aceptará voluntariamente el plazo de 15 días dado por el Consistorio y anuncia una manifestación para el próximo 27 de noviembre, a las 11:30.
"Tras el anuncio de desalojo por parte del Ayuntamiento de Málaga La Casa Invisible toma la calle. ¡Súmate! Porque las vecinas, las creadoras, las disidencias, el bien común, la ciudad, La Invisible, ¡SOMOS INDESALOJABLES!", sentencia en el documento.
En el mismo, el colectivo vuelve a mostrar su disposición al diálogo "por la permanencia de un espacio único en Málaga y su provincia", defendiendo que el uso de La Invisible como centro social y cultural gestionado por las propias vecinas sin ningún tipo de apoyo institucional. "Creemos que un modelo de cultura diferente no solo es posible, sino que es necesario", añade.
A diferencia del modelo municipal, que pone sobre la mesa la necesidad de afrontar una rehabilitación integral del inmueble debido a su "deterioro", La Invisible plantea una rehabilitación "llevada a cabo en diferentes fases y respetuosa con el edificio histórico". De este modo, sostiene, "La Invisible siempre estaría lleno de vida y la ciudadanía podrá seguir disfrutando del espacio mientras se reforma".
Para los integrantes de este movimiento, la apuesta por la rehabilitación "no es sino una excusa para ejecutar el desalojo de un espacio fundamental para la cultura y la ciudadanía en un Centro de Málaga turistificado y despojado de sus vecinas".
Y es por ello por lo que avanzan: "La Invisible no cederá en ningún caso a un desalojo del espacio teniendo en cuenta que existen alternativas mucho más factibles y rigurosas". Al tiempo, propone un debate abierto a nivel técnico, cultural y político para evaluar, proponer y organizar los criterios de intervención.